Brujah – Campos de Batalla de Europa

Hellas

Las ciudades estado de nuestro antiguo hogar pasaron hace mucho tiempo a la historia. Ahora el Imperio Bizantino reclama toda la región en la que antiguamente habitamos. Irónicamente, los mismos Brujah que abandonaron Hellas a su destino nunca llegaron a dejarla: se limitaron a observar el colapso. Estos ancianos se refieren a sí mismo como Praedicanda, los hermanos “más reconocidos” del clan, pero no se suele oír ese nombre si no es de sus labios. “Gerousia” puede referirse a todos nuestros antiguos tradicionales, pero los autoproclamados Praedicanda encajan mejor en el título. Son altaneros y distantes, pero no tan alejados de los asuntos mortales y Cainitas como nos quieren hacer creer. Guardan bien sus secretos, pero la misma arrogancia que guía su creencia en su infalibilidad expone sus motivaciones a aquellos con paciencia y perspicacia.

Su progenie es esparcida por Europa con la esperanza de que sus ideologías calen en el sistema de creencias de una humanidad iluminada. Enfrentando a los monarcas contra la nobleza, estos Brujah esperan convertir a los plebeyos en el peso que desequilibre la balanza del poder. Para lograr una ventaja decisiva, un bando u otro debe lograr el favor de las clases inferiores, lo que solo redundará en una mayor libertad para la ralea.

Los beneficios para la humanidad son secundarios para los Praedicanda. La reducción del poder de los líderes mortales significa un debilitamiento proporcional de los Ventrue y los Lasombra tras el trono. Lo que estos vampiros buscan más allá es un misterio, pero no tengo duda de que todos los Brujah encajan en su esquema.

Se dedican sonrisas misteriosas cuando les mencionas el ascenso de la plebe, y aseguran que no es más que el comienzo. Me pregunto si son conscientes de lo mucho que se han alejado de sus hermanos. Lo dudo, y también que les importe en caso de saberlo. Los más viejos moran principalmente en Ática y Lacánica, aunque sus chiquillos más devotos se extienden por Boecia y el Peloponeso. Se reúnen cada año en el Acrocorinto, una fortaleza en las montañas cercanas a Corinto. Allí los Praedicanda prosiguen debates iniciados hace siglos, con los efectos previsibles: dejarlo todo hasta la siguiente reunión, donde el ciclo comienza de nuevo. No se puede negar que nuestros antiguos se cuentan entre los mejores oradores de todos los tiempos.

Los Praedicanda permiten a otros Cainitas residir en sus tierras, pero los vigilan de cerca y les advierten contra cualquier intromisión en los asuntos de los Brujah. No sé cómo es posible involucrarse en los asuntos de alguien que no hace nada, pero considerando el poder de los vampiros que hacen cumplir estos decretos, pocos son los que discuten las condiciones. En realidad, muchos de estos visitantes no vienen a molestar a los Praedicanda, sino a suplicar su favor en asuntos de erudición. Son las bibliotecas de estos antiguos (miles de viejos tomos, pergaminos de papiro y escritos cuneiformes llenan las estancias y salas de entrenamiento de sus acrópolis) lo que lleva a los extranjeros hasta Hellas. Las vidas necesarias para leer tantas obras casi excusa a nuestros antiguos por su inacción.

Persisten los rumores que aseguran que los libros a los que dan acceso los Praedicanda no son sino una fracción de sus verdaderas colecciones. Los viejos escritos de los Salubri, las disertaciones sobre espíritus, hechicerías oscuras e información sobre los demás seres sobrenaturales del mundo permanecen ocultos a los ojos curiosos; estoy seguro de que habrá rumores que aseguren que también custodian el Santo Grial y la Cruz. Yo no he visto nada extraño en el refugio de los dos verdaderos antiguos con los que he estado, pero Alipio cree que los Praedicanda practican complejos rituales de mejora personal que mantienen ocultos a todos los extraños. Si esto es así, representaría una barrera más entre antiguos y neonatos.

¿Cómo describir el sentimiento del clan hacia estos progenitores cuando soy incapaz de explicar los propios? Todo lo que ahora somos, bueno y malo, se originó en ellos. Guiaron una de las mayores civilizaciones que el mundo ha conocido y la abandonaron ante los bárbaros romanos. Justifican sus actos señalando la extensión de la cultura y el pensamiento helénico por el resto del mundo, pero, ¿era éste el único camino? Teníamos la ocasión de romper a Roma y a sus dirigentes Ventrue y salvar así a Cartago, ¡pero no lucharon! Pueden ser los “más reconocidos” de nuestro clan, pero no los más valiosos. Imagina lo que sintieron sus chiquillos cuando comprendieron que se enfrentaban solos al poder de los antiguos Ventrue sedientos de conquista. Los Praedicanda son tanto mis hermanos como los tuyos, Francisco, pero no puedo condenar a los chiquillos que se alzaron contra ellos.

Sin embargo eso fue hace mucho y nuestro clan debe conservar un alma, si no una mente. De momento estos ancianos se conforman con la observación y el debate. Si alguna vez deciden dejar a un lado sus libros y se involucran en el mundo exterior, es posible que tengamos una oportunidad de reconstruir nuestro sueño.

