La Iglesia y la Inquisición

La  Inquisición

Generalmente dejada de lado por los investigadores, la Inquisición tiene una historia mucho mas vieja de lo que suele ser revelado. Las raíces de la Inquisición retroceden hasta los primeros siglos de la Iglesia, poco después de la conversión de Constantino, cuando se hace necesario asentar las disputas doctrinales. Estos “Inquisidores romanos” primitivos eran eruditos y mensajeros que llevaban la palabra pontificia a todos los rincones de la Cristiandad. Actuaban como misioneros, ayudando a forjar el imperio cristiano. Tras las acciones de Juliano el Apostata se les concedió mayores poderes, permitiéndoseles el uso de escoltas armados como protección. En los peligrosos tiempos de la Edad Oscura, estos escoltas se hicieron mas numerosos, y (los Inquisidores solían viajar en compañía de miembros de los Sicarios y los Simoniítas, una orden de místicos cristianos. Sus misiones ampliaron el campo, y algunos de estos inquisidores originales actuaron por propia iniciativa contra paganos y herejes, usando sus propias fuerzas y las reclutadas en las tierras locales para purgar las áreas mancilladas. Algunas matanzas han tenido que ser ocultadas en los archivos eclesiásticos, pues los inquisidores mas militantes han llevado sus misiones a la pagana Lituania y contra la Iglesia Ortodoxa en los Balcanes y en tierras de Rusia.

A lo largo de la Edad Oscura, los inquisidores recibieron una mayor autonomía en sus operaciones. A medida (que los príncipes feudales de Europa iban afirmándose en el poder, las acciones de la Iglesia eran cuestionadas a veces, y en los siglos X y XI la Inquisición era sobre todo una fuerza pasiva, extendiendo la palabra de la Iglesia y la voluntad del Papa, pero sin poder para hacerlas cumplir. Parte de esta debilidad se debió a las actividades de los vampiros, que temían las acciones del brazo fuerte de la Iglesia y deseaban contener la amenaza de la santidad.

El Futuro de la Inquisición

A causa de la obstinación de los cataros y el comienzo de la cruzada contra ellos, el Papa creara oficialmente una nueva Inquisición, con poderes de mayor alcance y el derecho a erradicar el pecado y la herejía. Los Simoniítas quedaran asimilados a este nuevo poder: sus miembros dejaran la Iglesia o se ocultaran como sacerdotes y monjas normales. En 1231, la Inquisición comienza, llevando revelaciones acerca de la sociedad vampirica, elevando los asuntos de los Cainitas y provocando la Rebelión Anarquista. Los paganos y seguidores de viejos poderes serán atacados comenzando los Tiempos de la Hoguera y la caída de la Era Mítica.

Si alguien necesita pruebas de que las fuerzas sobrenaturales no controlan el destino de la humanidad, aquí la tiene. Las acciones iniciadas en 1231 reverberaran por toda Europa y el Nuevo Mundo, África y Asia durante los seis siglos siguientes: la organización no será oficialmente disuelta hasta la década de 1880, La Inquisición llevara el nivel de la miseria humana a nuevas alturas, destruirá muchas esperanzas y corromperá a la Iglesia misma. En 1197, nadie puede ver la tormenta en el horizonte , pero las viejas costumbres están a punto de desaparecer en una marea de sangre y fuego.

Fe

La Fe Verdadera esta descrita en Vampiro: Edad Oscura (paginas 282-286). A continuación incluimos algunos detalles acerca de suelo sagrado, reliquias y milagros.

Suelo Sagrado

Un poder de la fe Verdadera es la capacidad de santificar un área. Esto es mas común en las zonas asociadas con los comienzos de esa fe, y raramente se encuentra en las estructuras nuevas. Muchos lugares de Tierra Santa tienen fuertes puntuaciones de Fe, mientras que en Europa, solo el Vaticano y unos pocos enclaves paganos en decadencia conservan algún poder residual.

El suelo sagrado funciona de la misma forma que la Fe Verdadera, salvo que se aplica solo a un área especifica y funciona pasivamente. En lugar de llamar al poder divino en contra de un intruso, el suelo sagrado “late” de poder, haciendo que las criaturas sobrenaturales se sientan incomodas, y posiblemente incluso haciéndoles daño si continúan avanzando.

