Además de sus Legados de corte, muchas hadas poseen personalidades fuertemente románticas que están divididas también entre las predilecciones Luminosas y Oscuras de las hadas.
Como en el caso de los Legados de corte, los Legados Románticos predominan con la afiliación del changeling a una Corte. Los personajes tienen un legado Romántico Primario y otro Secundario aunque no todas las hadas tienen Legados Románticos, sino sólo aquellas que permiten al romance jugar un papel activo en sus vidas. Los Legados Románticos son complementarios a los Legados de corte, aunque en algunos casos lleguen a sobrepasarlos.
Legados Románticos Luminosos:
Amigo: El amor no es sólo una emoción romántica. Si una relación no se basa en el respeto mutuo y la amistad, no es amor verdadero.
Émpata: Eres extremadamente sensitivo al estado de ánimo, deseos y anhelos de tu amante. Si él no esta feliz, tampoco lo estas tú.
Ingenuo: Algo candido e inocente, sigues viendo sólo el laclo bueno y maravilloso del amor. La mayoría de las hadas abandonan este Legado cuando crecen, pero no siempre.
Juglar: Te gusta mantener a tus amantes (y a tí mismo) entretenidos. El amor es el mayor gozo y debería ser disfrutado hasta el máximo.
Protector: Tu amor es verdadero y tu deseo es protegerle de todos los males del mundo. Este Legado nace de intenciones nobles, pero puede ser agobiante.
Romántico: Eres parecido al Ingenuo, pero más mundano y experimentado. A menudo estás más interesado en la idea de estar enamorado que en el amor mismo.
Legados Romáticos Oscuros:
Arribista: El Amor es un método por el cual ganas poder y estatus. Los amantes potenciales sólo son peldaños en una escalera.
Competidor: Eres un romántico con grandes metas. Juzgas a otros por la calidad de sus consortes y sabes que ellos te juzgan a ti por el mismo patrón. Debes convertirte en el mejor amante del mundo ; de nada vale ser segundo.
Cínico: Cansado y aburrido de los placeres materiales, a menudo prosigues en tus propuestas románticas por costumbre o por miedo a quedarte solo. Has bajado tus miras porque sabes que el «amor verdadero» sólo se encuentra en los cuentos de hadas.
Embustero: Inherentemente egoísta e insensible, el amor debe adaptarse a tus caprichos. Sabes que la mayoría de la gente no desea el amor en esos términos, por lo que disfrazas tu verdadera naturaleza.
Mártir: «Trabajo muy duro para hacer que esa relación funcione y… ¿qué obtengo a cambio? Dolor de cabeza. No esperaba que lo entendieras…»
Jugador: El amor es un gran juego, lleno de peligro y excitación. Puedes tener un único compañero o muchos, pero la aventura amorosa debe ser puesta a prueba constantemente.
Espía: Los rumores y la intriga de corte son tu pan de cada día. Parte Arribista y parte Embustero, tú estás sólo interesado en ser el mejor informado sobre quién se lo monta con quién.
Legados Románticos de la Corte Sombría:
Las hadas Románticas que pertenecen a uno de los Sociedades Románticas adquieren un par de Legados Románticos además de sus Legados de corte. Existen diversos Legados Románticos para Luminosos y Oscuros, pero existen unos pocos Legados más que sólo conocen los miembros de la Corte Sombría.
Analista: examinas detenidamente todo lo que ocurre en tus aventuras amorosas. Para ti, tener un amante no es tan importante como comprender los procesos del amor: cómo funciona, por qué dos personas se atraen, qué les impulsa a dejar de amarse… es lo que te interesa. Por un lado, esto te convierte en alguien apático, alguien sin verdaderos sentimientos; pero por otra parte, tu amante puede experimentar situaciones únicas ya que pasa a formar parte de la continua investigación de un versado en las artes amatorias como tú.
Comerciante: todo en el amor tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Contabilizas todos sus aspectos, haciendo realidad aquello de que debes recibir al menos tanto como das (preferiblemente más). Los regalos caros, las llamadas, el apoyo en los malos tiempos, quién paga a la hora de salir por ahí, el número de orgasmos… todas estas medidas de tu aventura amorosa deben cuadrar o no valdrá la pena malgastar tu tiempo. No tienes ningún interés en aquellos que están tan ensimismados con ellos mismos que no pueden atender a tus necesidades.
Obsesivo: controlas cada aspecto de tu relación. Nadie puede robarte la atención de tu amor, y por supuesto, no tolerarás ningún flirteo con cualquier otro. Tu amante te debe plena dedicación, accediendo a cualquier deseo, intentando satisfacerte siempre y reprimiendo sus deseos para hacer realidad los tuyos. A cambio, concentras todos tus pensamientos del día en tu amado.
Rompecorazones: eres completamente fiel a tu amor verdadero… hasta que encuentras al siguiente una semana o un mes más tarde. Como clásico romántico, provocas el arrebato en tus amantes, colocándoles en las soñadas cimas del éxtasis. Es entonces cuando te aburres y vas en busca del siguiente objetivo. No tienes ni idea de por qué tus antiguos amantes se aterran a ti una vez la magia ha desaparecido. ¡Qué cargantes!
Torturador: constantemente pones a prueba a tu amante para comprobar cuánto es capaz de sufrir por ti. Te deleitas conduciendo a tu compañero a nuevos umbrales del dolor físico y emocional. No contento tan sólo con azotes y cadenas, te cebas también en la crueldad mental. Si permanece a tu lado a pesar de todo, sabes que es porque te quiere de verdad.