Incluso una sociedad que (nominalmente) aceptan a criaturas tan horribles como los Nosferatu y locos como los Malkavian debe tener sus proscritos, sus parias. Si lis Ravnos no existiesen ya, los Vástagos bien tendrían que inventarlos. Este clan de nómadas, ladrones y vagabundos engañosos, mentirosos y embusteros, viajeros itinerantes y escurridizos estafadores, sirve como vertedero para los prejuicios de los Vástagos. Como los Gitanos con los que se les asocia frecuentemente (en la mente de sus anfitriones, cuando no en la realidad), los Ravnos no son bienvenidos en ninguna parte, a menudo por la sencilla razón de que no son bienvenidos en ninguna parte. Asimismo, al igual que los Gitanos, hay suficientes Ravnos hacen su papel, que refuerzan esos prejuicios mostrando lo peor del comportamiento de los Vástagos como para los que no lo hacen nunca puedan librarse del estigma de su Abrazo dentro del clan “equivocado”. Aun así, los Ravnos no son tan descartables como la mayoría de los Vástagos creerían. Esta es una lección que sus opresores en toda Europa y los invasores de la Camarilla en la India están comenzando a aprender demasiado bien.
Resumen
Si hubiese que preguntar a un vampiro medio, suponiendo que tal cosa existiese, por los Ravnos, sin duda recibirían respuestas referidas a los Gitanos, mentiras, robo y otros epítetos igualmente desagradables. Los Ravnos no son un factor dentro de la política de los Vástagos, y rara vez dentro de sus guerras. Son motivo de mofa, pisoteados, oprimidos, la Camarilla en especial trata a los Ravnos de un modo muy parecido a como las naciones de Europa Occidental trata a sus “parientes” Gitanos. Sin duda, no hay un grupo individual de Vástagos, salvo tal vez los Caitiff que sufra mayor desprecio que los Ravnos. Esto, por supuesto, se debe a que los Vástagos no tiene ni idea de con quién están tratando realmente. Nos sería del todo erróneo afirmar que, de hecho, no hay un linaje Ravnos, sino dos. El primero presenta el aspecto del clan que conoce la mayoría de los Vástagos: itinerantes y vagabundos, nómadas que dejan a su paso todo tipo de problemas, y que rara vez merecen el esfuerzo necesario para expulsarlos. La otra mitad del clan, que ha permanecido casi oculto durante siglos, es, de hecho, la de mayor envergadura. Los Ravnos indios, que componen casi la totalidad de la casta Vaisya (comerciantes) de los Vástagos, así como una amplia porción de la casta Kshatriya (guerrera), funcionan como unidad mucho más cohesiva, y parece que la mayoría de sus actividades tiene como fin expulsar a la Camarilla de su tierra natal. A pesar del esteriotipo predominante, relativamente poco Ravnos son aceptados dentro de las familias Gitanas, aunque los que lo están protegen con fanatismo a sus “anfitriones” de las cacerías furtivas de otros vampiros. Muchos de los Abrazos más recientes ni siquiera proceden de ganado Gitano. La conexión Gitana se debe a actitudes e ideas compartidas. Los Ravnos tienen fama de tramposos, engañadores y ladrones, todo lo que se aplica igualmente, con motivo o no, a la mayoría de los Gitanos. Los Ravnos también son nómadas en gran medida. Aunque algunos se consideran incapaces de encontrar donde les acepten y, por lo tanto, siguen siendo vagabundos por deseo de otro, la mayor parte de esta rama del clan prefiere la existencia itinerante.
