En 1133, Tremere expulsó a Goratrix de su creación, Ceoris, y lo envió a París para liderar su capilla. Por aquel entonces, Goratrix se lo tomó como una terrible derrota, por no decir una traición humillante por parte del señor al que había servido con toda su alma. Juró vengarse tanto de Tremere como de su perro faldero, Etrius. Transcurridos varios años en París, comenzó a ver el método que se escondía tras la aparente locura de Tremere. Francia le proporcionó a Goratrix una fascinante panorámica de la política mortal. Los reyes se enfrentaban a sus nobles por el territorio… y por los ingresos que éste les reportaba. El oro y los privilegios sumían a la iglesia en un mar de intrigas. Goratrix no se pudo resistir a implicarse en aquel juego; decidió manipular a los demás tal y como Tremere le había manipulado a él. El descubrimiento de los antiguos clanes de Cainitas ya hacía tiempo que intervenían en aquellos tejemanejes apeló a su competitividad. Aunque ha supervisado al menos un experimento mágico secreto de importancia desde su llegada a París, Goratrix se ha concentrado durante los últimos años a la consecución de poder temporal. Con el tiempo, se pasará de la raya y descargará la ira de la Inquisición sobre todos los Cainitas, lo que provocará su separación definitiva de Tremere, Por ahora, su influencia y su confianza en sí mismo no dejan de crecer.
Un Rey poderoso, una ciudad en auge
El París de 1197 es una ciudad en crecimiento y rebosante de energía. Aunque los Cainitas no pueden escuchar el incesante sonido de las obras que resuena durante el día, sí que pueden ver las mejoras y la expansión de los edificios de la ciudad, el puerto y las carreteras. Pueden ver la riqueza de la ciudad en los suntuosos vestidos y las relucientes joyas que tan en boga están entre la clase comerciante. El oro del comercio atrae a la ciudad a gente de toda Europa, por lo que París rebosa presas. Los vástagos de Goratrix han Abrazado a un par de miembros destacados del marchandise de l’eau, el gremio mercantil que controla el puerto más importante de la ciudad. El rey les ha concedido una considerable autonomía y se jactan de ser los máximos responsables de la buena marcha de la ciudad.
Goratrix ha convertido en ghouls a varios miembros influyentes de la corte del rey Felipe 11 (también conocido corno Felipe el Augusto), uno de los hombres de más dudosa reputación que se haya tocado jamás con la corona francesa. Se unió a una alianza favorable al rey y ayudó a Felipe a poner freno a los nobles rivales, lo liberaron para combatir al rey inglés, Enrique 11, y también a Ricardo Corazón de León por el control de Normandía Por medio de sus contactos en el seno de la Iglesia, Goratrix contribuyó a que Felipe participase en la Tercera Cruzada. Goratrix envió criados a la guerra con la esperanza de descubrir algún secreto acerca de Saulot y los Salubri. Aunque Felipe regresó a Francia tras un año de inestable alianza con su rival, el rey Ricardo, Goratrix tuvo tiempo de conocer los nombres de varios Salubri supervivientes y el emplazamiento de sus escondites, repartidos por toda la región mediterránea. Ahora pretende atraparlos con la esperanza de conseguir de ellos información de utilidad para Tremere. Dependiendo de la naturaleza de estos hipotéticos secretos, los empleará para recuperar el favor de Tremere o para chantajearlo para que Etrius reciba su justo castigo.
Sicarios de Goratrix
Los únicos magi mortales que quedan en la capilla de París son los que vienen a hacer breves visitas. Incluso ellos deben protegerse el cuello por las noches porque Goratrix continúa Abrazando a un ritmo que asombraría a cualquier otro Cainita, cuando no les da permiso a otros para que hagan lo propio. Su castellano, Lucubratio, dedica todo su entusiasmo a alimentar las intrigas políticas de Goratrix y ya ha Abrazado a media docena de parisinos de renombre. Este antiguo mago relamido, glotón empedernido en vida, se dedica ahora a la cata de caldos humanos, los cuales analiza con el mismo rigor que reservaba antes para los mejores vinos. No se ocupa de las operaciones nocturnas de la capilla, las cuales confía a su ghoul, Isabella, quien produce la que Lucubratio asegura que es la sangre más exquisita de toda Francia. Las contribuciones de Isabella al éxito de la capilla deberían haberle ganado ya el Abrazo, pero Lucubratio se muestra reticente, y ha conseguido que Goratrix acceda a sus deseos. Bromea y afirma que no quiere privar a su paladar de la sangre de la mujer (dado que, corno Cainita de pleno derecho, dejaría de producirla) pero lo cierto es que le preocupa que el juramento de sangre con la pirámide Tremere se impusiera al que la vincula ahora a él. En ese caso, no le cuesta imaginársela eclipsándolo si lograse ascender a una posición de poder. Lucubratio se interesa de manera especial por los asuntos de la iglesia y es el principal experto de Goratrix al respecto.
