La fortaleza de Ceoris es una de las principales capillas de la Casa Tremere. Mantenida bajo la pretensión de que los magos que la habitan siguen siendo humanos, los Cainitas de Ceoris cumplen poco a poco las órdenes de Tremere e infectan a quienes todavía no han sido Abrazados. Mientras tanto, se prolonga la guerra contra los Tzimisce y Ceoris debe seguir en pie. La fortaleza ha cobrado una gran importancia desde el inicio de la guerra. Incluso ahora prosiguen los trabajos de ampliación y refuerzo del bastión.
Ceoris debe acomodar de alguna forma a todos los magos que llegan huyendo de las capillas destruidas en la región, sin dejar de proporcionar un refugio seguro a sus habitantes Cainitas. También se están llevando a cabo otras mejoras, como convertir las cuevas en cubiles para las Gárgolas; crear nuevos laboratorios para experimentar en el interior de la montaña, donde los aun no Abrazados no puedan dar con ellos, y proporcionar un lugar seguro al indefenso y aletargado Tremere.
Aunque gran parte de la capilla esta terminada, las obras hacen de ella un entorno siempre cambiante, que pocos de los residentes han explorado del todo. Dado que la mayor parte de la capilla esta en el interior de la montaña, pocos magos tienen ocasión de pasar mucho tiempo al aire libre: esto les causa una palidez muy útil para los Cainitas entre ellos, ya que sus lívidos rostros no destacan tanto.
Aparte de sus enemigos Cainitas (y la ocasional incursión de emisarios de la Iglesia que intentan destruir a los “hechiceros demoníacos”), los magos de Ceoris deben mantenerse atentos a Bulgaria y Constantinopla, observando los posibles intentos de conquistar su estratégica fortaleza. Además, aunque su preocupación principal son los enemigos Cainitas, el clan Lupino del Cielo Nocturno puede ser muy molesto. Por suerte, las defensas de los hechiceros han enseñado a los hombres lobo a guardar las distancia.
La Cara Exterior
Oculta con frecuencia por una oportuna niebla gris, la fachada exterior de Ceoris es imponente y aterradora. Construidas en la misma roca de la montaña, las torres y torretas se elevan desde el acantilado, con oscuras y estrechas ventanas de las que no sale luz. Entre estas sombrías protuberancias, la entrada principal del castillo se convierte en una cueva natural. Los dobles portones reforzados con hierro, cubiertos de símbolos arcanos y que emiten una pálida fosforescencia están enmarcados por un rastrillo de hierro cuyos agudos dientes surgen desde abajo y desde arriba como los colmillos de un depredador. Un frió viento sopla a través de los dientes del rastrillo, haciéndoles vibrar como las cuerdas de un arpa, justo con el volumen suficiente para ser una constante molestia, a veces el viento lleva susurros consigo. Algunos visitantes intentan entender lo que dicen las voces, esforzándose por escuchar sus terribles mensajes: unos pocos se vuelven locos a causa de su éxito.
Un fuerte puente levadizo con enormes cadenas que desaparecen a ambos lados de la gran puerta, es la única entrada a través de un abismo cuya mareante profundidad asusta incluso a quienes no suelen sufrir vértigo. El puente esta remachado con hierro y plata para impedir el paso de hadas y hombres lobo. Ascendiendo por el abismo de seis metros de anchura, hebras de niebla llevan el acre olor de carne podrida de los cuerpos ocultos por la niebla mucho mas abajo, legados de anteriores intentos de entrar en la fortaleza.
Hay un pequeño patio ante el castillo, vació excepto por las rocas desnudas y unos pocos plantones de acolito. Un difuso camino conduce a la izquierda, girando en torno a la montaña y convirtiéndose en poco mas que una sendero. Apenas lo bastante ancho para que una persona lo recorra aferrándose a precarios asideros, el camino se interrumpe abruptamente en un lugar donde se ha venido abajo, dejando un vació de unos 20 metros antes de continuar. El acantilado tiene una profundidad de varios cientos de metros. Si alguien consigue salvar el vació y seguir avanzando, llegara a una pequeña puerta oculta en una cara de la montaña. Hábilmente construida por un maestro artesano, la puerta se niega a abrirse. En realidad se trata de una puerta falsa, cuyo propósito es atraer al enemigo a una cacería de gamusinos atacando lo que parece un punto débil.
