Tu Sire te ha contado que tenemos leyes que no pueden romperse, ¿verdad? Eso es bueno. Camina conmigo y te hablaré de nuestras leyes, lo que llamamos Tradiciones. Para la mayoría de los vampiros, son cosas que tu Sire te arroja unas cuantas veces y que luego se recuerdan cuando las has violado.
Eso es por lo que la mayoría de los vampiros no sobreviven a su primera década. Tienes suerte, porque la Abuela Penne te dirá no sólo lo que son, sino por qué son lo que son. Eso te dará ventaja, y cuando le sostengas la mirada a la estaca del Sheriff en medio de una corte que pretende enterrarte, cualquier ventaja es algo que vale la pena tener.
Mira aquí, amor, en mi modesta biblioteca tenemos las palabras de Caín y de otros, escritas por una docena de manos. Son las Tradiciones, pero ¿cuáles, me pregunto, son las correctas?
La Primera Tradición: El Pacto
«Tu Sangre te convierte en mi prole, creada a mi imagen. Mi maldición es tuya, y mi salvación es tuya. Me alzo ante ti y sobre ti como Dios-Regente. Yo soy el camino, mis Tradiciones mi pacto. Renuncia a mí y renunciarás a toda esperanza».
Así habló Caín. — Traducciones del Dios-Regente
La Sangre del Traidor fluye por ti, haciéndote a su imagen. Estás maldito y sólo mediante obediencia sobrevivirás. Eres de la especie del Traidor y estás ligado por éstas, las leyes de Dios para ti.
— El Qaanoon, recopilado por Duras el Dacio
¿No necesitamos todos saber de dónde venimos? Esta Tradición, más que ninguna otra, establece de dónde venimos y quién consigue poder noche tras noche. En mi parte del mundo es bien sabido que Caín, el Primer Asesino, también fue el primero de nosotros y todo el poder, así como las Maldiciones, fluyen directamente de él. ¿Por qué importa esto? Quizás no importe mucho para ti, pero esta Tradición es como la mayoría de Príncipes establecen su autoridad. Caín nos dice, en la mayoría de traducciones, que aquéllos más cercanos a él son aquéllos con más autoridad, y por ello la edad es el derecho de autoridad. Es una idea sencilla y funciona bastante bien hasta que el vampiro más viejo de una ciudad puede no estar dispuesto a gobernar, o ser capaz de ello, y aquéllos que toman el poder usan su edad para ostentar un gobierno que no pueden manejar.
De estos pergaminos, así como de los viajeros que han venido a sentarse conmigo, he llegado a darme cuenta que no todos los vampiros ven a Caín como el primero de los nuestros. He oído como nuestro mito creacional se ligaba a los dioses babilónicos, Lilith, un héroe africano maldito e incluso hay quienes creen que no hay un Primero, o al menos no sólo un Primero. No puedo imaginar cómo sus Antiguos sacan ventaja de esas creencias, pero estoy segura de que lo hacen.
La Segunda Tradición: El Dominio
«Dado que yo soy señor de Nod, tu dominio es tu preocupación. Tú eres su señor, y todos respetarán esto o sufrirán tu ira. Todos se presentarán cuando entren y tú los protegerás a cambio. Por derecho, tienes permitido Cazar en los límites de tu dominio, su sangre es tuya. Acepta su responsabilidad, ministro de tu dominio, y paga a otros con el mismo respeto que esperas». Así habló Caín.
— Traducciones del Dios-Regente
El ganado y la tierra que habita son el dominio. Si puedes mantenerlo, es tuyo. Si puedes tomarlo, se convierte en tuyo. Si no puedes hacer ninguna de ambas cosas, sométete a quienes puedan y llámalos Antiguos.
— Las costumbres de Hibernia, traducido por Duras el Dacio
El territorio donde te acuestas y alimentas es el asunto de cada noche para todos nosotros y, al menos por lo que a mí respecta, los temas políticos más importantes en los que puedes entrometerte. Normalmente, y debido al Pacto, un Príncipe declara una ciudad como su dominio en solitario, y su habilidad para ostentarlo y mantenerlo es la realidad tras su base de poder. La edad no sirve de nada; si no puede mantener su ciudad, la perderá.
