El rango de Alastor es una designación permanente que no termina hasta la Muerte Definitiva del Vástago. Los vampiros a los que se confía esta tarea Cazan a los enemigos más temidos de la Camarilla en nombre de ésta.
Ser nombrado Alastor es ser nombrado el más leal sirviente de la Camarilla, un sentimiento irónico dada la naturaleza de un vampiro. Es un rol y un título que se toman tan en serio que los Justicar suelen señalar que las acciones de un Alastor también reflejan las de su Clan, Sire, coterie y compañeros Alastores. Ésta es una forma de mantener a los Alastores a raya, porque los castigos por enemistarse con la Camarilla tras ser nombrado para este rol son severos.
Convertirse en Alastor conlleva ciertas responsabilidades, algunas más arduas que otras. Estos deberes tienden a ser comunes a todos los Alastores, sin importar si tienen el rol de supervisor como los Alastores Rojos o no. Sin embargo, cómo dividen y llevan a cabo estas tareas suele variar ampliamente y depende de ese Alastor en concreto y sus compañeros de coterie.
• Permanecer centrado en la Caza: Los Alastores, de forma muy similar a como los Arcontes Josianos reciben la orden de Cazar Infernalistas, tienen como deber principal una tarea: la Lista Roja. Cualquier otro asunto referente a la política, las responsabilidades de su Clan, coterie, Sire, dominio o Ghoul y otros problemas personales se suponen secundarios a la Caza. Eso no significa, no obstante, que los Alastores estén siempre viajando y buscando diligentemente a los Anatemas y sus cómplices. A diferencia de otros Vástagos, los Alastores son más activos, menos reticentes al cambio y hacen buen uso de los tiempos muertos entre Cazas. Es muy raro que un Alastor desaparezca durante años o permanezca mucho tiempo en un sitio, pero puede ocurrir y ocurre cuando el Alastor está encubierto, en Letargo o en una misión que es parte de un plan mayor.
• Seguir la cadena de mando: Los Alastores tienden a tener al menos una base local desde la que operan cuando no son más. Un Alastor Rojo que opere en su región les proporciona guía y un punto de contacto centralizado, mientras que los Justicar emiten edictos y hablan en nombre del Círculo Interior. Dado que los Alastores operan fuera de las actividades cotidianas de la Camarilla, no tienen que responder necesariamente ante otros Vástagos de alto rango como Príncipes, Primogénitos o Sheriffs, pero obra en su mejor interés que los traten con un mínimo de respeto. Los vampiros tienen una prolongada memoria, incluso en la Camarilla, y no es inteligente que un Alastor olvide que los Anatemas no son las únicas amenazas de las que ha de preocuparse.
• Evaluar las Tradiciones: Las Tradiciones, aunque importantes, pueden ser coercitivas para los Alastores, sobre todo dado que la destrucción de Anatemas es su principal deber. Logísticamente, las Tradiciones pueden resultar difíciles de manejar para los Alastores en misiones encubiertas, pues las sectas y organizaciones fuera de la Camarilla no comparten los valores y creencias de ésta. Sin embargo, algunas Tradiciones, como engendrar Progenie, pueden y probablemente deban evitarse si este acto en concreto genera más preguntas de las que un Alastor estaría preparado para contestar. Otras, como mantener un dominio, pueden no ser tan valiosas para un Alastor que está constantemente de viaje. Aunque esto sea verdad, algunos Alastores (específicamente los Alastores Rojos) que permanecen durante largos períodos en territorios o ciudades de la Camarilla, tienden a verse como Vástagos modelo y sienten que deben ser un ejemplo para otros en la defensa de las Tradiciones al pie de la letra.
• Mantener un dominio: Aunque a los Alastores se les permiten muchos beneficios, aún es su responsabilidad mantener sus dominios y su refugio seguro cuando sea necesario. Esta tarea en particular puede ser muy difícil para los Alastores, por lo que el Trofeo les otorga beneficios temporales cuando viajan por otra ciudad de la Camarilla. Cuanto más tiempo ha estado un Alastor de Caza, más paranoico tiende a ser y más refugios suele tener. Algunos Alastores veteranos suelen rotar sus refugios, pasan por alto mantener un dominio en general y hacen uso de varias identidades falsas para que sus perseguidores pierdan su rastro. Otros confían mucho en sus compañeros de coterie para que lidien con los asuntos cotidianos.
