Probablemente recuerdas un tiempo, no hace mucho, en el que la noche significaba para ti un descanso. Un momento en el que no todos tus sueños eran pesadillas. El tiempo antes de que te unieras a la caza, antes de que te alzases para defender todo lo que tienes y todo lo que eres. El tiempo antes de que descubrieses la violencia de que eres capaz para salvar la vida de otro. Si puedes recordar esa paz, considérate afortunado y aprende de mi desgracia.
Durante toda mi vida, en mi tierra, la noche ha sido ese momento en el que los idiotas rondan armados con pistolas o porras para matar a sus vecinos. Solían decir que era la política lo que motivaba sus asesinatos, Mi madre, otra clase de idiota, creía aquellas afirmaciones y se consideraba una de las «buenas personas». Encontró la muerte a manos de los de su propia tribu. Nunca se dio cuenta de que la guerra no se cuida de nadie, Por eso, nosotros debemos hacerlo. Para que tú y yo podamos proteger a aquellos que amamos debemos reconocer que estamos en guerra. Quizá la gente demonio gobierna la noche porque la gente normal entregó sus corazones al odio y luego cambió para asemejarse a su corazón. Sea cual sea la razón, tú sabes que esas criaturas están entre nosotros. Puede que ahora todas las naciones sean como la mía, salvo porque los asesinos que de noche recorren las calles no necesitan armas. Al contrario que ellos, tú y yo y los de nuestra clase debemos blandir la pistola, la lanza, la cadena, cualquier cosa, con tal de mantener a raya a la gente-demonio.
No importa lo que fueras antes de que el mundo cambiara. Ahora eres un soldado. Quizá siempre lo fuiste, o quizá eras un bombero o un policía. En el colegio, eras el que mantenía a los matones apartados de los niños demasiado débiles para luchar por sí mismos. Si mantuviste los ojos abiertos a medida que crecías, debiste de darte cuenta de que el mundo era muy parecido al patio de tu colegio, salvo porque las agresores eran rada vez más numerosos mientras la gente como tú y como yo parecía desvanecerse. Quizá el ver a otros perderse y sumarse a la multitud es lo que te permite ver más allá de los disfraces de la gente-demonio.
La precaución y la piedad separan a los cazadores de las multitudes. Algunas veces te ves obligado a personificar esas cualidades, cuando tus asociados se vuelven demasiado… entusiastas.
Dicen que debemos llevar la guerra a quienes la empezaron. Recuerda a tus compañeros que quienes soportarán las cargas de esta guerra quizá no puedan apartarse de la línea de fuego. Piensa en la posibilidad de que la guerra llegue hasta la gente por la que luchas. Piensa en lo que tu muerte supondrá para ellos: dejará su protección en manos de otros cuyos objetivos podrían ser diferentes de los tuyos. En este conflicto nuestro, ésa es la derrota suprema. Cuando la batalla sea inevitable, recuerda que incluso los más valientes entre tus camaradas necesitan a alguien que les guarde los flancos. Y recuerda también que, en ocasiones, los cazadores necesitan ser protegidos de su propia temeridad. Cualquier ataque demasiado fácil será probablemente una trampa. Y cualquiera que sienta vergüenza por una retirada realizada con éxito no ha contribuido a este éxito. Responde a quienes te acusen de cobardía, porque perder la confianza de tus camaradas te hace menos eficaz a la hora de protegerlos a ellos y a otros.
No hay guerreros natos entre nosotros. Según parece, esta clase de individuos se entrega a la venganza. Nosotros somos reacios a luchar, aunque no carecemos de valor. Deja que otros persigan al adversario hasta su guarida. Protégelos lo mejor que puedas, pero reserva tu máxima fiereza y tu máxima dedicación para la defensa de tu corazón y tu hogar. Si pierdes a aquellos que amas, muy pronto te perderás a ti mismo a manos de la furia. Hazlo y quizá tú mismo te conviertas en la amenaza.
Debilidades: el problema que más comúnmente afecta a los Defensores es la soledad. Sólo un puñado de ellos comienza como los así llamados supervivientes, pero la mayoría acaba recluyéndose en una vida de ese tipo. Los Defensores con familia van cayendo en esta condición a medida que crecen sus temores. Cuanto más conoces del mundo exterior, más inadecuadas e insignificantes te parecen las vallas y las alarmas. La fortificación del propio hogar acaba convirtiéndose en una rutina entre los cazadores y puede acabar por convertirse en un problema. Si vives recluido en una fortaleza y no la abandonas por miedo a lo que podrías encontrarte en el exterior, busca ayuda. Más problemáticos son los solitarios. Defensores que carecen de familia y proyectan su afán de protección sobre sus compañeros cazadores. En el momento inadecuado, la disuasión puede causar la pérdida de una situación ventajosa o incluso de vidas.
