Los Kithain perciben cómo el tejido de la realidad cambia conforme una era da paso a la siguiente. La Edad Mítica fue un tiempo de unidad en el que la Tierra y el Ensueño coexistían en armonía, cada uno volcándose y edificándose sobre el otro. La División fue testigo de una falta de magia y Glamour en el mundo conforme crecía la distancia entre la Tierra y el Ensueño. La Ruptura cercenó los vínculos entre mundos, haciendo que el Ensueño fuera inaccesible y el Glamour escaso.
El Resurgimiento devolvió el Glamour a la Tierra y reabrió antiguos pasajes al Ensueño. La Evanescencia corrompió los sueños de los Kithain con las pesadillas de los Fomorianos. Con cada cambio fundamental en el Ensueño, la naturaleza de los Feudos cambió.
Edad Mítica
Los Feudos de la Edad Mítica no eran la fuente de Glamour que son hoy. Los mundos se superponían, sus fronteras eran nebulosas allá donde siquiera existían. El Glamour lo empapaba todo, haciendo de la Tierra un único Feudo tal y como lo entienden los changelings modernos. En lugar de un refugio frente al frío mundo banal, las Hadas de aquellos tiempos consideraban que
sus hogares, sitios ceremoniales y cualquier otra tierra que reclamasen como suya era un Feudo.
La Corte de Todos los Reyes
La Corte de Todos los Reyes es el Feudo más famoso que data de la Edad Mítica. También conocido como la Isla de los Sueños, era la sede del poder de los Altos Reyes de la Antigüedad, donde las Hadas llevaban a cabo sus ritos sagrados y pasaban el poder de la Corte Luminosa a la Oscura conforme avanzaba el ciclo anual de las estaciones. En el centro de la isla se alzaba la Puerta de Plata, un portal al corazón de Tir-na-N’og, ahora conocido como Arcadia. La Isla de los Sueños desapareció en la Ruptura, presumiblemente engullida de golpe por el océano.
Hoy en día, los eruditos feéricos creen que la Isla de los Sueños existió en alguna parte en la costa de Irlanda, e historiadores y cazatesoros por igual buscan el lugar de descanso final del Feudo.
La Corte de Todos los Reyes contenía la única copia completa conocida del Codex Compendia, así como Tesoros de poder inimaginable para los Kithain. Por supuesto, si el Feudo permanece intacto, no cabe duda de que estará protegido por defensas que ya no reconocerán a los Kithain como sus ancestrales dueños.
La División
Durante la División, se desarrollaron distintas fronteras entre la Tierra y el Ensueño. Los Feudos se convirtieron en reinos terrenales de las hadas, semejantes a lo que actualmente se entiende por
reinos oníricos. Los Feudos de esta era no estaban constreñidos por la simple geografía; en su lugar, los vinculaban conceptos e ideas derivados de títulos descriptivos, como “Oscuro Corazón del Bosque” o “Bajopuente”. No se necesitaba magia para entrar en ellos. Eran parte del paisaje, aunque perpendiculares al mundo de los humanos.
Al girar a la izquierda en una señal que indica a la derecha, tomar la tercera bifurcación en un camino o entrar en un árbol hueco, el viajero podía encontrarse de pronto en un Feudo feérico.
Bajopuente Controladas por la Corte Oscura, las entradas de Bajopuente se encontraban en cada espacio bajo un puente donde nunca tocaban directamente los rayos del sol. Un reino de noche eterna y cielos sin estrellas donde sólo las tenues y titilantes antorchas y hogueras de los habitantes de Bajopuente proporcionaban iluminación. En este reino estaban representados todos los puentes terrenales, conectados entre sí. Un viajero sólo necesitaba pasar bajo un puente en Bajopuente para salir en su contrapartida en la Tierra. Este rápido método de viaje no estaba exento de riesgos: aquí los Redcaps, Sluagh, grandes bestias y otras criaturas caídas y ahora perdidas en las nieblas del tiempo acechaban a los estúpidos e incautos por deporte y Glamour.
Aunque ciertos puentes legendarios también podrían ser Feudos hoy en día, el reino interconectado de Bajopuente se fracturó en incontables fragmentos durante la Ruptura.