Goratrix se ve obligado a ordenar las muertes de muchos magi que reaccionan al Abrazo de forma desfavorable. Su teniente en estos asuntos es la gélida Frondator. La sádica Frondator, una mujer alta y flaca, perdió todo el cabello después del Abrazo. Utiliza una variada colección de pelucas para cambiar de aspecto con regularidad. Aunque le resultan útiles a la hora de dar caza a neonatos fugitivos, se las pone sobre todo para seguir los dictados de la moda.
Goratrix deja los estudios alquímicos en manos de la erudita y antisocial Lectora, cuya falta de tacto cabría calificar de crónica y hace mucho que podría haberle buscado la ruina de no ser porque goza de la protección de su señor y porque no se entera de nada de lo que transpira dentro de la capilla. Se ocupa de dispensar equipo y horas de laboratorio a todos aquellos residentes de la capilla que sigan interesados en el estudio de la magia.
Orlando Oriundus es un antiguo mago con cara de torta, célebre por sus desfachateces. Por ejemplo, afirma que una vez inventó un ritual para viajar atrás en el tiempo y que fue factótum de Alejandro el Grande. Goratrix lo Abrazó pese a su obvia charlatanería. Corno Cainita, mostró una perspicacia que jamás había exhibido en vida. Se convirtió en el consejero de confianza de Goratrix en lo referente a la política de los mortales. Dice que, como mentiroso empedernido, sabe distinguir cuándo los demás dicen la verdad y cuándo no. Orlando ha adoptado una identidad falsa, la del monje burgundio Osvaldus. De esta guisa, acompaña a peregrinos adinerados y acumula una útil cantidad de chismorreos para los planes de Goratrix. Como el hermano Osvaldus, viajó a Tierra Santa junto al rey Felipe y descubrió la lista de nombres de Salubri. Goratrix valora en gran medida el consejo de Orlando, pero también quiere instalarlo al menos como visitante asiduo de Ceoris. Si algo llegara a ocurrirle a su protegida, Malgorzata, Goratrix sin duda intentaría enviar a Orlando para reemplazarla como su agente en el seno de los de Etrius.
Marcel de Dreux, un caballero hambriento de guerras, estuvo junto a Orlando durante la Tercera Cruzada. Por el camino, protegió al rey del ataque de unos bandidos, lo que le ganó un pequeño feudo que donó a la capilla. Goratrix lo Abrazó con vistas a disponer de un criado dispensable, pero ahora se arrepiente de haberle alimentado con demasiada vitae artificial. La poción ha erosionado la cordura de Marcel y éste se encuentra siempre en un perpetuo estado de rabia. Hace poco tiempo salvó la vida de Goratrix de una rnanada de perros de guerra ghouls; asesinó a una docena con las manos desnudas. Goratrix le ha ordenado a Lectora que encuentre la forma de revertir el efecto enloquecedor que ejerce la vitae artificial sobre él. Mientras tanto, Marcel se vuelve cada vez más incontrolable; sale de la capilla por las noches en busca de pelea sólo para olvidarse por un momento de su demencia galopante.
El brujo moro Remugio se unió a la casa de Tremere hace una década, tras ser exiliado de su tierra natal (adoptó su nombre de mago en latín después de eso, pese a haber sido educado por magos árabes.) Habla con una voz honda y estridente que, cuando alcanza su máximo volumen, es capaz de intimidar incluso a Goratrix. Remugio renegó con todas sus fuerzas al principio de su Abrazo por sorpresa, pero subo guardarse esa ira para sí. Continuó con sus estudios y mantuvo los ojos abiertos. Aunque no forme parte del círculo de Goratrix, tampoco se le considera una amenaza. Remugio viaja a Viena cada dos años y allí ha establecido contacto, con mucha discreción, con la facción conservadora. En secreto, envía cartas a Viena informando de las actividades de Goratrix, que llegan a manos de Etrius en Ceoris. Aunque sus aliados dentro del clan le hacen sentir protegido, Remugio ha llegado a desencantarse de los Tremere en general y contempla la posibilidad de desertar a otro clan. Ha comenzado a establecer el contacto con un cortesano Ventrue leal a los rivales de Felipe. Sin embargo, no abandonará la capilla de París a menos que, en el proceso, pueda atentar contra Goratrix con garantías de éxito. La venganza le interesa más que la supervivencia, aunque no albergue ningún anhelo especial por experimentar la Muerte Final. Siempre procura entablar amistad con los Tremere neonatos asignados a París por señores que no tengan ninguna conexión con Goratrix y podría intentar convertirse en mentor de algún recién llegado que prometa.
