Los celos son fuente de necios y farsantes.
Los Lasombra son líderes y profetas, reyes y califas, generales y santos. Son escrupulosos a la hora de otorgar el Abrazo e implacables destruyendo a quienes demuestran ser indignos del mismo. La única amenaza para el poder de los Lasombra es, quizás, el propio Clan Lasombra.
Montano, el Chiquillo mayor de Lasombra, desvinculado de los asuntos del Clan, gobierna desde la distancia en el Castillo de las Sombras de Sicilia. Allí es donde custodia el descanso de su Sire, el cual dicen que se ve perturbado por oscuros sueños de sombras y del Abismo.
El sentimiento religioso está muy arraigado en el Clan. Quizás se deba a la conexión del mismo con la oscuridad, pero el hecho es que muchos de sus miembros siguen el Camino del Cielo. Este profundo fervor alimenta conflictos dentro del Clan y hace que éste vuelva su interés sobre sí mismo. En la Península Ibérica se propaga con violencia la Reconquista en la Sombra, una guerra entre Cainitas cristianos y musulmanes que divide el Clan. Las consecuencias se extienden mucho más allá de Iberia e involucran a lejanos partidarios.
Los Lasombra cristianos dentro de la Iglesia canalizan sus recursos hacia las fuerzas cristianas, mientras que los musulmanes buscan alianzas con otros Clanes, especialmente los Assamitas. También intentan convencer a sus compañeros de Clan judíos para que les den su apoyo, pues con seguridad recibirán un trato mucho peor si los cristianos tomaran el poder en la Península.
Para los Lasombra cristianos, el cisma exterior se ve reflejado en un cisma interno. Entre los rangos de la Iglesia acecha la Herejía Cainita, un culto herético dominado por sacerdotes y obispos Lasombra. Creen que los Cainitas, habiendo sido marcados por Dios, se asemejan a los seres angelicales y que la Maldición de Caín los señala como entes sagrados. Por supuesto, incluso los Lasombra no cristianos consideran esta visión una blasfemia y emplean cualquier oportunidad para expurgar tales enseñanzas.
Sobrenombre: Magistri.
Apariencia: El Clan de las Sombras es diverso y sus miembros son de origen hispano, italiano, judío, norteafricano o árabe. La mayoría de Lasombra visten las mejores ropas que pueda comprar el dinero, ya se trate de preciosas sedas de China, ricos brocados franceses o lujosos tejidos de Arabia. Incluso los miembros de la Iglesia, que teóricamente rehúyen las riquezas y sus engaños, a menudo poseen un rango lo bastante alto como para esperar alguna extravagancia hecha a medida.
Refugio y presa: Algunos Lasombra nacidos con riquezas y poder escogen permanecer en las propiedades de su familia, haciéndose pasar por sus propios herederos para conservar el control de sus bienes. Esto les proporciona numerosas oportunidades para alimentarse, pues para tales heredades se requiere un amplio número de familiares, siervos y criados.
Otros, eludiendo los problemas que conlleva esconder su verdadera naturaleza entre un gran número de mortales, se establecen en refugios solitarios y lujosos, sacrificando con ello la accesibilidad a las presas en favor de la seguridad y la discreción. Algunos miembros de la Herejía Cainita se alimentan de su congregación, disfrazándolo de rito sagrado. Pero esta práctica es mejor guardarla en secreto, pues sin duda despertaría la ira de los Lasombra cristianos con convicciones religiosas más ortodoxas.
El Abrazo: Los Lasombra a menudo escogen a sus Chiquillos de entre los ricos y poderosos, o de la élite política. Sin embargo, los Magistri Abrazan con igual frecuencia a miembros de las clases humildes con ambición y gran inteligencia. Simples accidentes de nacimiento no pueden determinar la fortaleza del carácter o la capacidad para el liderazgo.
Disciplinas de Clan: Dominación, Obtenebración, Potencia.
Debilidad: Los Lasombra no pueden ser vistos en ninguna superficie reflectante, lo que hace difícil esconder su verdadera naturaleza a los mortales. Además, los miembros del Clan de las Sombras no soportan la luz brillante y sufren un nivel adicional de daño agravado ante cualquier exposición a la luz solar.
Organización: Dentro del Clan existe una organización conocida como los Amici Noctis, los Amigos de la Noche, cuya pertenencia se consigue sólo mediante invitación, y éstas sólo se otorgan a quienes realmente han demostrado su valía al Clan. Los Amici Noctis presiden las Cortes de Sangre, aunque cualquier miembro del Clan puede presentar en ellas una petición para reclamar el derecho de Amaranto sobre alguien que hayan juzgado indigno de ser Lasombra. Al sancionar oficialmente la Diablerie, los Amici Noctis mantienen un estricto control de su uso. Cualquier Lasombra que cometa Amaranto sin permiso se enfrenta a una destrucción sumaria.
El poder de los Amici Noctis es más firme en el centro de Europa. Montano no les guarda simpatía, y les ha prohibido la entrada a Sicilia y al Castillo de las Sombras. En la Península Ibérica, la Reconquista en la Sombra entorpece el poder de los Amici Noctis. Oficialmente, éstos han declarado su neutralidad en cualquier asunto relacionado. En la práctica, esto es así porque no tienen poder suficiente para imponer allí orden alguno.
Estereotipos
- Altos Clanes: Una distinción inútil realizada por gente igualmente inútil. Los Lasombra ostentamos el poder porque valoramos la excelencia, no el nacimiento. Que nos cuenten entre los Altos Clanes y no los Bajos dice más de ellos que de nosotros.
- Bajos Clanes: Que los otros Altos Clanes los ninguneen. Sólo un necio desecha una herramienta útil o un valioso aliado.
- Assamitas: Compartimos más con los Hijos de Haqim que con la mayoría de los demás Clanes. Que otros se cieguen con los prejuicios. Son aliados honorables y valiosos.
- Ventrue: Para su desgracia, los Patricios siempre han confundido poder con posición para su propio detrimento. Que persigan los cargos elevados; eso sólo los hace más fáciles de manipular.
- Seguidores de Set: Deja que intenten traer de vuelta el culto a su dios muerto. El tiempo siempre avanza y quienes se oponen al progreso acaban pisoteados por él.
- Tzimisce: Todos ellos unos herejes paganos. Se les ha ofrecido la oportunidad de rechazar sus impías costumbres, pero la han rechazado. Aunque no podemos ignorar su poder, tampoco podemos confiar en ellos.