Loch Ness -el lago Ness-, está situado en la región interior de Inverness, en el norte de Escocia.
Tiene 36 kilómetros de longitud, hasta 2,8 kilómetros de anchura y hasta 225 metros de profundidad. En él nace el río Ness que desemboca en el mar -en el estuario de Firth-, en las inmediaciones de Inverness. Hasta 1933 fue uno más entre los lagos de Escocia, pero ese año se hizo famoso en el mundo entero: un extraño animal marino había sido visto nadando en sus aguas. En todas partes se habló del «monstruo». Algunos decían que eran historias inventadas por periodistas, otros, que sí había un animal desconocido; periódicos como el Times, sociedades científicas, el Museo Británico y hasta el Parlamento se ocuparon del asunto. Se habló de dragar el lago para capturar el monstruo, y el propietario de un circo llegó a ofrecer veinte mil libras esterlinas por el animal vivo.
Fue tanto el revuelo causado por la noticia, que el secretario de Estado para Escocia envió policías a vigilar el lago para ver al monstruo. Estos no consiguieron verlo, pero sí lo consiguieron otras personas; el Times publicó los dibujos que éstas hicieron y envió un corresponsal que entrevistó a cincuenta testigos de las apariciones. Pronto fueron tantas las evidencias que ya muy pocas personas dudaron de la existencia del animal. Zoólogos ingleses y holandeses afirmaron que era indudable que en el lago existía un animal de una especie desconocida y que de ninguna manera podía decirse que eran «inventos sensacionalistas». Pero, ¿de que animal se trataba?
Primera Aparición
La primera persona que notificó del monstruo fue la señorita Mary Hamilton, quien se encontraba paseando por las orillas del lago cuando vio un animal muy grande, de cuello largo y delgado y cabeza pequeña, que nadaba velozmente y sacaba de vez en cuando parte del cuerpo fuera del agua, y que medía, según sus cálculos, unos veinticuatro metros de largo.
Después de que esta noticia salió en los diarios, aparecieron muchas personas que decían haber visto también al animal. En septiembre de 1934, el zoólogo holandés, profesor Oudemans, había recopilado declaraciones de más de doscientos testigos presénciales y alrededor de seiscientas descripciones del «monstruo», recogidas en veintiuna localidades distintas, además de fotografías que mostraban sólo parte del. cuerpo, pues la mayor parte de él estaba siempre dentro del agua. En dos oportunidades se filmaron los movimientos del animal y una de las películas se proyectó en una reunión de científicos ingleses, los que coincidieron en que podría tratarse de una foca gigantesca. Otros científicos, como el zoólogo alemán, conde Vojkffy, piensan que no se trataría de una foca sino de una nutria gigante.
Apariciones Posteriores
En 1934 muchísimas personas acudieron al lago a ver. a «Nessie», como se apodó al animal, pero muy pocos lo pudieron ver. Uno de los afortunados fue un inglés que viajó desde Hong Kong. El 27 de diciembre lo vio nadando con la cabeza fuera del agua durante unos veinte minutos y a unos ciento veinte metros de distancia. Según su relato, la cabeza de «Nessie» era como la de un caballo o de una foca. El color de la piel lo encontraron parecido al de un elefante o de una ballena, y la longitud fue calculada en unos 4,5 a 6 metros, y no los 24 de la observación de la señorita Hamilton.
