Transilvania Nocturno: Ciudades y asentamientos del Este IV (POLONIA)
¡Despertad! ¡Se acerca el día que llevará el sudor de la angustia a cristianos, judíos y paganos!
…El sol no muestra más su rostro, y la traición siembra sus semillas secretas que nadie puede detectar.
—Sir Walter von der Vogelweide, «¡Despertad!»
En Malopolska, o Polonia Menor, la ciudad de Cracovia ha emergido como foco del comercio y centro religioso y de enseñanza. El paisaje de llanuras se abre a las colinas cárpalas al sur de Cracovia y culmina en las impresionantes Montañas Tatra, que marcan la frontera entre Hungría y Polonia. Es una tierra de severos inviernos y veranos calurosos.
Cracovia
Según la leyenda, un gran dragón aterrorizaba a la aldea que había en lo alto de la Colina de Wawel, al norte de las Montañas Tatra, Para conservar su vida, los aldeanos debían sacrificar una doncella al año, saciando el hambre del dragón. El rey de la tierra prometió a su hija en matrimonio y la mitad de su reino a quien matase al dragón. Un emprendedor zapatero remendón llamado Krak llenó una piel de cordero con una mezcla de sal y azufre, engañando al dragón para que se la comiese. Loca de sed por la sal, la bestia se arrojó a las aguas del Vístula, donde el azufre hizo que explorase. El zapatero obtuvo su recompensa y la aldea salvada gradas a su ingenio pasó a llamarse Cracovia (Krakow) en su honor. Desde sus orígenes como asentamiento comercial junto al Vístula en el siglo X, Cracovia creció hasta convertirse en un obispado en el año 1000. Su consagración como capital de Polonia en el 1083 la catapultó a la prominencia, atrayendo la atención de muchos Cainitas rivales. Tras la protección de sus murallas, una príncipe Tzimisce busca alianzas para reunificar Polonia, mientras sus enemigos Ventrue, con la excusa de fomentar el comercio con Europa Occidental, planean su caída.
Descripción
Unos imponentes muros de piedra, de más de cinco metras de altura, delimitan la ciudad de Cracovia, sirviendo como protección frente los peligros que acechan fuera. Pero tras los muras hay otras amenazas para la población mortal y la inmortal.
Colina de Wawel
El Castillo de Wawel, con su catedral adjunta, se alza sobre la colina del mismo nombre, en el confín sur de Cracovia. Este enorme complejo domina la ciudad, simbolizando tanto el poder temporal como el espiritual.
Erigidos en el emplazamiento de unas fortificaciones del siglo VIII, el castillo y la catedral llaman la atención de todos lo que entran en Cracovia. El castillo es una estructura rectangular que alberga más de 70 salones dispuestos en torno a un patio rodeado de elegantes arcadas. La catedral también refleja poder en su ornamentada fachada, que los maestros canteros siguen embelleciendo. Ambas estructuras están bajo construcción constante, haciéndose más grandes y complejas cada año que pasa. Una cueva al pie de la colina recibe el nombre de Smocza Jama, «Cubil del Dragón», y era supuestamente el hogar del legendario dragón de Cracovia. De hecho, es el refugio secreto de Razkoljna, príncipe de la ciudad.
Centro de Cracovia
El Rynek Glowny es la mayor plaza del mercado de la Europa medieval. Como centro de la vida y el comercio cotidianos, bulle de actividad. Aunque muchos de los vendedores cierran sus negocios al llegar el crepúsculo, unos pocos (algunos de ellos ghouls) siguen trabajando hasta entrada la noche, cuando los Cainitas de la ciudad usan la plaza para sus propios fines, Cerca se encuentra el distrito de tabernas de Cracovia, donde los viajeros pueden buscar alojamiento y los lugareños pasar un rato de relajación tras la rutina diaria. La calidad varía desde lo execrable (pero asequible hasta para el más pobre campesino) hasta lo caro; cada una tiene su propia clientela. Algunas son también burdeles. Una taberna, la de la Hoja Ensangrentada, es un lugar de encuentro para los Cainitas de Cracovia y sus ghouls. El local dispone de criados que ofrecen su sangre (y otros servicios) a los clientes Cainitas, así como de esclavos extranjeros que son desangrados para crear la afamada «especialidad» de la casa. Conocida como la copa de sangre, esta fuerte bebida combina sangre y alcohol en una potente mezcla. El tabernero, uno de los ghouls dela príncipe, se asegura de que no entre nadie que ignore la naturaleza de los parroquianos. Aquí, en un escenario políticamente neutro, las Cainitas se reúnen para entablar relaciones sociales y estudiarse mutuamente con la esperanza de conseguir ventaja sobre sus rivales.