Pos supuesto, los Ravnos, no se consideran a sí mismos ladrones y mentirosos. Más concretamente, no ven estos títulos con las mismas connotaciones negativas que la mayoría de los occidentales, ya se trate de Vástagos o ganado. Los Ravnos poseen, al menos, una necesidad irrepetible de saltarse las normas y las conversaciones que rigen la vida de otros, de forzar a otros a ver el mundo desde un punto de vista diferente, aunque ese “punto de vista diferente” sea algo tan poco esotérico como “¡Maldición, no encuentro mi collar favorito!”. La mayoría creen, aunque esta idea le viene de forma inconsciente, instintiva en ellos mediante el poder de la misma Sangre que les dio el Abrazo, que el cambio constante es el estado apropiado del mundo y que sólo mediante una alteración continua de su entorno y de las leyes de Dios y de los hombres se puede enmendar su propia condición inalterable y antinatural. Algunos Mentirosos llevan esta creencia un paso más allá, y mantiene que el único medio de restaurar el mundo a su estado natural es eliminar totalmente a los estáticos e inalterables Vástagos. Pocos Ravnos creen realmente en esta doctrina de asesinato y genocidio, pero los que lo hacen dificultan mucho la existencia a sus parientes menos dados al homicidio. Por supuesto esto no quiere decir que los Ravnos sean demasiado elevados como para aprovecharse de sus latrocinios. La mayoría son inconscientes de que sus instintos proceden de una fuente más allá de su propia codicia, y siguen estando, primera y principalmente, preocupados por sus propios avances que por ninguna especie de creencia metafísica en la condiciones del mundo que les rodea. Especialmente en la época victoriana, período de estrictos tabúes sociales y vida (y no-vida) estructurada, los Ravnos disfrutan enormemente liando las cosas. Una sola mentira bien escogida, un robo inteligente o una ilusión creativa puede destruir por completo del socialista más elevado o del Vástago más tradicional. Los príncipes de la Camarilla tampoco son dados a las acciones punitivas, salvo contra los peores infractores, ya que coinciden demasiado de venganza de los Ravnos. Un príncipe astuto prefiere morderse la lengua y soportal la molestia pasajera de un solo Ravnos que pase por su territorio, en lugar de exponerse al caos mucho mayor de tener a toda una Cuadrilla de Mentirosos asaltando deliberadamente la estadía de su dominio.
Mientras que los Ravnos “Gitanos” no suelen actuar de común acuerdo, salvo por las mencionas invasiones de la ciudad de un príncipe hostil, la rama india del clan posee un objetivo mucho más unificado. La mayoría de los Ravnos nativos se oponen fuertemente a la presencia de la Camarilla en la India, y luchan codo con codo para expulsarlos junto a muchos otros clanes indios, Setitas Daytia y a varios Ventrue nativos. En este lugar, sus ilusiones y habilidades de robo y engaño son armas de guerra, no siempre herramientas para el benefició personal o la humillación. Mediante tácticas tan sutiles como la diseminación de información falsa a través del uso cuidadoso de Quimerismo y las mentiras bien planeadas hasta los asaltos directos por parte de guerreros y demonios que sólo son ilusorios en parte, los Ravnos se han convertido en una amenaza considerable para los invasores británicos. Los Vástagos de la Camarilla, mucho más acostumbrados a la rama continental del clan, nunca previeron una resistencia tan poderosa por parte de un clan tan “ineficaz”, y su reacción a los métodos de los Ravnos ha resultado fatalmente lenta. Teniendo en cuenta su desaprecio por la anquilosada sociedad de los Vástagos, no es de extrañar que los Ravnos occidentales no tengan nada que hacer en ninguna de las dos sectas. La Camarilla es la peor en cuanto a anquilosamiento de los Vástagos ( y mortales) y desarrollo, por no mencionar el número aplastante de leyes que los Vástagos de la Camarilla se ven obligados a obedecer bajo pena de ostracismo, vínculo de sangre o Muerte Definitiva, leyes que los Ravnos nunca podría tolerar. Por otra parte, la fascinación del Sabbat por la violencia, aunque parece desencadenar el tipo de cambio que los Ravnos como éstos por ella, y como el Sabbat sólo acepta a los que tengan su misma mentalidad sangrienta, todo el mundo esta bastante satisfecho con la falta de vínculos políticos del clan.
Los Ravnos indios, por otra parte, están mucho más dispuestos a cooperar con los extraños, ya que el sistema de castas indio asocia a numerosos Vástagos de distintos clanes como hermanos de fe. Sin embargo, no son más dados que sus parientes a unirse a ninguna de las dos sectas principales, sencillamente porque ya las consideran de antemano como el enemigo. Es digno de mencionar el hecho de que las dos ramas del Clan Ravnos rara vez se relaciona entre sí, y tienen a no llevarse bien cuando lo hacen. Los nómadas Ravnos sienten que tienen poco en común con los indios, e incluso que sus parientes indios se han convertido en parte integrante del status quo del subcontinente, una parte del “sistema” que los Ravnos detestan con tanta vehemencia. Por otra parte, los Ravnos indios creen que sus compañeros de clan itinerantes carecen de propósitos y disciplina, por no mencionar su condición de traidores a su fe y su patria. Esta antipatía mutua rara vez se pone de manifiesto como conflicto abierto. En lugar de esto, ambos bandos suelen evitarse fríamente el uno al otro o se molestan y agobian mutuamente hasta que uno se cansa y se marcha (o, rara vez, hasta la competición se vuelve mortífera). Como todo, los Ravnos de ambos bandos del clan enterrarán su antagonismo mutuo y trabajarán juntos en caso de enfrentarse a una amenaza del exterior. Sean como que sean, siempre siguen siendo Ravnos.