El suelo sagrado tiene una puntuación similar al Numen de Fe:

 Cualquier criatura sobrenatural que intente entrar en suelo sagrado deberá tener éxito en una tirada de Fuerza de Voluntad (dificultad 8). Muchas viejas Iglesias tienen esta puntuación.

Las Disciplinas de Auspex, Dominación y Presencia (o poderes similares poseídos por otras criaturas Despertadas) no funcionan. Cualquier lugar asociado con un santo o persona sagrada similar, en el que se celebre un culto regular, tiene esta puntuación.

Todos los que se encuentran en la Zona sienten algo «antinatural» cuando intenta entrar un vampiro o una criatura infernal. Cualquier intento de Ofuscación o Quimerismo tiene + 1 a la dificultad. Solo los lugares de gran y activa piedad tienen esta puntuación.

Ninguna Disciplina (u otros poderes) que afecte a cualquier otro que el ser que la esta usando puede ser empleada.

 Solo para poder entrar en un lugar tan santificado, las criaturas sobrenaturales (incluyendo ghouls) deben gastar un punto de Fuerza de Voluntad, y continuar haciéndolo cada escena para no huir de terror. Si no lo gastan, deben pasar tiradas de Resistencia cada asalto (a una dificultad de 5 + Inteligencia) o salir huyendo.

Si los vampiros o bestias infernales pasan cualquier cantidad de tiempo (mas de un día) en un lugar de carácter sagrado, empiezan a sufrir daño: cada día a partir del segundo, reciben un numero de heridas agravadas igual a la puntuación de Suelo Sagrado del lugar.

Esta es la razón principal de que, con toda el politiqueo que hay en marcha en el seno de la Iglesia, pocos vampiros se atrevan a acercarse al Papa directamente: un paseo por el Vaticano es una experiencia verdaderamente perturbadora para cualquier ser así mancillado. Se rumorea que el clan Nosferatu sabe de ruinas romanas secretas que se extienden bajo el Vaticano y están libres de la presencia de la santidad. Si es cierto, este clan puede tener fácil acceso a los secretos de la Iglesia y sus príncipes. Se dice que, por un precio exorbitante, los Leprosos pueden guiar a los viajeros a las catacumbas secretas del Vaticano.

Milagros

Una de las grandes preocupaciones de la Iglesia en este periodo es que la época de los milagros ha terminado. Los sucesivos Papas han declarado que, aunque Dios hizo milagros en los primeros días de la Iglesia para que el cristianismo se extendiese por el mundo, ha dejado de hacerlo, exigiendo una fe pura que no requiere prueba directa. Por lo tanto, los fabulosos milagros de las leyendas son algo raramente visto en el mundo del Medievo Oscuro. La aparición de una persona de verdadera santidad que ostentase los legendarios poderes de lo Divino deberían ser el centro de una crónica, mas que limitarse a un sistema estricto.

Los milagros menores, no obstante, son posibles y ocurren, aunque hay mas referencia que hechos comprobados. La mayoría son similares a las historias de Ángeles guardianes y experiencias psíquicas comunes en el presente (avisos de peligro, sensaciones de perdida a la muerte de un familiar, y ese tipo de cosas). Tales sucesos son mucho mas frecuentes en las zonas rurales que en las ciudades. Otros milagros comunes incluyen visiones (que pueden iniciar Cruzadas y tumultos, pero suelen terminar con la ejecución en la pira del hereje, como vemos en los ejemplo de Pedro el Ermitaño y Juana de Arco), misteriosas apariciones y desapariciones de objetos y personas, y pruebas de fe, incluyendo estigmas y estatuas sangrantes. Muchos de estos milagros están asociados a reliquias de santos y otras luminarias religiosas. Numerosas iglesias de la Europa medieval contienen una o mas de estas reliquias (que suelen ser falsas), y el clero se las muestra a la gente en los días sagrados. Estos acontecimientos inspiran grandes celebraciones; a veces, incluso las reliquias y estatuas de los santos son llevadas en procesión por pueblos y aldeas.

