Recordad las lecciones de Zao-zei y Zao-xue: el conocimiento es el mayor tesoro, y no hay tesoro que no merezcáis por derecho de sabiduría. Eruditos. Ladrones. Robaalientos. Desde los tiempos de Enoch los Vigilantes han protegido la raza de Caín, saboteando a todos los rivales sobrenaturales que pudieran amenazar su preeminencia. Cuenta la leyenda que Zao-lat, un embaucador de Occidente, llegó al Reino Medio para robar la iluminación del mayor filósofo entre los Diez Mil Demonios. Antaño los Diez Mil Inmortales, los demonios cayeron en el pecado durante lo que creyeron que sería tan sólo un giro más en la eterna rueda del cosmos. Por su arrogancia, fue expulsado. Dejó tras de sí un legado odiado: Zao-zei, un ladrón de templos, y Zao-xue, un monje erudito. Sus descendientes, conocidos de forma colectiva como Wu Zao junto con los pocos Guerreros y Sanadores al este del Yangtsé, afirman que Zao-lat…
Continuar Leyendo…