La maternal pero temperamental Lignupeda hace poco que ha llegado procedente de la capilla de Durham, convencida de que ha hecho bien en escapar de la tenebrosidad opresiva de aquella capilla. Dos noches después, era asaltada por uno de los criados de Goratrix, el repugnante Culmen, y recibía el Abrazo. Desconcertada y furiosa, desencadenó un hechizo que redujo a Culmen a un montón de serrín mojado. Encadenada en la mazmorra, dejó que Goratrix pensara que había conseguido embaucarla para aceptar su nueva posición. Ahora que se ha ganado su libertad, se pregunta cuál es el siguiente paso que deberá dar. Remugio ha pensado en acercarse a ella, pero quiere estar seguro de que es digna de confianza antes de revelarle sus intenciones. Lignupeda bien podría acudir a otros recién llegados en busca de consejo y ayuda. Su futura lealtad sigue sin estar determinada.
Manicae, maniático y charlatán compulsivo, se oculta en la capilla tras haber asesinado a uno de los escribanos del rey Felipe delante de una docena de testigos. Antes de su Abrazo era un mago de medio pelo y, tras recibir la sangre, recibió el encargo de hacerse pasar por uno de los escribanos del rey. Demostró su utilidad copiando mensajes de vital importancia y enviándoselos a Goratrix. Por desgracia, también él fue alimentado con vitae artificial para que no tuviese que correr el riesgo de cazar dentro de la corte. Sus efectos lo condujeron al asesinato. Frondator quiere ejecutarlo de inmediato, opinión que no se ha molestado en ocultar al aterrorizado Manicae. Goratrix, por su parte, contempla la posibilidad de enviarlo a Ceoris para asesinar a Etrius.
Goratrix aún tiene que darse cuenta de hasta qué punto ha conseguido enfurecer a los Cainitas veteranos de la ciudad el creciente tamaño de su cuadra de vampiros.
En la orilla izquierda (y debajo de ella)
La capilla se encuentra en el barrio ilustrado de la ciudad. La Universidad de París existe como gremio de tutores, pero el rey aún no la ha reconocido de forma oficial. Cuando lo haga, dentro de algunos años, llamará a esta zona la orilla izquierda. Docenas de profesores por cuenta propia competirán por el patronazgo de los adinerados estudiantes, y se establecerán en edificios que irán de lo grandioso a lo destartalado. Los estudiantes, por lo general de sangre noble, cabeza llena de pájaros y dados a empinar el codo, provocarán numerosos encontronazos violentos con el resto de la ciudadanía.
La capilla se camufla haciéndose pasar por otra institución privada dedicada a la enseñanza, evitando así la atención del clero inquisitorial. No recluta estudiantes, sólo aquellos que ya estén en el ajo conocen su verdadera naturaleza y optan a convertirse en aprendices. Para confundir aún más a las autoridades, Goratrix ha ordenado que la otrora opulenta fachada quede desatendida hasta ofrecer un aspecto ruinoso. La mellada fachada de piedra está cubierta de estatuas decorativas, cuyas manos, pies y rostros se han desmoronado, aunque el observador que esté ojo avizor aún podrá distinguir que representan alegorías del aprendizaje y el desarrollo espiritual,
Al esconderse a la vista de todos, la capilla evita la necesidad de medidas defensivas como las de Ceoris. Los ayudantes ghouls estudian a través de una mirilla secreta a todo aquel que desee entrar y le prohiben el paso a todo aquel que no supere la inspección. Las protecciones contra los intrusos inesperados se encuentran en las puertas principales y en unos cuantos puntos estratégicos repartidos por toda la capilla. Los guardias no suelen tener mucho trabajo. No hay Tzimisce en Francia, los Gangrel no entrarán en la ciudad a menos que sea imperioso y los Nosferatu parisinos sin duda estarán al corriente de la lucha que enfrenta a sus hermanos con los Tremere en Transilvania pero, sin aliados, no tienen prisa por abrir su propio frente. No les apetece terminar convertidos en Gárgolas (Goratrix ha considerado la idea de enviar a Frondator a cazar Nosferatu para tal fin, pero siempre llega a la conclusión de que no merece la pena correr el riesgo, sino que prefiere importar Gárgolas de Ceoris cuando necesita reemplazar a algún miembro de su pequeña reserva de criaturas).
