Todo se reduce a una triple pregunta: ¿Quién está muerto, quién está herido y quién puede ser salvado? Puede que los otros estén aquí pana tomar vidas y así salvar otras vidas. En cambio, tu trabajo consiste en salvar vidas y en descubrir si en las criaturas queda alguna vida que deba ser salvada. Ves que una pálida luz invernal reduce a alguien a cenizas y te hace preguntarte: ¿Están estas realmente «vivas»? ¿Puedes salvar a una plaga andante? oye, la ética médica no cubre estos casos!. El problema es que aquellos a quienes cazamos (algunos los llaman «los Afligidos»)parecen seres humanos (más o menos), caminan como seres humanos y luchan por su supervivencia de la misma manera en que lo hacen los seres humanos. Nada de esto los convierte necesariamente en humanas y sin embargo… les otorgas el beneficio de la duda. Probablemente, tu primer impulso después de ver a uno de ellos sea pensar, ¿Cómo podría ayudarlo?
Los tratas como tratarías a un trastornado.. de la misma manera en que esperarías ser tratado, que Dios te ayude, si llegaras a convertirte en uno de ellos.
Hablando de esto, ¿alguna vez te has preguntado por qué nosotros, los cazadores, parecemos ser Inmunes a los mordiscos de vampiros y los de hombre-lobo? Al menos no nos convertimos en uno de ellos si muerden. No tengo respuestas, pero te sugiero que evites ese tipo de heridas. Duelen. Puede que «Afligidos» sea un término mucho más apropiado de lo que nadie piensa, puede que nosotros seamos los anticuerpos de los Homo Sapiens en su conjunto, ¿Por qué no iban a ser un virus monstruoso? No resultaría más difícil de creer que si dijéramos, por ejemplo, que una reposición de las viejas películas de Bela Lugosi o Lon Chaney en la que los actores no llevan maquillaje y no son… vaya, actores.
Sigue mi consejo: deja las teorías para los profetas. Mantén a tus camaradas de una pieza, cura a las victimas siempre que te sea posible y salva vidas. O mejor, salva a la vida. La gente habla constantemente de «la lucha entre la vida y la muerte», pero nada de lo que hice durante todos los años que pase tratando ayudar a las personas consiguió que esa frase resonase en mis pensamientos tan literalmente que ahora. En los últimos parece como si los cuatro Jinetes cabalgasen entre nosotros de forma regular. Tanto si te has esforzado en no personificar a la muerte, como si crees que la muerte puede ser buena algunas veces, los encuentros con los Afligidos pueden hacer que te so cuestiones todo.
Supongo que al decir todo esto lo que pretendo es volver al tema que habéis estado esperando y yo he estado temiendo: el asesinato, La muerte no siempre es cl enemigo, como bien podría deciros cualquier enfermo terminal sumido en una horrorosa agonía. Pero existe una gran diferencia entre ayudar a alguien a alcanzar la paz y ayudar a matar al equivalente con piernas de un perro rabioso. No es culpa del perro tener la rabia. Nunca lo planeó. ¿Y si los cazadores no fuéramos inmunes al «virus monstruoso» o lo que quiera que haya ahi fuera?¿Y si simplemente no hubiéramos conocido todavía un solo caso? ¿Y si alguien que ha salvado tu vida se convirtiese de pronto en una de esas cosas? Entre tú y yo, déjame decirte que si sufres un destino tan desafortunado y tratas de compartirlo conmigo, voy a tener que «contener la infección». Pero una vez que lo haya hecho, si todavía queda algo del verdadero tú, utilizaré toda mi energía y todos mis recursos para intentar salvarte, sin importarme lo que cualquier otro cazador pueda pensar.
Espero que tú hagas lo mismo por mí.
Debilidades: una especie de complejo mesiánico suele acosar a los redentores. De hecho, a la hora de afirmarse en el corazón de sus propias creencias, los Redentores pueden ser peores que los Vengadores. EI Poder puede acabar por significar para ellos más que la propia caza. Al contrario que los Vengadores, que pueden tener sus propias convicciones religiosas sin dejar de ser cazadores eficientes, algunos Redentores se van alejando poco a poco de las responsabilidades de la caza para seguir una más «pura».