Italia

Dos líneas principales de Brujah llevan la lucha en Italia, y una de ellas, la de los Helenos, está a su vez dividida. Los antiguos han convertido el sur de la península en su hogar desde la colonización de Magna Graecia. Igual que sus sires entre los Praedicanda, los Griegos son eruditos pacientes más preocupados con la extensión del conocimiento y su búsqueda de la Entelequia que por guerrear contra nuestros enemigos. Algunos tienen el hábito de debatir asuntos académicos con los Lasombra en la Universidad de Salerno, ¡llegando incluso a invitar a los Magister a sus salas de entrenamiento para jugar al ajedrez! Si los Griegos no fueran unos defensores tan ardorosos de las tradiciones y saberes Brujah, serían totalmente inútiles para nuestra causa. Aseguran que sus “métodos” podrían convertir a nuestros enemigos en aliados, pero hasta yo veo las cuerdas de sombras atadas alrededor de sus muñecas. Han caído en la complacencia.

Son capaces, pero demasiado dispuestos a ahuecarle la almohada a los Lasombra a cambio de una vida tranquila de conversaciones y partidas de ajedrez. La otra línea Helénica de Brujah italianos desciende de los mismos hermanos que se volvieron contra los Praedicanda tras el abandono de Hellas por los antiguos. La rabia de estos Celotes contra sus maestros (transmitida de sire a chiquillo a lo largo de los siglos) podría fundir la piedra, pero se niegan a recrear la revuelta que dividió a nuestro clan. Lo que hacen es canalizar su furia contra los príncipes mercaderes Ventrue, la nobleza Lasombra y cualquiera que se interponga en su camino. Suya es la lección de Palermo, pero creo que es deber de todos nosotros aprender de ella. Casi todos murieron allí, y los que quedan ya no se preocupan por otra cosa que no sea la venganza, o en su defecto la violencia. Solo son previsibles en su odio, y me preocupan como presa potencial de lo Infernal. Reza conmigo para que mis miedos no se hayan hecho ya realidad.

Los Brujah no Helenos, los Bizantinos, fueron responsables de la transmisión del conocimiento griego desde Constantinopla hasta Italia durante el reinado de los emperadores iconoclastas. Como los Griegos, son doctos y mantienen bien nuestras tradiciones, pero se niegan a desperdiciar sus oportunidades para perseguir nuestro ideal. De todos los Brujah, éstos son los más expertos en emplear las propias tácticas de los enemigos contra ellos. Durante un siglo han espoleado la revolución de las masas en Italia, con éxitos magníficos. Ahora los nobles juran alianzas a los cónsules de ciudades como Génova y Pisa, entre otras. Mediante los arti, los gremios artesanos, se resisten a los príncipes mercantes Ventrue. Atizando las llamas de la animosidad entre Guelf y Ghibelline enredan las conquistas Ventrue por todo el Sacro Imperio  Romano con los intereses políticos y eclesiales de los Magister. Su preferencia por la subversión silenciosa, más que por la confrontación, les hace recibir la burla de los que creen que la victoria se mide en la sangre derramada… que son siempre los más ignorantes e indignos.

Ahora los Bizantinos están saliendo de las sombras, y al hacerlo caen uno tras otro, destruidos o perseguidos. ¿Y por qué? Porque creen que poniéndose en un peligro directo fuerzan a los demás Brujah a acudir en su ayuda. En épocas pasadas no hay duda de que su idea sería correcta, pero hoy en día nadie lo sabe con certeza. Solo espero que, en caso de que caigan, no arrastren con ellos al abismo a muchos de sus hermanos… asumiendo que alguien responda a la llamada. ¿En qué nos hemos convertido, mi chiquillo? Temo la espantosa respuesta que surja de esta crisis.

Iberia

Aquí, los descendientes de los pocos supervivientes Brujah de Cartago están entre los más afamados tácticos y pensadores de la sociedad Cainita. Durante los últimos días de las Guerras Púnicas muchos de nuestros antepasados, comprendiendo la inevitable derrota, dejaron la ciudad con todo el arte y el conocimiento que pudieron llevarse con ellos. Los que no se dispersaron por el norte de Europa o cayeron en letargo emigraron hacia zonas neutrales de Iberia para comenzar de nuevo.

Los Brujah de la península se establecieron principalmente en la región de lo que un día sería conocido como Portugal. Allí permanecieron varios siglos, durante la invasión y las tinieblas. Eran grandes admiradores de muchos aspectos de la cultura Almohade, y lamentaron la llegada de los Assamitas y el peligro que representaban para los antiguos. Sin embargo, el éxito de la Reconquista y su odio mutuo por los Lasombra de Castilla y León se convirtieron en terreno común para una tregua.