Dominio
La mayoría de los Vástagos de la Camarilla considerarían extraño el concepto de un dominio Ravnos. Los Mentirosos son nómadas, viajeros, vagabundos. Se les llame como se les llame, ni siquiera poseen refugios estables y menos aún poder suficiente en una región como ostentar ningún tipo de dominio de clan. Algunos de estos Vástagos, especialmente en Egipto y Europa Oriental, empiezan a darse cuenta poco a poco de lo equivocado de esta idea. Los Ravnos indios son más dados que sus parientes a tomar posesión de un territorio como unidad. Muchos clanes tienen miembros nativos de la India, pero los Ravnos, que proceden originalmente de esa región, según las teorías culturales, representan uno de los mayores clanes indios cuando no el mayor. Los Ravnos tienen miembros en todas las castas pero se los encuentra principalmente entre los Kshatriya y los Vaisya, y como tal, ocupan una especie de término medio en la sociedad vampírica india. Aunque la casta sacerdotal Brahmán es superior a la mayoría de los Ravnos, los Mentirosos indios todavía conservan un poder considerable en el subcontinente. Muchas ciudades no ocupadas aún por los Vástagos británicos albergan cuadrillas de Ravnos, e incluso las mayores ciudades de la India cuentan entre sus nativos «rebeldes» con Ravnos, aunque la mayoría de estos «movimientos de resistencia» están compuestos sobre todo por Setitas Daitya, Brujah, Ventrue, Nosferatu y Assamitas contratados ocasionalmente o simpatizantes.
La mayor fuerza de los Ravnos de la India se encuentra en los territorios salvajes del subcontinente, en pequeños poblados que los británicos todavía no han descubierto. Aunque dejan la práctica religiosa propiamente dicha en manos de Brahmán, los Ravnos no tienen problemas en usar mortales devotos como armas en su guerra. Muchos de los Vástagos británicos creen que los Assamitas han introducido numerosas sectas indias, como la de los Thuggee, para usarlos por igual como soldados contra Vástagos y mortales extranjeros. Aunque ningún clan posee por sí solo el control sobre los Thuggee (secta que se ha vuelto clandestina desde que los británicos la exterminasen supuestamente en la década de los 40), sería más correcto decir que los Ravnos, más que los Assamitas u otros, son los más relacionados con ellos. Por supuesto, no es que una secta de asesinos rituales sirva de mucho contra los Vástagos. Muchos Ravnos poseen contactos dentro de la realeza india, y un vampiro en particular llamado Surarihan supuestamente mantiene un juramente de sangre a varios rajás indios. Sin embargo, este poder es mucho más limitado que en el pasado, ya que los propios indios no gobiernan ya su tierra. Los dominios de los Ravnos occidentales son mucho menos definidos, pero esto no significa que no los haya. En Europa Oriental, especialmente en los bosques de Transilvania, algunas cuadrillas de Ravnos todavía conservan pactos que ellos y los sires de sus sires llevan manteniendo con los Tzimisce desde la Larga Noche. Estos Ravnos sirven como ojos y oídos viajeros de varios señores vampíricos y recogen información y realizan asesinatos de vez en cuando. Aunque poseen poca autoridad directa por sí mismos, una palabra suya a sus amos puede alterar el curso de los gobiernos.