La avaricia seduce a un número todavía mayor de los nuestros. Muchos Redentores comienzan realizando algún «milagro» ocasional a cambio de algún dinero con el que financiar la caza. Lo siguiente que sabes es que la pasta comienza a parecerte mucho más atractiva que la posibilidad de arriesgar el cuello para curar el de otro y entonces empiezas a hacerlo en tu tiempo libre. El dinero es malo en sí mismo y tenerlo puede hacer que la caza sea más segura (aunque raramente más fácil). Pero siempre debería ser un medio, nunca un fin.
Los Redentores absolutistas, aquellos que se dedican a la caza que desarrollan complejos de dios de alguna clase, son los peores. Si nunca has visto a uno de ellos en acción, mi enhorabuena. Son un de personas que sólo entiende la redención en sus propios términos y que pueden (o no quieren) explorar otras alternativas, aparte de curar a los monstruos o matarlos. Cuando comienzan a dictar cómo debería llevarse a cabo la Caza, es la hora de buscar a un nuevo Redentor.
Apócrifos: Los Redentores tratáis de comprender lo que os ha ocurrido a vosotros y al mundo, por medio de la experiencia o de la falta de ella. Aquellos de vosotros que seáis científicos, profesionales liberales, investigadores o simplemente gente informada, tendéis a percibir vuestro estado en términos lógicos: efectos secundarios del accidente de Chernóbil, una infección, la general degradación de la biosfera… y por la misma razón, el futuro se presenta oscuro y triste a vuestros ojos. Alguien tiene que hacer algo al respecto. Los ignorantes, mal informados o sencillamente desilusionados, sin mostrar una preocupación menor por el destino de otros, llenáis el vacío con cualquier significado que podáis encontrar: una maldición, una bendición, un propósito personal un plan del gobierno. Si eres de estos segundos, tus poderes y tu papel son el contrapeso a la corrupción del mundo; alguien tiene que intentar salvar a los menesterosos y los necesitados.
En último caso, mayoría de los Redentores percibe un propósito en su interior: estamos aquí para ayudar. Es tarea tuya salvar a aquellos que no pueden salvarse por sí mismos. En algunos casos, cuando un cuerpo no puede curado, salvarlo significa literalmente «desprogramarlo», es decir, ayudar a deshacer el condicionamiento que lo convirtió en lo que ahora es, puede que el sujeto, con un alma humana atrapada bajo la superficie, se preste a ello voluntariamente, pero también es posible que haya que obligarlo por la fuerza y el castigo, hasta que su lado malvado sea quebrantado. Los mas afortunados de nosotros son aquellos que, después de todos sus esfuerzos, pueden encontrar y quizá redimir una sola alma. Pero nunca dejamos de buscar otras.
Así que todos compartirnos un mismo propósito, pero en algunos casos es como si tuviéramos que apartar la mirada cuando pasáis. No es que lo pidáis, naturalmente, pero parece casi inevitable. Algunos de los más santurrones resultáis tan pesados como prácticos.
La exaltación: invariablemente, durante la creación de un Redentor, alguien fue herido. Tú estabas alli: arterias cortadas, fracturas múltiples, cuellos rotos, cosas así. Obraste el milagro y te miraste las manos como si no fueran las tuyas. Puede que también utilizases algo de tu magia con la causa del caos.
Creación de Personajes: los Redentores suelen distinguirse por la combinación de una alta Destreza con puntuaciones elevadas en los Atributos Mentales. Ten en cuenta que las Habilidades relacionadas Medicina no son esenciales para un Redentor. Es el impulso del cazador de hacer cosas las bien, no la capacidad de hacerlo, lo que importa.
Convicción inicial: 3
Alias: Reparadores. Des programadores, Confesores, Curanderos, Curadores.
ESTEREOTIPOS
- Defensores: Los mas tolerantes entre los intolerantes.
- Espectadores: Son lo bastante valientes para afrontar los mismo peligros que nosotros sin contar con nuestras habilidades.
- Inocentes: pueden causar grandes problemas, pero nos ayudan a mantenernos cuerdos y centrados.
- Jueces: Su trabajo es probablemente más ingrato que el de cualquier otro cazador.
- Mártires; Si lo que desean es herirse, deberían hacerlo en privado, lejos de nosotros y de la vista de quienes conviven con ellos.
- Vengadores: Terrores santos.
- Visionarios: Con mucho, los más extraños de todos nosotros. Pero es bueno tenerlos a tu lado.
- El Enemigo: Heridas que deben ser curadas… o extremidades gangrenadas que deben ser amputadas.