Nuestros primeros intentos por limitar la invasión del norte fracasaron de forma miserable, empequeñecidos por el fervor religioso y la influencia de los Lasombra. Nuestros generales iberos decidieron entonces usar una nueva táctica, no muy distinta del modus operandi de los propios Magister. Podrán ser maestros de la maniobra política, pero la mayoría, especialmente los que se ocultan en la Iglesia, dejan la guerra a los mortales. Los capaces tácticos Brujah han adoptado puestos enfrentados en la Reconquista, y están dispuestos a enfrentar a sus respectivas fuerzas. Una adecuada coordinación de esfuerzos provocará grandes pérdidas en ambos bandos, y quizá un conflicto directo entre los propios Magister. Además, si persuadimos a los Sarracenos para que empleen su talento contra los objetivos adecuados, ¡podremos destruir el poder de los Lasombra en toda la región! Tan importante como los esfuerzos de desestabilizar Iberia es el verdadero propósito de estos Brujah: el restablecimiento de Cartago. No existe una concentración mayor de Celotes de la Tercera Ciudad, y la fe en el Ideal arde en sus corazones. Sin embargo, un milenio de cambios ha hecho que el cumplimiento de su sueño sea mucho más difícil. Los antiguos que quedan no encuentran la misma cooperación que en tiempos más sencillos. Un exceso de distracciones les impide concentrarse, y las noches en las que los vampiros podían caminar abiertamente y sin miedo en la sociedad mortal son cosa del pasado. Mediante el puerto de Lisboa tenemos acceso a Italia, a Hella, a Francia y a las Islas Británicas. Esperamos que esta capacidad, empleada de forma adecuada, pueda aumentar la unidad del clan y la cooperación entre nuestras diversas facciones. Además, algunos de nuestros hermanos portugueses aseguran que los Gangrel están extendiendo rumores sobre tierras más allá del océano.

Los antiguos Brujah que recuerdan las audaces batallas marítimas de las Guerras Púnicas muestran un enorme interés en estas historias y piensan fomentar la exploración mortal del mundo. Quizá crean que, en caso de fracasar en la consumación de sus planes para Iberia, una nueva tierra les proporcione otra oportunidad para expandirse y alcanzar el Ideal.

Inglaterra

El corazón del clan está cambiando, y en ninguna otra parte es tan evidente como en Inglaterra. Los anarquistas abundan por toda Europa luchando por cualquier causa fugaz que encienda su pasión, pero nadie puede igualar la furia concentrada del creciente contingente de rebeldes y bandidos conocido como los Agitadores. Tampoco hay otro grupo que haya caído tan lejos del Ideal. Denuncian nuestras tradiciones como antitéticas con la igualdad de todos los Brujah. Descartaron hace mucho la relación de maestro y pupilo de la sala de entrenamiento, en favor de la práctica indisciplinada de la espada o el lanzamiento de rocas. Eligen a sus líderes (sabiamente en mi opinión) no por su edad o por la fuerza de su sangre, sino por su habilidad para organizar las manadas contra la monarquía británica y sus defensores Ventrue. Mediante su actual jefe, Robert Leeland, se han aliado con la nobleza proscrita sajona contra el gobierno normando, aunque no siempre con éxito.

El ascenso de Mithras, el antiguo Patricio, ha negado todos los logros que conseguimos durante el reinado de Enrique II. Sin embargo, su control sobre los feudos externos se debilita al alejarse de Londres, y la banda de Leeland aprovecha rápidamente cualquier punto débil. Ocultos entre los bosques del sur de Inglaterra, los Agitadores y sus aliados acosan a los bribones y a los servidores de la corona. Lo primero no es tanto una buena acción en favor de los campesinos como un modo de practicar sus habilidades y lograr sustento. ¡Ah! Nada se puede comparar a la mirada de un bandido cuando huye de ti a caballo y se da cuenta de que le estás alcanzando… ¡a la carrera! Éstos son los pasatiempos de nuestros jocosos hermanos ingleses.

Sin embargo, estos jóvenes no se conforman con el simple bandidaje, aunque debo admitir que hay veces en que desearía que así fuera. A los Agitadores les da igual Cartago y Hellas, pero su odio por los Patricios es incuestionable. La presencia de Mithras hace de Londres un lugar peligroso, pero en ocasiones la banda de Leeland se acerca a la ciudad. No pueden atacar a los Ventrue directamente, pero sí golpear su talón de Aquiles: su rebaño. Leeland nunca revelaría la fuente de este conocimiento, pero sus manadas han estado eliminando selectivamente al ganado de muchos Patricios a lo largo de la última década. El miedo y el caos que esta táctica incita es agradable, pero hasta que puedan apuntar sus esfuerzos directamente hacia Mithras los Agitadores se deben contentar con clavar una espinita en la pata del león. Además, fuentes ajenas al clan parecen indicar que estos ataques podrían ser más costosos para los Agitadores que para los mortales a los que cazan. Estos chiquillos personifican el espíritu de la rebelión que se está haciendo cada vez más prevalente dentro del clan. La mayoría no es capaz de trazar su linaje más allá de sus sires, y no les preocupa filosofía alguna que sea más complicada que su doctrina de la anarquía. La devoción al conocimiento es rara entre estos rebeldes, y sus relaciones con los antiguos son, como poco, tensas. A medida que las tradiciones de los Praedicanda caen en desuso, estos Celotes se convierten en el nuevo corazón del clan Brujah.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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