En Europa Occidental y a lo largo de las Islas Británicas, los Gitanos viajan en coloridos carromatos y algunos Ravnos les acompañan. Otros vagan de país en país solos o en pequeñas cuadrillas. Algunos incluso han hecho sus refugios de algunos de los circos ambulantes que se han popularizado a lo largo de las últimas décadas. Éstos no son exactamente «dominios» de pleno derecho, pero proporcionan un medio de viajar a través de los territorios de otros y en el caso de los circos o caravanas de Gitanos, un Rebaño móvil del que los Ravnos pueden dejar alimentarse a otros por un precio. La presencia de los Ravnos en América es cada vez mayor, aunque ne estos momentos, hay más Ravnos del Sabbat acechando en el nuevo mundo que miembros del clan principal. Los Ravnos que viajan por los Estados Unidos lo hacen en pequeños grupos o en espectáculos ambulantes, o se dirigen al oeste donde los príncipes no tienen mucha más opción que la de tolerar su presencia. Varias ciudades pequeñas situadas a lo largo de la frontera incluso están dominadas por los Ravnos, que las han usurpado a los vampiros de la camarilla que sencillamente no contaban con recursos suficientes como para mantener el poder. Hasta que la secta se haga mucho más fuerte en esta parte de la nación, estos Ravnos emprendedores no temen demasiado a las represalias. Un gran número de Ravnos se ha enriquecido participando en el esclavismo hasta el final de la guerra civil. Estos mentirosos ahora usan sus contactos para pasar víctimas de contrabando a los Vástagos que buscan un tipo específico de sangre o ghouls pertenecientes a una etnia o nacionalidad concreta. Algunos Ravnos todavía residen entre las tribus indias, y un pequeño linaje de indios (nativos americanos, se entiende) está emergiendo ahora en la frontera occidental.
Intereses
En conjunto, los Ravnos son sin duda el menos concentrado de los clanes. Aunque los Assamitas, los Seguidores de Set y los Giovanni están compuestos principalmente de individuos y menos unificados de lo que parecería públicamente, sigue siendo cierto que tienen objetivos y metas que ocupan al menos a grandes porciones de integrantes. Los Ravnos indios se acercan mucho más a esta unidad que sus compañeros nómadas. La gran mayoría de los Mentirosos del subcontinente participan activamente en la batalla contra los invasores europeos y más concretamente, de la Camarilla. A lo largo y ancho de la India, como miembros de la casta guerrera y mercantil, los Ravnos se sitúan en primera fila de ese conflicto. Sirven como soldados, espías, saboteadores, mensajeros y contrabandistas de material… cualquier cosa que se requiera en esta actividad. Los Ravnos totalmente conscientes de que no pueden enfrentarse directamente al poder de la Torre de Marfil, no descartan el usar tácticas de terror. En Bombay, la Ravnos Rukhmini Kumari practica con frecuencia el asesinato, no de Vástagos, sino de aquellos que son valiosos para éstos. Para ella, el mero contacto con él príncipe europeo de la ciudad o su primogenitura es un delito capital para el ganado de Bombay y los Vástagos de la Camarilla residentes en la ciudad temen que se les vea tratando abiertamente con mortales, por miedo a que sus aliados y contactos caigan asesinados. El Daitya Sundervere prefiere la compañía de sus hermanos Setitas, pero posee una cuadrilla de agentes Ravnos a su disposición y los terrores ilusorios que han creado bajo sus órdenes han hecho conocer a varios Vástagos los grados más intensos de Rötschreck, e incluso un arconte Malkavian ha llegado a suicidarte.
Las actividades de los Ravnos en la India no se limitan a luchar contra la Camarilla, por supuesto. En el lado oriental de la nación, libran un conflicto igual de violente con los Catayanos de Oriente. A diferencia de la lucha contra los Vástagos británicos, esta parece preocupar menos a otros vampiros indios. Lo que sucede es que el conflicto que se presenta es de Ravnos contra Catayanos, no de todos los Vástagos indios contra los Catayanos. La fuente de este conflicto se pierde en la historia antigua y sólo los conocen los Ravnos más antiguos, que rara vez hablan abiertamente de ello. Si los Ravnos no fuesen ya uno de los mayores clanes de la India, los rigores de una guerra en dos frentes probablemente habrían destruido ya esta rama del clan. Incluso con dos enemigos, los Ravnos indios no pasan todo el tiempo luchando. Como parte del sistema indio de castas (si bien una versión extraña y distorsionada de éste) tienen deberes para con la sociedad en conjunto y para con sus hermanos Vástagos en particular. Los Ravnos de la casta Kshatriya están obligados a servir a los Brahmán; muchos desempeñan la misma actividad que los sheriffs, azotes y arcontes en la sociedad de la Camarilla (imagen que la mayoría de los Ravnos occidentales ven con un horror intenso). Las labores de los Ravnos Vaisya están algo menos definidas, pero suelen basarse en la interacción con la sociedad mortal en nombre de otros Vástagos, especialmente en cuestiones de gobierno y negocios de los mortales. Los Ravnos de la India ostentan poder sobre instituciones mortales que harían enloquecer de envidia a muchos Ventrue.