Pero eso no quiere decir que vayas a morir de hambre. Un Príncipe también sabe bien que puede reclamar una ciudad como su dominio, pero también debe dividir su gestión así como proporcionar derechos de alimentación a sus súbditos. Algunas ciudades, como mi buena Londres, están divididas en feudos bajo el mando del Regente del Príncipe, con sus amigos y Chiquillos favoritos ostentando el dominio de dichos feudos. A partir de ahí, los que somos como tú y yo suplicamos por los restos y esperamos conseguir permiso para alimentarnos en uno u otro de estos pequeños dominios, pero es una alternativa gobernar sólo mediante un Príncipe, y así la aceptaré. He oído que algunas ciudades funcionan de forma distinta, con enormes zonas neutrales donde todo el mundo puede alimentarse. También he oído hablar que el Paraíso está lleno de niños cantores y nubes, pero lo creeré cuando lo vea.
La Tercera Tradición: La Progenie
«Sólo serás el Sire de otro con el permiso y la bendición de tu Antiguo. Crear es el privilegio de aquéllos más próximos a mí, de la cual ellos serán responsables. Quebranta esto, y tú y tu Progenie seréis eliminados». Así habló Caín.
— Traducciones del Dios-Regente
La creación es un sacramento y uno que no debe celebrarse a la ligera. Uno obtiene el consejo y la guía de las ancestras y hermanas. Celebrar el sacramento sin tales bendiciones es blasfemo y renunciar a todo lo que la Madre te ha dado.
— Traditsiya, recopilado por Duras el Dacio
Igual que ocurre con los mortales, ¿verdad? Todo el mundo está tan preocupado por quién es el heredero de quién y quién tiene el derecho de dejar herederos. Las disputas de reyes y emperadores no son tan diferentes de las que tenemos nosotros, los Condenados. ¿Hay un aspecto espiritual de esta Tradición concreta? Oh, no soy a quien debes preguntarle eso, pero podría ser. Para mí, la Tercera Tradición es práctica y pragmática. Si todos nosotros pudiéramos corretear Abrazando y haciendo de los nuestros a cada muchacho hermoso
que nos llamase la atención, cometeríamos muchos errores en el proceso. Y para los Antiguos, por supuesto, a quién dejar Abrazar y a quién negárselo ayuda a llenar la ciudad y la corte de vampiros en deuda con ellos.
Aunque la redacción en muchas traducciones sugiere que el Sire y el Chiquillo son destruidos, ésa no es realmente una práctica común según sé. Yo misma he sido ama de cría de muchos Chiquillos cuyos Sires fueron destruidos por un Abrazo ilegal. ¿Con qué frecuencia un Príncipe dice cosas como: «Bien, podría haberte destruido, así que existes gracias a mi benevolencia. Sírveme lealmente y vivirás»? También he visto lo contrario, por desgracia: un Chiquillo no querido destruido en secreto antes de que el rumor pudiera alcanzar la corte y a un vampiro en buena posición se le perdona el desliz porque el “problema” ya no existe. Una vez, tomé a tal Chiquillo como propio, lo reclamé y vivió bastante feliz aquí, hasta esta noche,
pero sin duda alguna ésa es una declaración arriesgada.
La Cuarta Tradición: La Responsabilidad
«Quienes creares serán tu propia Sangre hasta que los liberes de tu cargo. Hasta ese momento, sus pecados, su Sangre y sus castigos son tuyos». Así habló Caín.
— Traducciones del Dios-Regente
Lo que crees es tuyo y tu Sangre. Su Sangre y su castigo son tuyos.
— Tradiciones populares de las tribus etruscas, recopiladas por Duras el Dacio
Admitiré que, de todas las Tradiciones, ésta es la que más me asombra. Desde el punto de vista de una bestia puramente egoísta, por qué esta práctica se volvería tan común es algo que me sobrepasa. Si hay una Tradición con un origen humano o quizá divino, sería ésta. En esencia, la Cuarta Tradición hace a un Sire responsable de quien haya Abrazado.
Aunque esto pudiera resultar en algunos abusos por parte de esos muchachos, también significa que el Sire debe ser sabio en sus acciones, su educación y, en cierta forma, recordarles que los demás vampiros de su ciudad están observando qué deciden hacer. Crear a un Chiquillo y destruirlo antes de que pueda ser liberado es sin duda un comportamiento sospechoso.