Esto es lo que se cuenta
En contadas ocasiones el «monstruo» ha sido visto fuera del agua. La experiencia más interesante al respecto es la de un estudiante de la Universidad de Edimburgo llamado Grant, quien, la noche del 4 de enero de 1934, regresaba a su casa en moto, por la orilla del lago. «Salí de Inverness en moto a las doce y cuarto de la noche para volver a mi casa. Estaba lloviendo cuando salí de la ciudad, pero dejó de llover apenas transcurrido un kilómetro y medio y salió la luna. Era una noche preciosa. Pasé por Abriachan alrededor de la una de la mañana. Y vi al monstruo por primera vez a unos noventa metros, en dirección a Drumnadrochit. Cuando noté su presencia, me encontraba a unos cuarenta y cinco metros de él. Lo vi como una cosa negra en la orilla derecha de la carretera. Vi que aquella cosa negra se ponía en movimiento y en el acto me pasó por la cabeza el pensamiento del monstruo. Detuve la moto y me dirigí hacia ese punto la luz de mi lámpara. Estaba entonces a unos veintisiete metros del animal, que, sentado en el borde de la carretera, movió la cabeza primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda. Después se levantó y se me acercó un poco. La cabeza era el remate de una nuca cónica. Dio un salto que le llevó hasta la mitad de la carretera, avanzando mediante un movimiento aparentemente lateral de sus aletas posteriores, muy fáciles de reconocer, que estaban provistas de membranas natatorias, con las cuales se arrastraba también por tierra. Luego utilizó para afirmarse las dos aletas anteriores, bien visibles también, pero carentes de membranas natatorias. Vi al animal completamente, desde la cabeza hasta la cola. La cabeza parecía la de una serpiente, pues era pequeña y redonda. Lo que más impresión me causó fue el ojo, hundido profundamente en la cabeza, grande y lleno. El cuerpo no guardaba proporción con la cabeza. Sus grandes mandíbulas podrían sujetar perfectamente bien un cordero o una cabra. En el lomo presentaba dos pequeñas protuberancias, que, sin embargo, no pueden recibir el calificativo de jorobas. El cuerpo aumentaba de volumen por detrás como el de un canguro. La cola era gruesa, estando un poco arrollada en su extremo; roma. La longitud total del animal desde cabeza a cola sería de unos 5,4 metros, no sobrepasando los 6. La piel presentaba un color entre gris oscuro y negro, semejante a la de una ballena. Por lo que pude ver, el animal salvó el borde izquierdo de la carretera y desde allí se lanzó al agua. Dejé mi moto y salí corriendo detrás de él, llegando a tiempo de verlo sumergirse en el agua. Se produjo una gran ola, como con el movimiento de un bote. Me dirigí a casa inmediatamente después, conté a mi hermano lo ocurrido e hice un boceto del animal que había visto».
Esta no ha sido la única vez que «Nessie» ha sido visto fuera del agua. El 22 de julio de 1933, el matrimonio Spicer lo vio en tierra, a unos quince metros de distancia. Llevaba algo en la boca, probablemente un gran pez. En otra ocasión el animal parece haber salido del lago y viajado por tierra hasta el vecino lago Dechfour, donde fue visto el- 11 de junio de 1935 por la señora MacGrath. Luego habría regresado, puesto que seis días después fue visto otra vez en Loch Ness.
¿Mas de un Monstruo?
Existen algunas teorías que dicen que en Loch Ness habría más de un animal. Lo que induce a pensar así es que en una ocasión, el 2 de enero de 1934, fue visto casi simultáneamente, con una diferencia de una hora, en dos lugares distintos del lago, distantes entre sí unos 28 kilómetros. Sin embargo, los testigos coinciden en que nada a gran velocidad, por lo tanto es muy probable que alcanzara a cubrir los 28 kilómetros en una hora. De todas maneras, el zoólogo Oudemans piensa que es posible que hayan llegado al lago una pareja de estos animales, macho y hembra, o bien, una hembra y su cría.
Las Jorobas
Varias de las versiones de testigos oculares describen al misterioso animal con dos o tres jorobas o protuberancias en el lomo, situadas a cuatro metros de distancia entre sí. Entre estas versiones se cuenta la de muchas personas que lo vieron durante doce minutos el 14 de septiembre de 1934 junto a la localidad de Glen Urquhart, y quienes calcularon que su velocidad era de unos 48 kilómetros por hora.
¿Existen estas Jorobas?
Es posible que no, y que simplemente se trate de movimientos ondulatorios que realiza el animal cuando nada, pues, al parecer, cuando se detiene y cesan sus movimientos, las jorobas desaparecen. Esta es también la teoría del testigo en una de las descripciones que se han hecho del animal, según esta noticia aparecida en el Highland News del 29 de noviembre de 1937: «El monstruo de Loch Ness ha sido visto esta semana por el señor AM.S. Alexander, un oficial jubilado de los Zapadores Reales, que vive en Johnnies’s Point y trabaja cerca del lago. La atención del señor Alexander fue atraída por una ola levantada por el monstruo cuando se deslizaba con rapidez por el agua, a unos cuarenta y cinco metros de distancia de la costa. La cabeza del animal no era visible, pero podía verse perfectamente la piel, que tenía a la clara luz del sol un color gris plateado. El animal avanzó paralelamente a la costa unos ochocientos metros. El señor Alexander estima que el cuerpo de este animal podía tener unos .nueve a doce metros de longitud. A su juicio, las llamadas jorobas se deben indudablemente a un movimiento ondulatorio del monstruo cuando avanza. El lago estaba completamente liso en el momento de ser visto el animal, y la onda producida por éste continuó largo tiempo, chocando contra la orilla después de haberse alejado el causante».