Sin embargo, la Camarilla posee aliados en la India. Un pequeño pero significativo grupo de Ravnos indios, traidores a los ojos de sus compañeros de clan, han escogido cooperar con el invasor. Como muchos colaboradores del gobierno indio, no tienen en cuenta la destrucción de su cultura nativa, sino las riquezas y ganancias políticas que los británicos les ofrecen en bandeja de plata. Si su tierra natal está condenada a caer, afirman estos Ravnos, ¿al menos no deberíamos hacernos con puestos elevados en el nuevo orden?. Estos colaboradores a menudo tienen menos tiempo del que querrían para disfrutar de sus nuevas riquezas y su poder, ya que los demás Vástagos indios suelen asesinarlos por patriotismo o territorialidad. Aún así, su presencia facilita un poco las cosas a la Camarilla y las dificulta considerablemente a la resistencia india. Los Ravnos del resto del mundo cuentan con menos respeto y están menos concentrados que sus homónimos indios. La mayoría buscan poco más que la libertad de viajar adonde les plazca y los medios de conseguir la riqueza y las comodidades que deseen. Otros, sin embargo, si tienen un objetivo en la no-vida y los Ravnos normalmente caprichosos demuestran ser capaces de perseguir una meta específica con devoción inquebrantable. Algunos Ravnos siguen la Senda de la Paradoja, una Senda de Iluminación trasplantada de su patria india. Lo que la mayoría de sus practicantes no saben es que la forma actual que muchos Ravnos siguen está terriblemente corrompida de lo que era y aunque lo supieran, poco les importaría.
Algunos de estos Ravnos extremistas usan sus creencias religiosas como excusa para asesinar, e incluso diabolizar a otros Vástagos. Estos Mentirosos voraces, que a menudo viajan en manadas, pueden ser mucho más peligrosos incluso que un Assamita ya que aunque comparten la sed por la sangre de sus hermanos de estos vástagos árabes, carecen del código de honor que restringe a los Asesinos. Aunque algunos de estos Ravnos se unieron hace tiempo a otros Vástagos de mentalidad parecida en el Sabbat, varias cuadrillas independientes siguen vagando por las ciudades de Europa Occidental, las Islas Británicas e incluso Estados Unidos. La mayoría de los príncipes no tomarán represalias contra los Ravnos de sus dominios por medio de sus represalias. Para cuando se den cuenta de que esos Ravnos concretos son mucho más mortíferos de los habitual, los asesinos ya han derribado a varios de los Vástagos nativos y han seguido adelante.
En Inglaterra, donde los Gitanos nunca han sido particularmente bienvenidos, la fascinación victoriana por el ocultismo a tenido como resultado algunas oportunidades inesperadas. Los Gitanos tienen fama de místicos y esta reputación ahora atrae a miembros de la alta sociedad que en el pasado habrían desdeñado con gesto altanero la sola mención de esos «vagabundos sucios». A diferencia de otros vario clanes implicados en el movimiento ocultista, la mayoría de los Ravnos no tienen ningún interés en desenterrar secretos de magia antigua. Por otra parte, les interesa bastante el dinero y el poder que ofrecen los mortales ricos y necios deseosos de pagar casi lo que sea a cambio de «iluminación espiritual». Muchas sectas y sociedades secretas se han formado en torno a Ravnos ambiciosos. Las ilusiones posibilitadas incluso por una habilidad menor con el Quimerismo bastan para «demostrar» a los ignorantes sus poderes ocultos. Particularmente adepto de estos engaños es Tobar Pompa, que ha fundado, estafado y abandonado a no menos de cuatro de estas sectas en espacio de 15 años. No sólo ha acumulado múltiples fortunas (todas las cuales ha despilfarrado desde entonces), sino que además la influencia que le han proporcionado sus seguidores ricos y poderosos le ha permitido arrebatar poder a muchos Vástagos de la Camarilla bien situados. Pompa, que viaja constantemente por las Islas Británicas y Europa Occidental, es un héroe para muchos Ravnos, que constantemente intentan emular sus hazañas. Los Ravnos de Europa Oriental, donde los Gitanos son mucho más numeroso, si bien no necesariamente mejor acogidos, tienen incluso menos influencia que los del oeste y la mayor parte de sus actividades a menudo tienen como fin la mera supervivencia.