Es mejor manejar la intercesión de santos específicos de una forma apropiada a las leyendas que les rodean: por ejemplo, podría rogarse a San Francisco por protección frente a las bestias salvajes. Como criterio general, tira la puntuación de Fe del peticionario a una dificultad basada en lo impresionante e improbable del milagro. Por ejemplo, un santo que rece pidiendo lluvia tiene bastantes posibilidades de conseguirlo, ya que es algo bastante común (a menos que este en medio de un desierto), pero pedirle a Dios que destruya Paris como hizo con Sodomía y Gomorra no funcionara, ni siquiera en el mundo del Medievo Oscuro.

Leyendes y Fabulas de la Iglesia

Muchas historias de la Europa medieval están relacionadas con la Iglesia. Estas historias van desde referencias a milagros locales hasta sospechas sobre los maestros arquitectos de las catedrales.

El Judio Errante

Se dice que Caifis o Castaphilus, un judío que era el portero de Poncio Pilatos o un humilde carpintero en la ruta de la Crucifixión, fue condenado por Jesús a aguardar su regreso al mundo. Este hombre humilde y quebrantado vaga por Europa, esperando el fin del mundo y dando fe de la verdad de las Escrituras.

El judío Errante se ha encontrado con muchos hombres famosos, que han sido testigos de su simple fe y el poder de sus palabras. No se sabe de ningún vampiro que le haya conocido, aunque los Capadocios buscan fervientemente rumores acerca de sus apariciones: no solo quieren interrogarle sobre Cristo, sino también arrancarle los secretos de la inmortalidad.

La Papisa Juana

Aunque toda discusión sobre este asunto ha sido prohibida por Roma, se murmura que uno de los Papas del siglo IX fue en realidad una mujer. Disfrazada de hombre, se convirtió en la amante de varios cardenales, comprometiéndoles con su secreto y chantajeándoles para hacer que la designasen Papa. Su papado fue breve, de todas formas, pues murió al dar a luz durante una procesión por diversas iglesias de Roma.

Se dice que el niño no era humano, y que pronuncio ominosas profecías antes de que el horrorizado populacho acabase con el. Nunca se habla de esto en Roma, pero ningún Papa pondría un pie en la calle donde Juana murió alumbrando a un monstruo. Los Nosferatu locales, de los que podría esperarse que supiesen algo del tema, guardan silencio. Pero los Malkavian de la Ciudad Eterna afirman que los Nosferatu se llevaron al niño para criarlo en la oscuridad de sus catacumbas. Los que buscan la verdad bajo las calles de Roma son obligados a volver atrás, o destruidos si llevan sus investigaciones demasiado lejos.

El Preste Juan

Allende las fronteras de la Cristiandad, se dice que hay un gran reino sagrado, gobernado por un hechicero cristiano de gran poder. Es el reino del Preste Juan, la gran esperanza del mundo cristiano y una ilusión que ha llevado a muchos viajeros a morir en tierras salvajes. Según los rumores, el Preste Juan se ha puesto en contacto con Papas y emperadores, prometiendo ayuda en las cruzadas o condenando la decadencia de la Iglesia europea. Nadie sabe si es cierto o no, pero los viajeros vuelven de tierras lejanas con historias acerca de un reino fabuloso en el que el oro es tan común como el polvo, y la fe pura y verdadera.

Originalmente, se decía que el reino se encontraba mas allá de las estepas de Rusia, en la remota Catay, o en las fronteras de Arabia; pero con la llegada de la Horda Dorada, las sospechas lo sitúan en África, quizás en Etiopia.

El reino del Preste Juan debería seguir siendo un enigma en cualquier crónica. Como fábula, tiene mucho mas. impacto que si fuese descubierto. Los emisarios del Preste Juan (ya sean reales o falsos) pueden ser empleados para acusar la política de la Iglesia en cualquier lugar de Europa. Tales emisarios deben ser misteriosos, y disponer de extraños poderes para evitar las confrontaciones. Sus mensajes han de ser crípticos, conteniendo revelaciones y profecías. Los personajes podrían verse relacionados con los mensajeros, especialmente si corre el rumor de que se ha enviado un mensaje al Papa revelando la existencia de los chiquillos de Caín.

O también podría llegar un mensajero vampirico procedente del reino del Preste Juan, con mensajes para los clanes europeos amenazando con la guerra si no acceden a sus demandas.