Distintas versiones
Ni los naturalistas, que se dividen entre los que piensan que Nessie es una foca gigante, los que prefieren la nutria gigante, y un tercer grupo que opta por la posibilidad de que sea un plesiosauro sobreviviente de pasadas épocas geológicas, ni los testigos presénciales, han podido ponerse de acuerdo respecto de la naturaleza del animal, ni de su aspecto. He aquí algunos ejemplos: Un monje de un convento de benedictinos, junto con otras ocho personas que contemplaron el monstruo durante media hora con prismáticos, también vieron tres jorobas y afirmaron que no se trataba de una foca ni de una nutria. Una familia que lo avistó el 15 de febrero de 1935, lo comparó con una oruga gigante de unos nueve metros de largo.
Tres personas que lo vieron el 19 de abril de ese mismo año durante veinte minutos cerca de Invermoriston, y a unos doscientos metros de la orilla, describieron su cabeza como la de una foca y el cuello, como el de una serpiente. El 18 de agosto dos muchachas que lo vieron dijeron que su cabeza era como la de una vaca.
La teoría de los tunes subterráneos
Como ya dijimos, Oudemans piensa que se trataría de una pareja o bien, de una hembra y su cría, que en 1933 habrían llegado al lago desde el mar remontando el río Ness, y que se habrían quedado allí disfrutando de la gran abundancia de peces. Otras personas en cambio, creen que no usaron el río como vía de acceso, y plantean la posibilidad de que haya una red de túneles subterráneos que conectan Loch Ness con el mar y con lagos vecinos. Estas personas dicen que el hecho de que el animal haya sido visto en Loch Dochfour apoyaría esa teoría, pues es improbable que un animal. adaptado al agua se interne varios kilómetros tierra adentro, arrastrándose, y luego, habiendo encontrado nuevamente agua, haga el camino de vuelta. Tampoco puede descartarse la posibilidad de que el animal no haya llegado del mar, sino que sea oriundo del lago, y que haya estado allí naciendo, reproduciéndose y muriendo, durante generaciones. De hecho, las noticias acerca de sus apariciones datan del siglo VI, según consta en el capítulo veintisiete del libro «Vida de san Columbano», publicado en 1857; además de ésta, ha habido casos de apariciones en los años 1853, 1871, 1885, 1898, 1902, 1903, 1904, 1908, 1910, 1912, 1914, 1917, 1923, 1929 y 1932 antes del «boom» de los años 1933 a 1937.
La leyenda de San Columbano
En el libro ya citado se cuenta que cierto día este santo escocés se paseaba por las orillas del lago en cuyas aguas nadaba un hombre. De pronto las aguas se agitaron y un enorme animal, parecido a una serpiente, alzó su cabeza por encima dé la superficie del lago y comenzó a avanzar hacia el nadador. Entonces el santo, viendo el peligro que el hombre corría, gritó: ¡Aléjate, monstruo! ¡No te acerques al hombre! Ante esas palabras, el animal se detuvo y luego se sumergió y desapareció.
Apariciones en nuestro tiempo
Durante la Segunda Guerra las noticias acerca de Nessie fueron escasas, pero en las últimas décadas ha sido visto en varias ocasiones. Gracias al avance tecnológico el hombre ha dejado de ser un testigo pasivo y ha salido a buscar al animal en su propio terreno, con vehículos submarinos provistos dé equipos de sonar y luz estroboscópica. Muchas de estas expediciones no han tenido éxito, pero algunas sí lograron detectar la presencia de una gran masa que se desplazaba bajo el agua, y en una oportunidad hasta se pudo distinguir una gran aleta. Al parecer Nessie o alguno de sus descendientes, aún sigue viviendo en el lago.