Los laboratorios, aposentos y áreas comunes se encuentran bajo tierra en su mayoría, en una de las cinco plantas del edificio. Los calabozos, los establos de las Gárgolas y el laboratorio secreto (véase más adelante) se encuentran a gran profundidad, debajo de unas antiguas catacumbas. La capilla, pese a su modesta fachada, se encuentra bien situada y es muy espaciosa.
Vitae alquímica
En 1135, poco después de que Goratrix asumiera el control en París, varios de sus neonatos fueron cazados y empalados como castigo por alimentarse de forma indiscriminada. Una delegación conjunta de Ventrue y Lasombra interceptaron a Goratrix durante la celebración del carnaval y le advirtieron que se atuviera a la justa proporción de depredadores y presas. Goratrix tuvo miedo de enemistarse con los Cainitas ya establecidos de Paris, pero no quería reducir el número de Abrazos, por lo que comenzó a trabajar en un nuevo proyecto, empleando el conocimiento de la anatomía vampírica acumulado a lo largo del siglo anterior gracias a la experimentación con Gárgolas. Cuando los entresijos de la política ocuparon toda su atención, puso su obra en manos de Lectora quien, en 1141, diseñó un método alquímico para fabricar sangre con ciertas garantías de nutrición. Aún se necesita un prisionero vivo (o Cainita) para la catálisis del proceso. Se extrae sangre de la víctima por medio de unos tubos que la conducen a una serie de tinas y contenedores, donde se mezcla con varias limaduras de metales, órganos de aves exóticas y una pequeña cantidad de vis. El bebedizo resultante consigue que medio litro de sangre de la víctima se convierta en cinco. La vitae puede almacenarse durante un mes y resiste los efectos degradantes del calor y el frío. Posee un sabor asqueroso pero, si fuese necesario, Lectora podría camuflar el sabor y la textura de pequeñas cantidades del líquido. La vitae artificial no puede utilizarse para realizar magia de la sangre.
Goratrix alimenta con esta sangre a sus neonatos prescindibles, pero él ni la prueba ni la distribuye entre sus aliados de confianza dentro de la capilla. Aunque mantiene a sus usuarios con vida y puede gastarse en puntos de sangre del modo habitual (salvo para la Taumaturgia), la ingestión continuada de vitae alquímica posee efectos corrosivos para el alma. Después de que un vampiro haya consumido cincuenta puntos de vitae artificial, el jugador deberá superar una tirada de Autocontrol/ Instinto (dificultad 4) o su vampiro perderá un punto de Autocontrol/Instinto. Por cada diez puntos del bebedizo que ingiera el vampiro a partir de ese momento, el jugador deberá hacer otra tirada, aumentando en uno la dificultad en cada ocasión (el Narrador puede alterar ligeramente la cantidad de puntos de sangre artificial que es necesario beber para realizar estas tiradas, a fin de que no resulte tan sencillo predecir el peligro).
La vitae artificial sólo es una solución parcial para el problema de Goratrix. Los neonatos que la beben se vuelven inestables y en ocasiones llegan a llamar la atención de forma espectacular cuando por fin ceden al frenesí. Tras escapar por un pelo de una peliaguda situación en la que tenía algo que ver un abad destripado, Goratrix ha aprendido ha reconocer los síntomas y a adoptar medidas preventivas. Le encarga a Frondator que se ocupe con discreción de que desaparezca de forma permanente cualquier criado que muestre indicios (ojos saltones, labios resecos, venas abultadas), de haber bebido demasiada vitae falsa.
Goratrix esperaba que la vitae artificial bastase para apaciguar el miedo y la hostilidad que los demás Cainitas sienten hacia su capilla. No ha sido así. Ahora les advierte a los neonatos que oculten su verdadera naturaleza a los ojos de los demás vampiros de la ciudad.