He visto esta Tradición usada como base para castigar a un vampiro que había creado un Ghoul descarriado. Aunque no es una maniobra política popular, puede argumentarse de forma efectiva en muchas cortes. A veces, ser un poco litigante es útil.
La Quinta Tradición: Destrucción
«Te está prohibido derramar la Sangre de otro de tu especie que sea Antiguo. Este derecho pertenece sólo a los más cercanos a mí y a ningún otro. Está prohibido que aquéllos de Sangre más Débil se alcen contra sus Antiguos. Éste es mi último pacto». Así habló Caín.
— Traducciones del Dios-Regente
No derrames Sangre, ya que es preciosa. Toda la Sangre, no importa su fuente, puede usarse y ser útil; la Sangre en el suelo es un desperdicio imperdonable.
— Las tradiciones perdidas de Fenicia, recopilado por Duras el Dacio
¿Seguro que necesito explicarte ésta, cariño? Creo que eres lo bastante listo para ver lo significa toda esta Tradición. Se nos dice que matar a otro vampiro está mal. Puedo entender la sabiduría que hay en eso, ¿sí? La mayoría estaría de acuerdo en que matar a los tuyos mancha tu alma, sin importar las razones que tengas, y la mayoría de la gente tiene reglas y leyes para recordarles que no importa cómo de irritante y problemático pueda ser tu vecino, clavarle una azada en la cabeza es un acto repugnante. Quizás con los
vampiros necesitamos un recordatorio más fuerte, ya que la Bestia nos impulsa a matar todo y a todos los que podamos.
Yo diría que donde las traducciones comunes de la Tradición toman un giro interesante es en cómo Caín nos dice que el crimen real es que el joven mate al viejo, ya que “el viejo” preferiría no ser asesinado por el joven; pero entre gente que no muere de forma natural por una avanzada edad, eso crea una presión descendente desde arriba, ¿verdad? Aquí te he enseñado una variante de la redacción de esta Tradición, una muy antigua, que se centra en malgastar la Sangre. Al hablar con los mayores expertos en esto, eruditos,
entiendo que no es una lectura aislada de esta Tradición.
Permite preservar la Sangre por cualquier medio, no asesinar, sino retener la Sangre de otras formas, formas más sombrías. Y las culturas viajan. Los fenicios, por ejemplo, pueden haber llevado esas oscuras interpretaciones a España.
La Sexta Tradición: El Silencio de la Sangre
«No revelarás tu verdadera naturaleza a quienes no sean de la Sangre. Si lo hicieres, renunciarás a tus derechos para con mis pactos». Así habló Caín.
— Traducciones del Dios-Regente
No reveles tu naturaleza.
— Las Tradiciones del imperio Malí, traducido por Duras el Dacio
Te hace preguntarte: ¿cómo se pierden los pactos de Caín? Bien. Salvación, obviamente, si me has seguido hasta aquí. Supongo que si crees esa clase de cosas, es una premisa aterradora, una interminable eternidad sin esperanza de redención, porque, si quieres el perdón de alguien, seguramente quieras el perdón del Primer Asesino, ¿verdad?
Sin embargo, una preocupación más inmediata es lo que tu Antiguo piensa que es la consecuencia de que se te denieguen los pactos de Caín. En muchas ciudades, esto te deja fuera de la protección de la Quinta Tradición y, por tanto, revelar tu naturaleza a los mortales o a lo que sea que aceche en las sombras de la noche significa que cualquiera con colmillos capaz de hacerlo puede derribarte. Normalmente, un Príncipe aún esperará a convocar alguna clase de corte para determinar cuánto has revelado, pero no siempre. ¿Y fuera de los lugares donde las Tradiciones reposan sobre las órdenes de Caín? No lo puedo decir con seguridad, pero sé esto: el propósito lo es todo. Los cazadores de la Iglesia están en casi todas partes y no importa cómo practiques la Tradición, desvelar nuestros secretos hace que nos maten.
Un líder inteligente, o uno egoísta, sabe eso sin importar sus creencias religiosas.