Desde hace mucho tiempo, los Capadocios han estado interesados en las artes mágicas como medio de satisfacer su sed de conocimiento. Algunos miembros del clan afirman haber pertenecido a órdenes mágicas durante sus vidas mortales, pero dicen que el Abrazo embota la capacidad para manejar tales fuerzas (o eso parece). Tal y como están las cosas, ningún Capadocio, aparte de los más ancianos, es capaz de manipular más que los más sencillos conjuros o las más rudimentarias formas de alquimia.
La Nigromancia de los Giovanni, por supuesto, es la sobresaliente excepción a la regla. Los Capadocios argumentan que la base de su poder nigromante surge de la sangre de Caín, que comparten todos los vampiros: no es más «mágica» que la Disciplina de Mortis o cualquier otra. Los Giovanni opinan lo contrario, habiendo practicado el Arte antes de ya de su abrazo, pero su voz tiene poco peso, y su reciente introducción en el clan los tacha de ingenuos.
Los Capadocios no oponen de forma unificada a los Tremere a causa del vasto potencial de la magia. Hay un cisma en el clan. Algunos creen que la política y la historia de los vampiros son temas incendiarios: los Tremere pueden haber actuado de forma temeraria, pero la Taumaturgia que aportan ofrece nuevas oportunidades de estudio. La naturaleza de Disciplina de la Taumaturgia elude además la prohibición Cainita de la magia, y los Ladrones de tumbas están deseando explotarla como harían con cualquier otro recurso.
Los detractores advienen en contra de cualquier contacto prolongado con los Tremere, señalando la destrucción de Saulot como la más condenatoria prueba de las intenciones de los Usurpadores: no hay nada que valga la extinción. Por supuesto, esta disputa puede resultar algo sin sentido a largo plazo. Los Tremere son notablemente cicateros con sus secretos recién descubiertos. No obstante, abundan los rumores acerca de Tzimisce renegados que les mendigan su magia de la sangre.
CONVERTIRSE EN WRAITH
Es raro que un vampiro se convierta en wraith tras sufrir la Muerte Definitiva, pero ocurre de vez en cuando. Como siempre, el Narrador es quien tiene la última palabra sobre si desea o no que los jugadores asuman el papel de wraiths tras la muerte de sus personajes Cainitas. Los vampiros que pasan por este cambio no conservan vestigios de su posición vampírica; es más, sus Disciplinas se desvanecen cuando se unen a las filas de los Muertos sin Reposo. Atributos y Habilidades se mantienen (y pueden tener un buen nivel), mientras que los Arcano, Pasiones y Grilletes pueden ser escogidos de la forma normal o determinados de acuerdo con los deseos del Narrador.Los vampiros que hayan alcanzado el muy esquivo estado de Golconda no pueden convertirse en wraiths, ni tampoco los que hayan encontrado su fin a causa de la diablerie. Encontrarás más información sobre los wraiths en Wraith; El Olvido y en el Capítulo Nueve de Vampiro: Edad Oscura
Muchos Capadocios han descubierto métodos para comunicarse con los wraiths en el curso de sus macabros estudios. Parece que el velo que separa el mundo físico de las tierras de los muertos se hace más tenue en presencia de los vampiros y criaturas similares.
La comunicación con estas sombras de ultratumba es limitada en el mejor de los casos, pero las Capadocios que se especializan en el estudio de estos fantasmas dicen que hay una sociedad establecida más allá del Manto que imita en gran medida a la humana.
Los informes de diversos Capadocios concuerdan en muchas generalidades acerca de esta tierra muerta. El significado de tales descubrimientos había sido objeto ele acalorados debates entre las facciones de Capadocios que dedicaban sus estudios a estas cuestiones. Algunos, como los miembros de la Alianza Ciclópea, quedaron desilusionados por ese saber, poniéndose activamente a los trascendentales puntos de vista del resto del clan. Creen que, si la muerte se limita a perpetuar las instituciones de los vivos, no hay mucho de lo que pueda aprenderse del otro mundo que no pueda estudiarse en cualquier otra parte. Otros, de mentalidad más religiosa y próximos a los Trascendentales, mantienen que estos espíritus condenados no son los moradores del Cielo o el Infierno, sino que de alguna forma han quedado atrapados entre la salvación y la condena, tal y como se describe en el Libro de Mateo. Los elementos más radicales desdeñan incluso esta afirmación, manteniendo que, como hijos de Caín, los propios vampiros están suspendidos en el reino del Purgatorio. Los Capadocios que apoyan estas escuelas de pensamiento argumentan sus casos en cada asamblea en Erciyes, pero hasta ahora ninguna facción ha podido demostrar sus posturas de forma incontrovertible, intentando en su lugar imponer su idea como el dogma «correcto».