Muchos han perdido su vida simplemente intentando recorrer el peligroso sendero. Aunque antes había un ancho camino que rodeaba la montaña basta llegar a la cumbre, se ha permitido que caiga en desuso. Grandes bloques de piedra (colocados por media de la magia) cierran tramos estratégicos, impidiendo que el enemigo lleve maquinas de asedio montaña arriba. Los jinetes pueden pasar de uno en uno por estas zonas, ya sea para sufrir una emboscada desde arriba o quedar enterrados bajo una avalancha provocada por la magia.
Defensas
Cansados de la guerra, los magos centran sus esfuerzos en ocultar la capilla, más que en construir defensas adicionales. Etrius apoya esta decisión, pues la mayor parte de las poderosas defensas mágicas y mundanas de la capilla están ya dispuestas. Ha dividido a los magos en dos grupos: los que vigilan durante el día y los responsables de la defensa nocturna.
Esto es muy conveniente para excusar los hábitos nocturnos de los Cainitas, mientras que los magos humanos sirven sin saberlo como sus custodios durante el día. Además, Etrius sigue sintiendo los pinchazos de la conciencia por haber Abrazado a otros magos sin su consentimiento. Dividir a los habitantes de Ceoris significa que hay menos humanos despiertos con los Cainitas entre ellos. Etrius espera poder retrasar su Transformación, pero sabe que el deseo de Tremere es Abrazar a todos los miembros de su Casa. Los Usurpadores cuentan con varias defensas para derrotar a sus enemigos:
Los normal mente secos y ventosos Alpes Transilvanos están cubiertos ahora de niebla, lluvias y oscuros nubarrones invocados por medio de la magia. El viento sopla en torno a la montaña, pero parece incapaz de disipar la niebla que oculta al castillo.
Las grandes puertas dobles han sido selladas con plomo fundido y aseguradas con hechizos para que nadie pueda abrirlas. Un peligroso sendero que lleva hasta una puerta falsa (tras franquear un peligroso vació) recorre la ladera izquierda de la montaña. La verdadera entrada esta al final de un sendero hecho invisible por medio de artes mágicas. Este camino lleva hacia la derecha, hasta una poterna en el otro lado de la montaña. Solo se abre con la llave y la contraseña adecuadas. Decir la palabra correcta permitirá pasar la trampa que guarda la entrada: si la contraseña es errónea, toneladas de rocas caerán sobre los intrusos, aplastando a quien este en el sendero, o haciéndole caer a una muerte segura.
Las torretas que salen de la montaña parecen el más obvio punto débil de Ceoris. Como muchas otras cosas en la capilla, es un engaño. Muchas de las torres están diseñadas para caer cuando alguien entre en ellas, despeñándose en el abismo. Otras contienen trampas incendiarias, No forman verdadera parte de la estructura, sino que son simples cebos para hacer que el enemigos malgasta su tiempo y sus tropas.
Hay hechizos protectores en el suelo y las paredes de la capilla. Todos los líderes conocen su ubicación. Los defensores de Ceoris tienen un broche especial que los identifica como pertenecientes a la alianza. Quien no tiene broche es considerado un intruso.
Magos mortales y guardias vigilan durante el día. Algunos magos son todavía capaces de lanzar potentes hechizo, aunque por lo general deben realizar elaborados rituales que requieren mucho tiempo. Hay unos pocos hechizos preparados para su uso, pero cuando se emplean, el núcleo mágico de Ceoris se ve reducido hasta que pueda renovarse. Después, de todo. la magia esta desapareciendo.
Las Gárgolas vigilan todos los accesos durante la noche. incluyendo la entrada desde arriba. Igualmente, los Cainitas están despiertos y listos para defender la estructura. Aunque no se comenta, los vampiros saben que en caso de extrema necesidad, sus compañeros humanos pueden ser Abrazados y enviados a luchar a primera línea mientras los antiguos preparan hechizos o huyen. Si hay una verdadera amenaza, Etrius tiene un plan para teleportarse con el cuerpo de Tremere al exterior y hacia Viena. Donde se esta construyendo una nueva capilla.