Los Contructores de Catedrales

La magia de las nuevas catedrales llena de estupor a las gentes de Europa. La dedicación necesaria para erigir estas colosales estructuras a la gloria de Dios es una luz para los fieles y una espina en el costado de los descreídos. Pero hay rumores de que la habilidad humana y la mera devoción no bastan para construir estas maravillas… que los maestros arquitectos (quizás con técnicas transmitidas desde los tiempos del Templo de Salomón) recurren a la ayuda de los poderes infernales.


La Vida en la Iglesia

Por tanto, mis queridos hermanos, sed firmes inamovibles, siempre abundando en la obra del Señor; pues sabed que vuestra labor no es en vano. -1ª a los Corintios, 15:58

Desde humildes monjes hasta orgullosos obispos, des- de la intrincada política de los cardenales en Roma basta los curtidos veteranos delas Cruzadas, la Iglesia gobierna a multitud de personas.

Ordenes Monasticas (La Iglesia Espiritual)

La vida monástica es la adoptada por aquellos individuos que han elegido perseguir un ideal de perfección o un nivel superior de experiencia religiosa. Engloba tanto la vida del ermitaño, caracterizada por un grado variable de soledad, y la del cenobita, el monje que vive en una comunidad. Este rechazo del mundo implica siempre ascetismo, o la practica de una sacrificada disciplina, que puede incluir: ayunos, silencio, la renuncia a la propiedad privada o la aceptación de la incomodidad física. Casi siempre incluye la pobreza, el celibato y la obediencia a un líder espiritual. El objetivo de estas practicas es normalmente una relación mas intensa con Dios, algún tipo de iluminación personal, o el servicio a Dios a través de la oración, la meditación o las buenas obras, como la enseñanza o el cuidado de los pobres o enfermos.

El monasticismo cristiano se desarrolló a partir de dos impulsos separados por la extensión del continente. En el sur, en los desierto de Egipto, Siria y Capadocia, los hombres acudían solos al desierto o las montañas y se convertían en ermitaños o eremitas, purificando su fe mediante la mortificación de la carne. San Antonio el Grande estaba relacionado con los primeros ermitaños egipcios; San Pacomi. con las primeras comunidades cenobitas de Egipto, y San Basilio el Grande, obispo de Cesárea, llevó a vida monástica a un contexto urbano, introduciendo las obras de caridad como una disciplina. En el norte, los hombres santos se congregaban para protegerse de los peligros de la vida salvaje y los bárbaros, y, lo mas importante, para formar una comunidad en la que la fe pudiera mantenerse fuerte y ser enseñada a otros.

La importancia de los eremitas reside en que en su soledad mostraba tal pureza de fe e intenciones que su ejemplo señalaba el camino a otros. Aunque eran el blanco de las burlas del decadente mundo romano, estos hombres de fe mostraron una sencillez abrumadora. Es triste decir que muchos de ellos encontraron su fin en los colmillos de los vampiros: su soledad implicaba que estaban mas allá de la protección de la sociedad si su fe vacilaba. Los primeros monasterios irlandeses fueron mas importantes: no sólo conservaron muchos conocimientos clásicos que de otro modo se hubiesen perdido (hubo una época en que las universidades irlandesas fueron las mayores de Europa), sino que enviaban misioneros para convertir al resto de las Islas Británicas.

Los Monasterios en la Edad Oscura

Fue el ejemplo de estos monasterios irlandeses, combinado con la disciplina de los eremitas, lo que llevó a los poderos señores de la Iglesia a crear comunidades monásticas a partir del siglo IV. La organización del monasticismo occidental se debe ante todo a San Benito de Nursia (siglo VI), cuya regla Benedictina sentó las bases de la vida en la mayor parte de las comunidades monásticas basta el siglo XII. Los primeros monasterios eran  asuntos locales, carentes de orden establecido hasta hace poco: Roma ha comenzado a reorganizar los monasterios en órdenes monásticas, reglamentando las vidas de montes y monjas. Entre las principales ordenes están los Cartujos y los Cistercienses; las ordenes mendicantes; o frailes (Dominicos, Franciscanos y Carmelitas), surgirán en el siglo XIII. Con un control central establecido y Europa entrando en una época de prosperidad, estos nuevos monasterios se convertirán en enormes complejos que gobiernan las tierras de los alrededores y rivalizan en poder con los señores feudales. Los monasterios se han transformado ya en grandes fortalezas, los mayores de ellos sustentando a miles de personas: desde los monjes y monjas, pasando por los sirvientes, y los eruditos y maestros en las grandes bibliotecas, hasta los guerreros que los protegen y ejecutan la voluntad de la Iglesia. Junto con las catedrales, abadías y monasterios se alzan como centros de la voluntad e influencia de la Iglesia, ejecutando su poder y proporcionando centros de fe y aprendizaje por toda Europa.