Ocasionalmente, un Paso aún puede conectar algunos puentes con otros, pero esos
caminos están siempre plagados de peligros, ya sea de los Perdidos que fútilmente buscaban refugio y quedaron encerrados o de viajeros atrapados en el momento en que Bajopuente se quebró, Marcando su alma como Dauntain.
El Codex Compendia
El Codex Compendia es una colección de cuatro libros que registran la historia de las hadas. Se sabe que existen copias fragmentarias, pero la mayor parte del Codex se ha perdido desde la Ruptura. Los eruditos Kithain creen que recuperar toda la colección podría ofrecer la solución a la amenaza del Invierno Sin Fin.
El Compendio Negro cuenta la creación del mundo, el gobierno de los Fomorianos y su deposición a manos de los Tuatha de Danaan.
El Compendio Blanco registra el gobierno de los Kithain, sus juramentos a la Tierra y el Ensueño y los rituales ancestrales necesarios para mantenerlos.
El Compendio Rojo documenta la Guerra de las Cortes, el ascenso de la Banalidad y las acciones de las hadas que llevaron a la Ruptura.
El Compendio Verde cuenta la historia que nunca fue pero podría llegar a ser.
La Ruptura y el Interregno
La Ruptura destruyó los mayores lugares de poder feérico. Las ciudadelas se derrumbaron, los sitios sagrados desaparecieron y los depósitos de creación chisporrotearon y murieron. Con la magia del mundo desaparecida, el Glamour se volvió más escaso y difícil de cultivar. Los Feudos que sobrevivieron durante el Interregno eran pequeños y precarios refugios frente a la Banalidad, el equivalente a destartaladas chabolas en una tormenta. Aun así, fueron suficiente y, más importante, mantuvieron vivos a los changelings hasta el Resurgimiento.
Centro Indio Americano
Desde los años cuarenta hasta los sesenta, el gobierno de Estados Unidos trató de eliminar la soberanía tribal y la cultura de los nativos americanos mediante la adopción de la genocida política de asimilación india. La reubicación forzosa, junto con la desaparición de oportunidades económicas, empujó a los nativos americanos a desplazarse en masa a las zonas urbanas. Frente a la disminución de sus fuentes de Medicina, los Nunnehi que se asentaron en Chicago ayudaron a los miembros de sus tribus natales en la ciudad a construir el Centro Indio Americano.
Hoy en día, el Centro Indio Americano es un Feudo fuerte y próspero gracias a los incansables esfuerzos de sus fundadores y las generaciones que los han seguido. El Centro continúa con su misión de preservar y restaurar la historia, lengua, costumbres y orgullo tribales a pesar de las fuerzas que buscan borrar la identidad nativa americana.
Mediante la preservación de su cultura nativa y sus ritos ancestrales, los Nunnehi obtienen santuario y Medicina. Sin embargo, tras la Evanescencia, forjaron una alianza con los Kithain locales de Chicago. Los Nunnehi han jurado prestar ayuda contra los Thallain a cambio de la ayuda de los Kithain para promocionar las artes y la cultura de los nativos americanos.
El Resurgimiento y la Evanescencia
El Resurgimiento no sólo trajo a los Sidhe de vuelta a la Tierra, también restauró el Glamour. Ancestrales lugares sagrados que se creían perdidos para siempre desde hacía mucho tiempo despertaron al brillar de nuevo las cenizas de sus extintas Hogueras. Aunque ambos mundos no estaban más cerca que antes, los Kithain por fin encontraron la oportunidad de reconstruir su sociedad. Puede que los reinos de bolsillo de la División que se extendían por el mundo no llegaran a restaurarse, pero sus fragmentos esperaban ser redescubiertos y remoldeados en nuevos Feudos. A pesar de las grandes tensiones políticas, el final del siglo xx parecía ser el albor de una nueva edad dorada para los Kithain. Entonces ocurrió la Evanescencia.
Un destello del Sueño Fomoriano sacudió la Tierra por un instante. Muchos Feudos se vieron dañados por el embate del Glamour Tenebroso. Los más pequeños y precarios se consumieron como leña y sus sueños fundacionales se extinguieron o se corrompieron hasta convertirse en horrores que repelieron a los Kithain.
Los restos de Feudos ancestrales aún están ahí y aguardan a ser redescubiertos. Aun así, criaturas caídas que tiempo atrás se creían desterradas para siempre acechan ahora en las ruinas mientras las pesadillas se apresuran a reclamarlos antes que los Kithain.