También nuestra apariencia exterior permanece muy semejante a la de los vivos, aunque hay algunos entre nosotros que insisten en que el Abrazo transforma al sujetó en otra especie, Homo Sapiens Sanguineu, Homo Sapientissimus, y Homo Vampiricus han sido los nombres atribuidos para estás nueva raza, siguiendo la clasificación sueca. De todos modos, parece fuera de toda discusión, que el cuerpo experimenta tanto o más cambios que la mente. Hasta que se haga evidente, la mayoría de lo que sigue es, y sólo puede ser, conjetura, que carece de la base firme de la disección. La Resurrección Humana tendría pocas ventajas entre nuestra especie. Los enormes cambios físicos son un asunto de dominio público; tanto que hemos permitido que queden en la ficción popular. Los colmillos son en efecto largos y puntiagudos, mejor para extraer sangre. Sin embargo, solo son extendidos totalmente en el momento de morder, estando el resto…
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