Unos pocos antiguos Capadocios han observado también una peculiar manifestación fantasmal que muestra una notable semejanza con su propio poder avanzado de Vigor Mortis. Algunos wraiths son en apariencia capaces de reanimar cuerpos anfitriones, introduciéndose a la fuerza en cadáveres putrefactos y dedicándose a sus inescrutables negocios. Estos «Alzados» pueden hablar, aunque sus cuerpos anfitriones limitan esto al grado en que es físicamente posible.
Además de ser extraordinariamente raros, estos muertos conscientes no suelen tener tiempo para Cainitas de cualquier tipo, a menos, por supuesto, que estén buscando al vampiro en particular que causó su muerte. Estos cadáveres andantes son confundidos a veces con los sirvientes zombu típicamente asociados a los Capadocios, y en ocasiones incluso se les toma por vampiros particularmente decrépitos. ¡Imagina la sorpresa de un cazador de vampiros cuando su presa continúa luchando, incluso con una estaca atravesándole el corazón! Los zombu son completamente distintos de los «Alzados”, pues no son más que simples cáscaras vacías animadas por Disciplinas vampíricas, más que por almas.
EL PROBLEMA GIOVANNI
Una de las razones por las que la postura Capadocia frente a los Tremere está en el aire (aparte de la desorganización del clan) es la división interna por la inducción de los Giovanni. Varios antiguos Capadocios se muestran activa y abiertamente insatisfechos con la decisión de abrazar a los nigromantes venecianos. Algunos sospechan que los Giovanni tienen intenciones ocultas, teniendo en cuenta la ominosa revelación del inevitable destino del clan. Otros ven a los venecianos como unos nuevos Usurpadores, pues en su opinión han robado el Abrazo tal y como hicieron los aborrecibles Tremere. Aunque Cappadocius dio libremente su sangre a Augustus, los detractores de éste creen que no se la había ganado. Y otros están sencillamente celosos de que Augustus Giovanni atrajese tanta atención de su fundador, recibiendo el regalo de tan potente vitae. Estos críticos argumentan que, independientemente de la utilidad de los nigromantes, han puesto una venda sobre los ojos de Cappadocius y pretenden usar el Abrazo para sus propios fines, sin importarles lo que le ocurra al clan. Muchos de los Capadocios más ancianos no pueden ser encontrados, y mucho menos dar su opinión, pero tanto Japheth como hasta el propio Cappadocius hablan en favor de los nigromantes. El resentimiento mostrado por los jóvenes Capadocios, dicen, es una simple debilidad en sus seres, y no puede sino entorpecer sus estudios si se deja sin atender. Estos ancianos señalan como un portentoso evento los nuevos caminos de sabiduría que puede abrir la Disciplina de Nigromancia, aunque el entusiasmo mostrado por Japheth es reluctante en el mejor de los casos.
A la gran mayoría de los Capadocios sencillamente no le preocupa, pues opinan que en alguien tan anciano como el fundador las excentricidades están más que justificadas. Si sale algún beneficio del Abrazo de los nigromantes, tanto mejor para el clan. Si no, tampoco son más imprescindibles que sus hermanos enterrados bajo Kaymaldi. Con el típico estilo de su familia, los Giovanni se muestran indignados ante la sospecha acerca de sus intenciones. Sólo Augustus y su familia mortal forman la línea de sangre, así que difícilmente pueden ser acusados de intentar un golpe de mano amparándose en el número. Aunque su nueva Disciplina está aún en sus comienzos, ha abierto grandes puertas y mayores oportunidades para el estudio de la muerte al que todos los Capadocios son tan aficionados. Más que cualquier otra cosa, los Giovanni parecen ansiosos de probar su valía.
Por lo general, los Capadocios tienen poco que ver con los Giovanni, aunque sólo sea por la rareza de éstos. El Ladrón de tumbas medio no haría por un Giovanni menos de lo que haría por cualquier otro Capadocio (lo que sigue siendo bastante más de lo que haría por algunos vampiros), y se espera que la presencia de los Giovanni en conjunto acabe siendo beneficiosa. Pero cuando un Capadocio se oponga al experimento Giovanni, aprovechará cualquier oportunidad para hacer pública su opinión, al menos en compañía de otros Capadocios.