Debería notarse que los monasterios no son todavía instituciones austeras. No solo son centros de fe y saber, sino también comunitarios. Los comerciantes van a los monasterios para vender sus mercancías, se celebran ferias en sus recintos, y los pobres pueden acudir a ellos en busca de limosna o atención medica. Muchos retoños de la nobleza han entrado en los monasterios: algunos tienen grandes riquezas y exhiben una opulencia nada pía. Muchos monjes de origen noble muestran un interés demasiado profundo por la política, maniobrando con sus vecinos en busca de poder e influencia; además, algunos hijos de la nobleza han sido enviados a la vida monástica para resolver asuntos de herencia, y nunca se han tornado muy seriamente su papel en la Iglesia, continuando con sus placenteras vidas. El auge de estos monjes “nobles” ha llevado a escándalos tales como abades y abadesas que son dueños de burdeles y perros de caza, o que han vendido a sus novicios como esclavos.

Aunque un monasterio fuerte en fe y piedad seria despreciado por los Cainitas, estos nuevos monasterios gobernados por nobles disolutos proporcionan excelentes cotos de caza y centros de poder político. Un sorprendente numero de jóvenes vampiros se ha trasladado de las tradicionales fortalezas de sus mayores a estos nuevos enclaves de comercio y vida mortal. Dado que muchos nobles ceden tierras a la Iglesia a cambio de garantías para después de a la muerte, algunos de estos monasterios rivalizan en poder con los Señores Feudales, proporcionando un trampolín a los Cainitas ambiciosos que quieren prosperar en la Yihad. Unos pocos monasterios se han vuelto totalmente hacia el pecado a causa de sus amos no muertos: tales escándalos llamaran al poder de la Inquisición contra muchos vampiros advenedizos.

Ordenes Militares (La Iglesia Militante)

A causa de la necesidad de defender las fronteras de la Cristiandad (especialmente la disputada Tierra Santa) y canalizar a los guerreros de Europa hacia logros cristianos, la Iglesia ha instituido diversas ordenes militares de caballeros cristianos que combinan el poder de la fe con el de las armas.

Los Sicarios

La existencia de los Sicarios, u “hombres de la daga”, es uno de los grandes secretos de la Iglesia, conocido sólo por el Papa y unos pocos cardenales escogidos. Los Sicarios, conocidos también como los Monjes Rojos por el color de sus hábitos, son una fuerza militar de elite responsable de ejecutar la voluntad pontificia de forma directa y secreta.

Los Sicarios fueron creados en los primeros siglos de la Iglesia, extrayendo a sus miembros de sectas cristianas que no sólo habían aprendido sabiduría de los filósofos gnósticos, sino que también se habían resistido violentamente a la persecución por parte del Imperio Romano. Al unirse el cristianismo bajo la autoridad de Roma, estos grupos se unieron para pedir su supervivencia. Se llegó a un trato: los Sicarios podrían seguir practicando sus rituales, pero obedecerían a la voluntad del Papa. Se dice que los rituales de los Sicarios purifican la mente y el cuerpo, creando soldados imparables, aunque es probable que se trate de simples rumores. No obstante, la lista de éxitos del grupo impresiona a cualquiera.

En la superficie, los Sicarios parecen iguales a los demás monjes: toman votos de castidad, pobreza y obediencia, contando con el sustento de la Iglesia. Sin embargo, al contrario que los demás monjes, aprenden las artes de la guerra, el engaño y el asesinato. Raramente acuden en masa al campo de bata la como una orden militar, pues generalmente prefieren trabajar entre bastidores y utilizar tácticas de terror contra los enemigos de la Iglesia. Se les usa en el interior de Europa para suprimir herejías, y pueblos enteros han quedado reducidos a cenizas tras alguna de sus operaciones.