Suministros
Aunque el agua esta asegurada por el pozo artesiano de la fortaleza, los mortales de la capilla necesitan comida. Otras necesidades humanitarias son ropa, combustible y material de escritura y para lanzar hechizos. Todo esto procede de otras capillas Tremere ubicadas en zonas más seguras, y de las aldeas de las proximidades.
Las aldeas proporcionan productos básicos de sus granjas: grano, hortalizas y algún conejo o cordero de vez en cuando. La capilla paga también a los aldeanos para que cultiven ciertas hierbas. La leña se transporta a la fortaleza junto con ropa y otros artículos. Los carros de suministros hacen el viaje hasta las montañas mas o menos una vez al mes.
Los materiales para hechizos y experimentos son enviados desde otras capillas. Incluyen esencias raras, mixturas alquimicas y elixires que necesitan los magos de Ceoris. Estos materiales llegan por medio de mercaderes que se los entregan a los aldeanos, Estos los guardan (con bastante aprensión) hasta que llega el momento de la siguiente entrega.
Los Cainitas tienen distintas necesidades y problemas. Aunque los cautivos humanos son utilizados como recipientes, acaban debilitándose y muriendo. Se permite alimentarse hasta cierto punto de los criados y guardias. Pero los demás magos (incluyendo aprendices) están estrictamente fuera de limites. Alimentarse de alguien con poderes mágicos produce una extraña euforia en los Cainitas, algo que no pueden permitirse si quieren protegerse e infectar al resto de la Casa como ordena Tremere. Los vampiros organizan cacerías, irrumpiendo en aldeas controladas por los Tzimisce y raptando a todos los mortales que pueden encontrar. Sus capturas son llevadas a Ceoris y usadas como rebaño hasta que mueren desangradas, o peor, utilizadas en extraños e inhumanos experimentos. Muchos humanos llevados a Ceoris creen estar en el Infierno.
Esta practica tiene dos ventajas. Primero, da a los Tremere nuevas fuentes de sangre, y segundo, debilita al enemigo al arrebatarle su suministro de sangre y sus fuentes de ingresos. Los Tremere disponen siempre medidas de seguridad adicionales (incluyendo Gárgolas) en torno a sus propias aldeas durante algunas semanas después de una de estas incursiones. No obstante, varios asentamientos menores han sido barridos por ghouls Tzimisce durante el día.
Suministros mágicos
Antaño una gran fuente de vis, las piedras de las cavernas de Ceoris están perdiendo su magia. Para los magos humanos, esto es un desastre, y les gustaría que Etrius les prestase mas atención cuando intentan discutirlo con el. Para los Cainitas que ya no las necesitan su perdida significa sólo la inconveniencia de tener que usar medios de iluminación mas mundanos. Con todo, cada año se recoge mas o menos una docena de estas piedras. Quizás tres de ellas son enviadas a otras capillas a cambio de suministro.
Aunque la vis de Ceoris se esta volviendo mas escaso, no ocurre necesariamente lo mismo en toda Transilvania. Los Tremere mantienen una capilla secreta, conocida como Val del Bosque, en los carpatos. Esta capilla especial es la responsable de cosechar la potente vis que tanto abunda en esas imponentes montañas. Los residentes envían una carga de vis a Ceoris cada pocos meses.
Etrius y sus camaradas Cainitas, concentrados como están en descubrir que tipos de magia pueden realizar en su nueva condición, tienen poco tiempo para preocuparse por el tema. Han descubierto que aunque pueden aprender muchas sendas de magia, cada una tiene sus límites. Sobrepasar esos límites requiere la celebración de rituales… rituales que deben ser aprendidos y codificados cuanto antes.
Población
Entre los residentes de Ceoris hay criados, guardias, aprendices y magos humanos, criados ghoul, Gárgolas (aunque apenas se las considera algo más que defensas animadas) y magos Cainitas. Los prisioneros humanos y Cainitas ocupan las mazmorras inferiores. Muchos de los mortales circulan solo durante el día, reticindose a sus habitaciones y camas en cuanto anochece. La noche pertenece a los Cainitas.