Barrio de la Universidad
El Collegium Maius, una institución docente que acabará rivalizando con las de Europa Occidental, ocupa un edificio de dos plantas en la zona oeste de Cracovia. Una gran chimenea de ladrillo sobresale de la estructura. Se está ampliando el Collegium para convertirlo en una universidad, un proyecto que no se espera ver terminado hasta bien entrado el siglo próximo. La población judía ocupa una pequeña parte de la ciudad, cerca de lo que se conoce como el Barrio de la Universidad. En su reducido enclave, los eruditos del Talmud y la Cábala prosiguen su búsqueda de la sabiduría bajo la desconfiada mirada de sus señores cristianos.
Residencias
La nobleza vive en elegantes casas al norte de la Colina de Wawel. Los comerciantes residen en pequeñas casas de madera normalmente cerca de sus establecimientos o sobre los mismos, mientras que los habitantes más pobres, incluyendo las familias de los que trabajan en la mina de sal de Wieliczka (ver más abajo) se apiñan en hogares más pequeños y miserables, poco más que chozas. Cuando el frío y la nieve impiden el trabajo en las minas, los mineros vuelven a Cracovia para pasar los duros meses de invierno con sus familias.
Unos ocho kilómetros al sudeste de Cracovia, la mina de sal de Wieliczka proporciona a la ciudad un valioso recurso comercial. Los derechos sobre la sal fósil están bajo el control de la abadía benedictina de Tyniec (ver más abajo), a unos 13 kilómetros al sudeste de la ciudad. Las vastas redes de túneles y cavernas subterráneas forman un cristalino mundo subterráneo donde los peones trabajan extrayendo sal y ahuecando nuevas porciones mientras lo hacen. Los contornos de la mina son tan grandes que muchos de los pasadizos y cámaras, particularmente los que llegan profundamente bajo tierra, han desaparecido de la memoria de hasta los más viejos mineros.
La Nosferatu de Cracovia reside aquí: ha creado su propio dominio, incluyendo un profundo túnel que llega hasta el corazón de la ciudad. Alrededor de la mina se ha ido desarrollando una aldea para alojar a los obreros durante su semana laboral de seis días, ahorrándoles la larga caminata hasta Cracovia al final de cada jornada. En lugar de ello, los mineros regresan a casa el sábado para pasar el Día del Señor con sus familias y volver al trabajo el lunes por la mañana. Estos trabajadores suelen llevar a casa historias de extraños sucesos en las profundidades de la mina… de desapariciones de compañeros y de la sensación de que están siendo observados por algo impío y maligno.
La Iglesia en la Roca
Justo al sur de los muros de la ciudad, sobre un acantilado que domina el río Vístula, la Kosciol na Skalce (Iglesia en la Roca) conmemora el martirio de San Estanislao. Se ha formado un pequeño culto en torno al obispo asesinado, perpetuando la leyenda de que una pareja de águilas volvieron a unir los pedazos del cuerpo desmembrado de Estanislao.
Tyniec
Protegida por su propia guarnición, la abadía benedictina de Tyniec saca gran parte de sus ingresos anuales de la explotación de la mina de sal de Wieliczka, vendiendo el producto a los comerciantes de Cracovia. El Capadocio Kazimierz tiene su refugio en los claustros de la abadía y reza por que el «dragón» Cainita que esclaviza Cracovia afloje alguna noche su presa sobre la ciudad.