Recientemente, han sufrido un gran golpe en su carrera. Siguiendo a los cruzados hacia el este, buscaban a asesinos mortales y a su líder Hassan-i-Sabah… y en su lugar encontraron la fortaleza Assamita de Alamut. Sus fuerzas fueron destruidas, y nunca se ha llegado a saber nada de esto en Roma. Pero ciertos rumores han empezado a circular desde los lugares secretos del este, según los cuales no todos los Sicarios fueron eliminados, y Asesinos cristianos de piel pálida acechan ahora en las fronteras de Europa.

En el interior del continente, los Sicarios mantienen varias ciudadelas, donde sus fuerzas reciben adiestramiento: una esta en Roma, y las demás cerca de las fronteras de la Cristiandad. también disponen de una red de informadores y casas seguras por toda Europa, lo que les permite enterarse de los acontecimientos de importancia antes incluso que el Santo Padre. Se han negado a actuar contra los cataros en el sur de Francia, y el Papa teme que la semilla de la rebelión haya sido plantada entre sus asesinos sagrados.

De hecho los Monjes Rojos son menos leales de lo que podría esperar el Papa. Muchos, recordando sus orígenes, sienten simpatía por los herejes gnósticos, y algunos cardenales han empezado a especular con la idea de que los principios de los Sicarios están demasiado cerca de la idea islámica de la sumisión a la voluntad divina. Los rumores señalan que los rituales de los Monjes Rojos apelan a los poderes infernales, y que hay una purga interna entre los miembros de la orden para evitar que se extienda la corrupción.


Fuera de la Iglesia: Herejías de la Edad Oscura

Entonces un sujeto malvado del mismo tipo Huirá a mi flanco izquierdo por recelo. Este día he labrado el destino de todo hombre así que me ha servido. -Tony Harrison, «The Mysteries»

A pesar de su monolítica fachada, la Iglesia no tiene un control tan firme como cree.

El termino “herejía” proviene de la palabra griega que significa “elegir”, y se refiere al rechazo voluntario de las doctrinas de la Iglesia. Desde sus comienzos en el moribundo Imperio Romano, el cristianismo ha luchado con potentes movimientos religiosos, como el gnosticismo o el marcionitismo, que eran similares a el en algunos aspectos y distintos en otros. El resultado de estos conflictos originales fue el surgir de la regla de la fe, encarnada en lo que se conoce ahora como el Credo de los Apóstoles y ejecutada por la voluntad de Roma. Casi todas las líneas de este credo apuntan directamente a una u otra herejía importante.

Después de que el cristianismo se convirtiera en la religión oficial del Imperio Romano, emperadores y obispos celebraron con frecuencia concilios ecuménicos para resolver las grandes disputas doctrinales. Estos concilios formularon la ortodoxia, declarando heréticas todas las demás creencias. Los castigos a los herejes dependen del caso; dado que la Iglesia puede (y lo hace) reclamar al estado que haga cumplir la ley cristiana, suelen ser severos. Los herejes se arriesgan al exilio y la excomunión, la confiscación de la propiedad, la perdida de los derechos civiles y la muerte.

Las principales herejías del mundo del Medievo Oscuro derivan de los restos de las Sectas envueltas en estas tempranas batallas con la Iglesia.

Maniqueismo

El maniqueísmo es una religión gnóstica surgida en Babilonia en el siglo III. Su fundador fue un persa de origen noble llamado Mani, que dijo haber recibido una revelación especial de Dios, según la cual el estaba llamado a perfeccionar las incompletas religiones fundadas por los primeros profetas: Zoroastro, Buda y Cristo. Aproximadamente en el año 242, emprendió un largo viaje como predicador itinerante, auto proclamándose Mensajero de la Verdad. Viajando a través del Imperio Persa hasta la India, reunió a un considerable numero de seguidores. Mani se topo con la creciente hostilidad de los Zoroastrianos y fue finalmente ejecutado.