Muchos tienen contactos e influencia en varias ciudades pequeñas rumanas y transilvanas, pero la mayoría del poder de la región está en manos de poderosos príncipes Ventrue o terroríficos señores Tzimisce. En este lugar, los Ravnos tienen garantizada una menor libertad que en ningún otro sitio. Los voivodas Tzimisce en particular no tienen paciencia con ellos y temen muy muy poco las represalias. A los Mentirosos que resultan demasiado irritantes sencillamente se les captura y se moldea su carne hasta convertirlos en horribles monstruosidades. A los que llegan para tomar represalias a menudo se les añade como material adicional. Los Ravnos que ostentan poder en esta región lo hacen, como se mencionaba anteriormente, sirviendo a esos mismos señores. Como agentes de sus amos Tzimisce (o, con menos frecuencia, de los Ventrue), sus contactos dentro de los pueblos y familias Gitanas resultan de valor incalculable. Estos Ravnos poseen una red de información que en el ámbito local iguala cualquier cosa que puedan lograr los Nosferatu. En Rumanía y Transilvania no sucede nada sin que finalmente llegue a los oídos de un Mentiroso. A cambio de esta información y por su habilidad para pasar desapercibidos allá donde sus amos no pueden, a estos Ravnos se les permite morar a la sombra de los castillos Tzimisce que llevan intactos desde la edad oscura. Por supuesto, precisamente porque sirven como únicos ojos y oídos de sus señores en partes de la región, los Ravnos controlan completamente lo que éstos saben. Esta habilidad para modificar y moldear la imagen del mundo que tienen sus amos proporciona a estos Ravnos más poder en Europa Oriental de la que la mayoría de los «siervos» tendría normalmente. Los Ravnos opinan, como muchos otros, que los Estados Unidos les proporcionan su mayor oportunidad. Incluso en la costa este, la fuerza de la Camarilla no está tan firmemente arraigada como en Europa; en el oeste es como si no existiera, salvo por la ciudades principales.
Algunos Ravnos especialmente llamativos se han enamorado de la imagen del proscrito americano y asaltan trenes, diligencias y cualquier establecimiento que encuentren en el que todavía haya gentes después del anochecer. El llamado Starligh Kid iba camino a unirse a las filas de forajidos famosos como Jesse James, Billy el niño hasta que intentó asaltar el tren equivocado y un Lupino que viajaba a Kansas lo hizo pedazos. Incluso en el salvaje oeste, la mayoría de los Ravnos son mucho menos sutiles en sus actividades. Estos maestros de la ilusión son especialmente adeptos a las cartas y otras formas populares de juegos de azar y varios salones de diversas ciudades mineras y florecientes, de hecho, son propiedad de empresarios Ravnos. Lo que es más varias reservas indias contienen refugios de pequeñas cuadrillas de Ravnos, que encuentran en los nativos un espíritu semejante al suyo. esto no quiere decir que no maltraten a los indios lo mismo que hacen con cualquier otro tipo de ganado; al igual que sucede con los mortales que viajan entre los Gitanos, los consideran «sus» mortales. A pesar de su rechazo en general por todo lo que tenga que ver con la Camarilla, algunos Ravnos situados en los Estados Unidos se han dado a aconsejar a los príncipes de las ciudades y ofrecen consejo, restringen sus actividades normalmente perturbadoras del orden e incluso llegan a ofrecer sus servicios ocasionalmente como espías del Sabbat u otros intereses rivales. Estos Ravnos han llegado a darse cuenta de que es poco probable que lleguen a evitar que la Torre de Marfil se asienta en América. Sin embargo, si pueden convertirse en aliados de la Camarilla americana ahora, en este tiempo de inestabilidad y debilidad, podrán cosechar toda clase de favores y servicios (y condescendencia) más adelante.
Vosotros roban la sangre a los vivos, mas no llaman ladrones. Vosotros se ocultan a los ojos del hombre tras su presencia Mascarada, mas nos llaman tramposos. Si somos diferentes de vosotros es porque nosotros tenemos la voluntad de aceptar. En vez de negar lo que somos. – Chavi, Anatema Ravnos.