Politica y Religion
Cracovia es una ciudad devotamente católica y a la vez se considera la capital del reino de Polonia, aunque dicha entidad política ha dejado de existir. Muchos de sus principales habitantes, tanto mortales como Cainitas, ven la conjunción del Castillo y la Catedral sobre la Colina de Wawel como una muestra de la cooperación y la armonía que caracterizan a un país cristiano. Otros ven esta yuxtaposición de símbolos del poder temporal y el divino bajo una luz distinta; para estos críticos, el castillo y la catedral compiten entre sí, buscando la supremacía. La presencia de una sinagoga en la católica Cracoviaes un testimonio del reconocimiento a los servicios prestados por la población judía más que de verdadera tolerancia religiosa. El deseo de crear una universidad que rivalice con la de Praga implica la necesidad deatraer a eruditos cualificados, muchos de los cuales son judíos. Aunque están confinados a una sección de Cracovia, no hay muros para restringir sus movimientos como en otras ciudades de Europa. No obstante, muchos devotos cristianos están presionando para que los judíos sean conducidos fuera de la ciudad. Unos pocos residentes siguen la vieja religión eslava anterior a la llegada del cristianismo. Estos tenaces paganos procuran ocultar sus verdaderas prácticas, y muchos de ellos hacen ver que son devotos católicos. La mayoría de la población de Cracovia tiene poco tiempo para soñar en una vida mejor o en la vida después de la muerte: sus vidas dependen de demasiados factores fuera de su control. Aunque lleva su vida cotidiana a la sombra protectora de las murallas de Cracovia, el pueblo llano siente una siniestra presencia en su mente. Su existencia está dividida entre las horas diurnas, en las que la ciudad es un bullicioso hervidero, y la oscuridad de la noche, cuando esas mismas calles atestadas quedan vacías y en silencio, salvo por el paso de «los que se mueven en la sombra» y sus siervos mortales.
Vida en la Ciudad
Los habitantes de Cracovia se enorgullecen de su ciudad, formando uno de los mayores centros de la cultura eslava. También son conscientes de la necesidad de protegerse de las influencias alemanas y húngaras.
Cracovia tiene un negocio floreciente aparte de la rutina que marca las ciudades de su época. Los mercaderes alemanes acuden regularmente a la ciudad, vendiendo ropas, armas y armaduras a cambio de la valiosa sal de las minas y otras mercancías producidas en la ciudad. Cada otoño se celebra una feria que atrae a gente de todo el sur de Polonia e incluso más lejos. Algunos de los que participan en dichas actividades son seguidores de la vieja religión pagana, y usan la feria como una útil cobertura de sus propios festivales de la cosecha en honor a la Madre Tierra y su Consorte Eterno.
Gente
Los nobles se consagran a sueños de antigua gloria, con la esperanza de un futuro en el que Cracovia vuelva a ser la capital de un gran poder eslavo. El clero se esfuerza por mantener su lealtad a la Iglesia Latina a pesar de su proximidad al Imperio Bizantino. Los estudiosos se apresuran a anticipar el auge de Cracovia como centro de aprendizaje, y los gremios comerciantes se congratulan por la ubicación de la ciudad en un cruce de caminos para el comercio. Mientras tanto, los verdaderos poderes de Cracovia persiguen sus propios designios para el futuro de la ciudad. Los Cainitas de Cracovia, aunque no muy numerosos, extienden sus redes de intriga por todas las facetas de la vida de la ciudad. Política, religión, negocios, arte y enseñanza están bajo su control. Pero por desgracia para ellos, hay tantas visiones del futuro de la ciudad como visionarios. Este factor impide que los mortales de Cracovia caigan del todo bajo el dominio de sus ocultos señores inmortales.
Mortales
Casmir Piast, Príncipe de Malopolska: Como ultimo retoño de la dinastía Piast, que ha gobernado Cracovia desde su conversión en obispado, el «Príncipe» Casmir reclama el señorío sobre Malopolska, pero de hecho se considera Rey de toda Polonia. En realidad su control sobre la ciudad es tenue en el mejor de los casos, y con frecuencia se ve enfrentado a sus consejeros y otros nobles, que opinan que no hace lo suficiente para reunificar Polonia y recuperar su antigua posición.
Obispo Stefan: Uno de los adversarios de Casmir es Stefan Stwosz, Obispo de Cracovia, que ve al príncipe como alguien débil e incapaz de hacer valer su derecho a la corona polaca. Sin embargo, consciente del destino de los obispos lenguaraces, Stefan actúa con discreción, socavando la autoridad de Casmir sin implicarse personalmente. Es una útil herramienta para el Ventrue Konrad en su propósito de derrocar a la actual gobernante Tzimisce.
Ludmilla la Sagaz: Con casi 70 años, esta veterana maga vulgar sirve como líder de la pequeña pero ardiente comunidad pagana local. Es una sacerdotisa y sanadora para aquellos que rechazan la fe Cristiana y la judía. Ludmilla divide su tiempo entre la ciudad, donde vive con su hijo y su nuera sobre su rienda de alfarería, y el Bosque de Niepolomice, donde tiene una pequeña cabaña y un jardín de hierbas. Allí es donde celebra servicios en honor de los viejos dioses de Polonia. Ha establecido alianzas con la Cainita Jolanta y con una manada de hombres lobo, creyéndoles restos de la vieja religión que han acudido en su ayuda para preservar la santidad de las antiguas tradiciones.