La esencia del maniqueísmo era el principio del dualismo absoluto: el conflicto primario entre Dios, representado por la luz y el espíritu, y Satán, representado por la oscuridad y el mundo material. Los seres humanos, creados por Dios, eran divinos en espíritu; sin embargo, llevaban en ellos las semillas de la oscuridad, sembradas por Satán en sus cuerpos materiales. La salvación, predicaba Mani, requiere liberar la semilla de la luz, el alma de la Oscuridad material en la que se encuentra atrapada. Esto se consigue por medio del celibato mas estricto y practicas ascéticas. Quienes aspiran a la perfección deben poner tres “sellos” en sus vidas: en la boca, para decir solo la verdad y abstenerse de comer carne y alimentos impuros; en las manos, para no guerrear, matar ni causar daño a la vida; y en el pecho, para contener los impulsos de la carne. Este triple sello se aplica solo a los elegidos o puros: los meros oyentes siguen un código menos estricto. Los imperfectos están condenados a un renacimiento continuo en un mundo de cuerpos materiales.

El emperador bizantino Justiniano promulgo un edicto contra las maniqueos que llevo a su destrucción alrededor del sigla VI, aunque sus doctrinas reaparecerían en las enseñanzas de los bogomilos, los albigenses y otras sectas. Las enseñanzas maniqueas han sido adaptadas y transformadas por el monje Procopio, fundador de la herejía Cainita, que sostiene que la indestructibilidad de la forma vampirica es un signo de la bendición divina. Estos maniqueos corruptos se lanzan fervorosamente a la adoración de los vampiros, extendiendo su fe por toda Europa y hasta lo mas profundo de la Iglesia de Roma.

Albigenses

Los albigenses son miembros de una secta religiosa en el sur de Francia. Su nombre deriva del pueblo francés de Albi, centro de su actividad. Hay grupos similares en otras partes de Europa llamados cataros, “puros”.

Siguiendo los principios dualistas proclamadas por Mani, los albigenses consideran maligno al mundo material: la redención significa la liberación del alma de la carne. Esto les lleva a condenar el sexo y el matrimonio, así como la carne, las huevos, la leche y otros productos animales. También rechazan las enseñanzas de la Iglesia acerca del Purgatorio, y los sacramentos, a causa de los elementos materiales utilizados. Su propio sacramento, el consolamentum, o bautismo del alma, es administrado mediante la imposición de manos. Solo lo reciben los “perfectos” (perfecti), y se espera de ellos que sigan un estricto código ético. La mayoría de las miembros de la secta permanecen en el estado de «creyentes» (credentes), llevando unas vidas menos rigurosas. La eficaz organización de la secta, con obispos y clero apoyados por la nobleza local, le ayuda a sobrevivir y ganar poder frente a la oposición de Roma.

Las contramedidas oficiales, como las esfuerzos predicadores de Cistercienses y Dominicos, o las decretos de la Iglesia, solo han sido efectivos en parte. A lo largo del siglo XIII, las restos de las albigenses, junto con otras cataros y las waldenses, serán los principales objetivos de la Inquisición. Los cataros son particularmente significativos en el mundo del Medieva Oscuro, pues la cruzada contra ellos descubre indicios de vampirismo y de la Orden de Hermes. Los rumores de que los albigenses eran los guardianes de una línea de sangre secreta descendiente de Cristo son, de hecho, revelaciones corrompidas de su protección de algunos de los últimos Salubri. Al percatarse de ello, los Tremere presionan en la zona para continuar su persecución de los hijos de Saulot, llevando a los cruzados a descubrir no solo una Capilla Hermética en las montañas cercanas, sino también a muchos de los Cainitas locales. Puede decirse que la Cruzada Albigense es el principio de la guerra directa de la Iglesia contra lo sobrenatural.

Waldenses

Los waldenses (Vaudois) tienen su origen en los “pobres de Lyon”, fundados por Peter Waldo, un prospero mercader de Lyon que dio sus bienes a los pobres y se convirtió en predicador itinerante alrededor de 1173, abogando por la pobreza voluntaria por amor a Cristo. Atrajo a un gran numero de seguidores en el sur de Francia, y busco el reconocimiento pontificio de su comunidad. En lugar de ello, fue excomulgado por herejía en 1184. Los seguidores de Waldo promueven la disciplina religiosa y el rigor moral, y son muy críticos con el clero indigno y los abusos de la Iglesia. En 1209, la Cruzada Albigense barre a los waldenses en su camino: tras la quema de 80 de ellos en Estrasburgo en 1211, la mayoría huyen a los valles alpinos del norte de Italia para llevar una existencia marginal, acosados por bandidos e inquisidores.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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