• Limpiar las rupturas de la Mascarada: De todas las Tradiciones, la Mascarada es aún la más importante y la única que los Justicar esperan que los Alastores defiendan. Cómo actuar para limpiar una ruptura de la Mascarada, sin embargo, puede estar abierto a interpretaciones. Algunos Alastores que están pisándole los talones a un Anatema sencillamente notificarán al Sheriff local cualquier problema o esperarán que éste se encargue del desastre que ellos causen, mientras que otros sienten que limpiar es su responsabilidad. Esta responsabilidad en concreto tiende a ser muy controvertida, dado que algunos Alastores sienten que la Mascarada les distrae de la Caza. Para ellos, los Anatemas usan la Mascarada como arma y los Alastores pierden un tiempo valioso si tienen que dejar de rastrearlos para lidiar con cualquier testigo.
• Encontrar topos y espías: Los Justicar comprenden, especialmente tras descubrir que Kemintiri llevaba años pretendiendo ser Lady Merritt en el Londres victoriano, que a veces los peores enemigos pueden encontrarse más cerca de lo que creen los Vástagos. Una de las responsabilidades más difíciles de un Alastor es acabar con los traidores dentro de la Camarilla. La mayoría de Vástagos recelan de los llamados Alastores y no quieren necesariamente acercarse demasiado a ellos por miedo a verse implicados de alguna forma. Otros los buscan con la esperanza de que divulguen más información sobre la Caza y sobre si están realizando o no alguna investigación en la zona. En cualquier caso, los Alastores tienen mucho trabajo por hacer, por lo que muchos prefieren centrarse en la Caza de Anatemas activos y evitar la máquina política. Existen los topos y los espías, pero en cierta medida también creen que los asuntos locales serán manejados por el Príncipe. Aunque los Alastores pueden intervenir, tienden a consultar con los Justicar y los Alastores Rojos antes de tomar medidas en el patio de un Príncipe.
• Recopilar pruebas: Una vez que es nombrado un Anatema, los Alastores actúan sobre la suposición de que el enemigo es culpable. Sin embargo, eso no significa que se lancen a la acción e inmediatamente salgan de caza sin prepararse. Normalmente, ponen mucho esfuerzo en aprender tanto como pueden sobre su nuevo objetivo reuniendo información. Podrían trabajarse las calles cerca de la última residencia conocida del Anatema, entrevistando a testigos o localizando a aliados conocidos. Podrían coordinar sus esfuerzos aún más al investigar informes de testigos, rastrear datos financieros o identificar posibles refugios y rutas de viaje. En cualquier caso, depende de los Alastores recopilar y compartir estos datos como consideren oportuno antes de enfrentarse a los Anatemas por sí mismos. Sin embargo, una vez se han recopilado los datos, suponen un riesgo de seguridad independientemente de si están almacenados en un ordenador o no, ya que estos datos revelan el conocimiento que los Alastores tienen sobre los enemigos de la Camarilla. Peor aún, ahora que los Alastores se están volviendo cada vez más paranoicos, muchos han ido realmente lejos para ocultar lo que han encontrado.
• Infiltrarse en territorios enemigos: Dado que muchos Anatemas pertenecen a otras Sectas, como el Sabbat, los Alastores suelen tener que viajar a territorio enemigo para cazarlos. A veces, estas cacerías requieren que los Alastores estén fuera durante meses o años. Algunos Alastores escogen infiltrarse por completo al adoptar una nueva identidad en una Secta enemiga para evitar atraer atención no deseada o lidiar con oponentes que no están en la Lista Roja. Esta decisión no se toma a la ligera, porque cuando un Alastor se infiltra en territorio enemigo deja todo atrás, excepto la Marca. Muchos se ven forzados a realizar acciones que normalmente no harían, como torturar ganado o Diabolizar Vástagos, para proteger su tapadera o si no se arriesgan a ser asesinados. Sin embargo, muchos Alastores tratan de evitar infiltrarse cerca de un vampiro impío, ya que el riesgo es demasiado alto.
• Formar un equipo para eliminar amenazas clave: Muchos Anatemas son tan poderosos que un único Alastor no puede vencerlos por sí solo. Otros, como Francisca Santos dos Rodrigues, son tan enigmáticos que los Alastores sienten que necesitan proceder con precaución. Por estas razones, los Alastores suelen determinar sus estrategias unos con otros para discutir los mejores métodos para eliminar a los Anatemas, pero también para identificar el trasfondo de los Anatemas, sus recursos, aliados, cómplices involuntarios y rivales. En algunos casos, los Alastores han tenido más éxito a la hora de acabar con un Anatema al atacar a sus socios conocidos y privarle de todo apoyo que forzando una confrontación directa.