Aunque los dos grupos no suelen coincidir, a veces se cruzan sus caminos. Un mago mortal se encarga de despertar a Etrius si hay una emergencia durante el día. En casos de excepcional emergencia, puede llamarse a otros Cainitas para que defiendan las secciones interiores de la capilla mientras los mortales son enviados a la primera línea de defensa.
Como es normal en la Orden de Hermes, no todos coinciden en todas las políticas. Viendo los efectos del Juramento de Sangre sobre sus siete discípulos, Tremere se dio cuenta de que vincular a todos los miembros de la Casa le obligaría a tomar todas las decisiones como cabeza del clan. En lugar de ello, optó por un estable sistema piramidal. Aunque sigue siendo el líder, muchas responsabilidades se distribuyen entre sus siete discípulos que, a su vez, dan ordenes a otros, hasta que se llega a la base de la pirámide. Tremere insistió en que los vampiros recién Abrazados bebiesen una mezcla de la sangre de su sire y la de sus siete discípulos. Así, los chiquillos están mas cerca del vinculo, pero conservan su libre voluntad. Prohibir el Juramento de Sangre aseguraba también que ningún sire reuniese un ejercito secreto de chiquillos vinculados.
Hay tres facciones en la capilla, cada una dirigida por un individuo distinto.
Los Conservadores
Liderados por Etrius, estos cautelosos Cainitas insisten en progresar poco a poco hacia el Abrazo de los magos que aun son mortales. Construyen las defensas de Ceoris, pero prestan mas atenci6n a ocultar la fortaleza y crear ilusiones a su alrededor, que a rodearla de fuego o hacer que caigan rayos sobre los enemigos que se acerquen. Etrius y los Conservadores están interesados en los limites de la Taumaturgia Cainita, y en la construcción de una capilla en Viena a la que puedan huir si las cosas se ponen mal. Muchos optan instintivamente por hacerse pasar por humanos, intentando evitar que los mortales descubran su verdadera naturaleza. Deploran las incursiones en busca de cautivos humanos, pero no se les ocurre ninguna idea mejor para alimentar a la población Cainita de Ceoris.
Aunque Etrius es uno de los escogidos de Tremere, le esta desobedeciendo al no abrazar rápidamente a los magos mortales. No obstante, siente que su sire aprueba sus decisiones. Mientras la guerra continué, los magos mortales seguirán siendo necesarios para defender las capillas, y aumentar el número de Cainitas podría agotar los recursos de Ceoris.
Los Conspiradores
Encabezados para Malgorzata, una antigua discípula de Goratrix, los Conspiradores siguen presionando para Abrazar cuanto antes a los magos mortales. Aprovechar cualquier oportunidad para revelarse ante ellos y «tener» que incorporarlos al clan. Aunque Goratrix se ha marchado, Malgorzata espera ayudarle a conseguir su objetivo de la total conversión de la Casa para el año próximo.
Su meta definitiva es neutralizar a “ese débil Etrius” y ocupar su puesto al lado de Tremere en el Consejo de los Siete. Cree que cuando Tremere despierte, apreciara su valía y le dará una recompensa. Los Conspiradores son los Cainitas que hacen las incursiones contra las aldeas en busca de sangre, aunque raramente ayudan a defender las propias.
Los Mortales
Muchos de los magos humanos no se han dado cuenta de que sus compañeros se han convertido en vampiros. Pocos, no obstante, son tan estupidos como para no pensar que les ha ocurrido algo espantoso. Muchos sospechan de una posesión demoníaca, y algunos han llegado a abordar a un sacerdote. Liderado por Tosía, una vez cabeza de su propia capilla pero ahora una refugiada en Ceoris, este grupo intenta descubrir que es lo que ocurre. Mientras tanto, hacen discretamente planes para escapar de Ceoris y huir a otra capilla si sus temores resultan ser fundados.
Ayuda
Varios pinches, cocineros, guardias y otros sirvientes residen también en Ceoris. Ninguno de ellos tiene nada que decir sobre el gobierno de la capilla; en su mayoría son fuentes de sangre para los Cainitas hambrientos que viven con ellos. Aunque por ahora los vampiros se han contenido, sin tomar más que un poquito de sangre de tanto en tanto, un asedio prolongado podría ser peligroso para estos residentes mortales.
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