La espada de Ricardo Corazón de León siempre estuvo al servicio de las cruzadas y de Inglaterra.
Tercer hijo de Enrique II de Inglaterra, poseía los títulos de duque de Aquitania y de Normandía y conde de Anjou. Reinó en el periodo entre 1189-99. Hizo que el conde de Toulouse le prestara homenaje en 1175, lo que aumentó su poder y le incitó a una guerra con sus hermanos.
En 1173-74 y 1189-89 se rebeló contra su padre, apoyado por Felipe II de Francia. A la muerte de su padre Enrique II en 1189 y de sus hermanos mayores, heredó la corona de Inglaterra y deshizo su alianza con el monarca francés. Casó con Berenguela de Navarra y consolidada la política expansiva de Inglaterra en torno al dominio Atlántico, se propuso extender su control sobre el Mediterráneo.
Por esto tomó partido en la Tercera Cruzada, junto con Felipe II de Francia. Así, consiguieron tomar Messina y Chipre en 1190 y Acre en 1191, si bien no pudieron conquistar Jerusalén. Acre fue invadida en un mes, logrando ese mismo año la importante victoria de Arsuf contra Saladino, que posibilitará la toma de Joppa. Rota la alianza entre ambos reyes, Felipe II regresó a Francia y colaboró en la conspiración de Juan Sin Tierra, hermano de Ricardo, para tomar el trono inglés.
Durante la ausencia de Ricardo, el rey Felipe de Francia consiguió la obtención de las posesiones francesas de Ricardo a través de negociaciones. Entre tanto, Ricardo acordó con Saladino (1192), soberano musulmán, un acuerdo por el cual los cristianos conservaban Acre y les era permitida la visita a los santos lugares de Jerusalén, tras lo cual emprendió el viaje de regreso a Inglaterra. Estando en Tierra Santa, luchó incansablemente logrando obtener el título de «Corazón de León».
Ricardo estaba regresando de Tierra Santa y fue apresado en Austria durante poco más de un año por Leopoldo de Austria, un viejo enemigo ya que, tiempo atrás en las cruzadas, Ricardo había cometido faltas graves contra él y su estandarte.
A principios de 1193, Ricardo fue transferido a la custodia del emperador Enrique VI, quien obtuvo el pago de 100.000 marcos a cambio de su liberación, que su hermano Juan no quería pagar, pero que su madre le obligó a hacerlo.
Durante su ausencia de Inglaterra, la administración funcionó notablemente bien, acrecentado su prestigio como monarca gracias a sus conquistas de Tierra Santa. En 1194 logró Ricardo llegar a Inglaterra. En su regreso, Ricardo fue coronado de nuevo en Winchester. Duró muy poco allí, ya que su deseo de seguir conquistando le llevó a las tierras de Francia.
Debió luchar contra Felipe II por recuperar los territorios continentales tomados por éste durante su ausencia. Los últimos años de su vida los dedicó a la construcción de la fortaleza de Château-Gaillard sobre el Sena. Falleció Ricardo en 1199, cinco años después de su regreso a Inglaterra y su segunda coronación, en el asedio al castillo de Châlus, en el Limousin, herido por una flecha envenenada.
Luchando allí ayudado por sus hombres zapadores que se dedicaban a excavar un túnel bajo el castillo para conseguir que se desplomara, un hombre, que había permanecido apostado en una de las atalayas y que había sido el blanco de todas las flechas pero ninguna le hirió porque se protegía con una gran sartén, lanzó una flecha sobre Ricardo, hiriéndolo en su hombro izquierdo, cerca de las vértebras del cuello.
Cuando el rey recibió aquella herida, no lanzó ningún suspiro ni queja, ni dejó que ningún sufrimiento se marcase en su rostro o en sus gestos. Se le aplicó con sumo cuidado todo tipo de emplastos pero, poco a poco, las heridas comenzaron a ponerse negras y a hincharse cada vez más. Ricardo sabía que ya no tenía salvación, y envió una carta a su madre. El rey dispuso que su cerebro, sangre y entrañas fuesen enterradas en Charroux, del Berry; su corazón, en Rouen; y su cuerpo en Fontevrault, a los pies de su padre. Murió el 6 de abril, el martes antes del Domingo de Resurrección, 10 días después de haber sido herido. Y los suyos lo enterraron según su voluntad.
En 1199, su hermano Juan pasó a ser rey, invadió Normandía exitosamente. Alrededor del año 1200 se retiró a Inglaterra, perdiendo sus tierras francesas en 1205.