• Asfixiar los apoyos a un Anatema: Muchos Alastores encuentran difícil lidiar con la red de apoyos de un Anatema debido a su compleja naturaleza. A un nivel individual, algunos Anatemas usan Disciplinas y Vínculos de Sangre para manipular a sus aliados, mientras que otros confían en chantajes, amenazas y sobornos para forzar la mano de un cómplice. Otros Anatemas se ocultan en el centro de una gran red, como Christopher Barrow, que dibuja un círculo protector de asociados a su alrededor, o Karen Anatos, que construye un séquito semejante a un culto. Lidiar con grupos estrechamente urdidos puede ser un desafío para los Alastores, ya que no confían en los forasteros y, si están llenos de mortales, pueden ser difíciles de romper sin provocar una grave ruptura de la Mascarada. Sin embargo, las redes mayores son igual de amenazadoras, ya que aunque es más fácil infiltrarse en una vasta red, puede ser más difícil escapar sin daños.
• Mantener el contacto: Aunque los Alastores pueden salir de Caza o de viaje durante largos períodos, es importante para ellos mantener el contacto con otros Alastores, Alastores Rojos y los Justicar cuando sea posible. Los detalles de cómo se comunican los Alastores y los momentos cruciales que provocan que se pongan en contacto varían ampliamente. Algunos Alastores están más cómodos con las nuevas tecnologías, mientras que otros no y prefieren usar métodos más antiguos para transmitir mensajes. Sin embargo, la tecnología es una herramienta que los Alastores no pueden ignorar, especialmente porque no pueden asumir que los Anatemas no estén haciendo buen uso de ella. Por esta razón, los Nosferatu han comenzado a enseñar a cualquiera dispuesto las características de ShreckNet, lo cual a su vez ha creado fuertes lazos entre el Clan y los Alastores. Aquí, la seguridad también es un problema. Unos cuantos Alastores han comenzado a usar teléfonos cifrados, mientras que otros han experimentado con comunicaciones taumatúrgicas.
• Cumplir los deseos del Clan Trofeo: El Clan Trofeo interactúa con los Alastores principalmente de dos formas distintas. Los Alastores que han reclamado el Trofeo al acabar con el Anatema mantienen una relación con el Clan Trofeo que suele acabar siendo mutuamente beneficiosa. En algunos sentidos, el Clan Trofeo actúa como un victorioso mecenas del Alastor para ayudarle a continuar con la Caza del siguiente objetivo. Aunque los deseos del Clan Trofeo pueden no ser explícitos, algunos Alastores pueden preferir Cazar a ciertos Anatemas antes que otros como muestra de gratitud. La segunda forma en que el Clan Trofeo interactúa con los Alastores es más indirecta, a través de las instrucciones que han dado a los Justicar acerca de los Anatemas cuya Caza patrocinan. Acabar con un Anatema es bastante complicado, pero llevarlos estacados o aportar pruebas de su Muerte Definitiva puede ser mucho más difícil. El Clan Trofeo puede preferir que el Anatema sea llevado de vuelta a la Camarilla de una forma especial, pero la realidad de la Caza es que esos deseos pueden ser difíciles de cumplir. Los Alastores harían bien en recordar que la política y el comercio social les ayudarán a superar cualquier problema que pudieran tener.
Como los Josianos, el ámbito de los Alastores sólo abarca asuntos pertinentes a lo que originalmente fueron asignados a supervisar. En este caso, los Alastores están extremadamente concentrados en los Anatemas y la Caza. Su vigilancia tiene sus límites y no puede conceder poderes ilimitados en el sentido de que los Alastores puedan hacer lo que quieran según consideren conveniente. Los beneficios permitidos a un Alastor no pueden usarse para el beneficio personal o para resolver disputas, y los Alastores tampoco pueden romper las Tradiciones cuando quiera que les convenga. Aunque es más probable que los Alastores puedan romper las Tradiciones dado su papel, no son inmunes a las reprimendas o las investigaciones internas, y eso incluye la posibilidad de ser investigados por los Josianos si dan cualquier razón para pensar que se han vuelto impíos.
Si un Alastor flaquea, los castigos pueden incluir: ser marcado, el Vínculo de Sangre, la pérdida de dominio, Letargo forzoso o Muerte Definitiva. Habitualmente, otros Alastores se presentarán voluntarios para ser testigos o llevar a cabo estos castigos si uno de los suyos falla. Sin importar cómo se realice el juicio de un Justicar, los Alastores comprenden que apartarse del camino no puede ser tolerado.
Aunque los Alastores tienen grandes responsabilidades, los Justicar no esperan que carguen con ellas solos. Con el tiempo, los Alastores han desarrollado políticas y procedimientos que los ayudan a guiarse y protegerse durante la Caza.