Una forma más peligrosa de este afán de protección es la que se da entre aquellos Defensores que se identifican con el enemigo o sienten tanta simpatía por él que acaban interponiéndose entre los cazadores y sus presas. Es un giro insólito de los acontecimientos, pero un Defensor que tiene lazos con algún objetivo (Sorpresa! tu tío Jimmy es una criatura de la noche!) podría acabar dando su vida tratando de protegerlo. Y más peligrosos aún son los Defensores que se arrogan el derecho a juzgar. Estos ven a los monstruos y a los cazadores como depredadores que deben ser apartados y combatidos.
Apócrifos: los tradicionalistas interpretan las desesperadas circunstancias en las que está sumido el mundo como parte de una prueba que deben superar para conducir al resto de la humanidad a la salvación. Algunos de ellos fundan «misiones» urbanas para satisfacer los imperativos de su fe al mismo tiempo que establecen protectorados en las ciudades. Tus explicaciones favoritas sobre los Mensajeros pueden variar: cualquier cosa entre dioses tutelares y ángeles es posible.
Entre los no tradicionalistas son dignos de mención los seguidores de la Conciencia de la Tierra, quienes realizan ceremonias de renacimiento en sus tiendas de campaña y predican sobre «el despertar de conciencia colectiva de los pueblos del mundo». Todo cuanto dicen los miembros de este grupo parece bastante inofensivo, pero en las ciudades que los acogen se han visto cazadores enmascarados que interfieren con las actividades locales.
Los Defensores «anti tradicionalistas» rechazan las religiones por opresoras o por generar divisiones. Ven la corrupción y el abuso por todas partes, como hacían antes de su exaltación. Sus ideas sobre los Mensajeros son, como mínimo, creativas: «tío, se trata de PES causada por drogas psicotrópicas colocadas por la CIA en nuestro ISD» o «la Madre Tierra nos eligió para salvarla de los mutantes toxífagos contaminadores, esos tíos que, ya sabes, viven de venenos…». No importa cómo vivas tu papel de cazador. Tu mayor recompensa es el mundo mismo. Si no puedes reclamar un lugar para que la humanidad pueda vivir a salvo, ¿Qué sentido tiene vivir?
La exaltación: los Defensores en ciernes parecen enfrentarse a las criaturas de mente más simple, aquellas que tienen un objetivo específico e ignoran a todos lo demás. Algunos de vosotros habláis de un primer enemigo que parecía tan incapaz de hacer daño como tú y que, sin embargo, al mismo tiempo estaba completamente resuelto a asesinar a su víctima. Otros describís auténticos asedio organizados contra vuestros hogares o vuestros lugares de trabajo, situaciones que requerían calmar el miedo a vuestro alrededor al mismo tiempo que combatíais a los atacantes.
Creación de personajes: los Defensores comienzan con puntuaciones altas de personaje, mucha Empatía y Fuerza de Voluntad elevada. Tienden a juzgar a las personas a las que creen indiferentes o poco comprometidas. Muchos de ellos poseen el Trasfondo Aliados, que adopta la forma de una familia, una congregación o una asociación de vigilancia del vecindario. los soldados o policías pueden tener el Trasfondo Contactos para indicar tales afiliaciones..
Convicción inicial: 3.
Alias: Protectores, Guardafuegos, Comisarios, La Caballería, Verteidiger, Défenseurs.
ESTEREOTIPOS
- Espectadores: El hecho de que vacilaran cuando importaba no quiere decir que ya no puedan ayudar… pero no los quiero guardándome las espaldas, gracias.
- Inocentes: No están aquí para luchar, como nosotros. Son los que estamos intentando salvar.
- Jueces: Consideran todas las opciones, hay que reconocérselo, pero el curso de acción es muy claro para nosotros.
- Mártires: Probablemente sea el grupo más afín a nosotros, aunque no lo sepan.
- Redentores: Si te descubren apartándote del recto y estrecho camino, ten cuidado.
- Vengadores: Todas la guerras necesitan guerreros y estos tíos están dispuestos a llevar la lucha a las mismas puertas del enemigo.
- Visionarios: Están llenos de ideas, pero éstas no son siempre-buenas… el tío que mostró sus poderes en la televisión era un imprudente.
- El Enemigo: Están por todas partes. La seguridad ante todo.