«Lo que hacemos hoy pervivirá mucho después de nosotros en las historias que cuenten nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Como mi abuela solía decirme…»
Los Eshu toman su nombre del embaucador espíritu yoruba, el cual también servía de mensajero. Surgieron de los sueños de los pueblos nómadas de Caldea y se extendieron por el continente africano, por Mesopotamia y hasta India. Los Eshu son auténticos viajeros, incapaces de resistir la llamada del camino. Sus ansias de viajar los llevan por todo el mundo, adoptando elementos de las muchas culturas que encuentran gracias a su naturaleza adaptable. Inteligentes e intuitivos, recuerdan cada historia que oyen, tejiéndolas en un tapiz de compleja historia oral y un registro de mitos y leyendas de incontables civilizaciones aún vivas o largo tiempo muertas.
A pesar de su curiosidad por otras culturas y sus prácticas, los Eshu guardan con cuidado sus
propios secretos, velando sus vidas y rituales personales ante cualquiera ajeno a su Linaje. La gente suele creerse más próxima a un Eshu de lo que el Eshu realmente suele sentirse de ella, y se sorprende al descubrir cuán poco conoce realmente a este enigmático Linaje. En cambio, hasta el Troll más precavido y el Sluagh más taciturno pueden percatarse (sólo a posteriori, por supuesto) de que han acabado confesado sus más queridos secretos, sólo para encontrarlos luego hilados en los relatos que el Eshu comparte en torno al fuego.
Los Eshu nacen errantes, nómadas de corazón, y rara vez permanecen en un mismo lugar mucho tiempo. Los Eshu Gruñones pueden confinarse a unos cuantos sitios favoritos, pero siguen viajando hasta sus últimos años. Para un Eshu, echar el ancla equivale a perderse a sí mismo por completo, así que quienes buscan hacerse amigos o mantener un romance con un Eshu deberían prepararse a tampoco echar raíces o a aprovechar al máximo la compañía del Eshu durante el breve tiempo que se quede ahí. Los padres Eshu suelen educar en casa (o no educar en absoluto) a sus hijos para así poder seguir viajando. Los niños Eshu que van a la escuela suelen buscar a los niños nuevos y aprender todo sobre ellos, aunque tienden a perder el interés y pasar a un nuevo amigo cuando se cansan de las historias de los viejos.
Dotados narradores, cantantes e intérpretes, los Eshu están preparados para vivir como artistas nómadas. Dado que han visto la historia mortal desarrollarse durante miles de años, muchos desarrollan cierta debilidad por tirar de una única hebra de una historia y seguirla desde su comienzo hasta su papel en los eventos actuales. Los Eshu Rebeldes suelen verse arrastrados por movimientos dedicados a la justicia social y la política, aunque no siempre permanecen el tiempo suficiente para ver cómo dan frutos. Un Eshu puede hacer carteles por la mañana, marchar en una manifestación por la tarde y luego cenar a dos ciudades de distancia mientras comparte la historia con una audiencia distinta. De esta forma, lo que en realidad hacen es extender la conciencia sobre los problemas sociales importantes y las técnicas para perseguir la justicia.
Apariencia: Al haber viajado durante milenios, los Eshu pueden poseer casi cualquier ascendencia racial o étnica, pero sus lazos mortales más fuertes yacen en las comunidades negras, árabes, persas e hindúes. Tienden a tener piel oscura con pelo negro o castaño oscuro, que llevan suelto o sujeto o trenzado en intrincados diseños. Suelen ser altos, con miembros largos y gráciles y ojos oscuros que reflejan la sabiduría de su interior. Los Eshu cambian su ropa conforme viajan, ya sea para integrarse o para diferenciarse, pero siempre eligen sus modelos con cuidado y estilo.
Estilos de vida: Este Linaje nómada rara vez permanece en un lugar durante mucho tiempo, pero su método para viajar y el lugar donde duermen varían dependiendo del individuo y el camino que esté recorriendo. Un Eshu puede vivir en una autocaravana durante varias semanas mientras viaja con una banda por el noroeste de Estados Unidos, luego continuar a pie y dormir en moteles baratos a lo largo de la costa de California y después subirse a un autobús hasta Las Vegas y quedarse en el ático de uno de los mejores casinos. La única constante es que todos los Eshu están sujetos a sus ansias de viaje y que allá donde van recogen y comparten historias.
Infantiles: Los Eshu Infantiles acaban de comenzar a construir el volumen de historias que portarán toda su vida. Normalmente comienzan en casa con las historias de los ancianos o los miembros importantes de la comunidad. Para los jóvenes Eshu Infantiles, o los Eshu que han despertado a su naturaleza feérica mucho más tarde en su vida, la estabilidad de la familia o la comunidad atempera la necesidad de viajar por todas partes. Sienten la llamada del camino, pero no se han desconectado de todos sus lazos mortales, como los Eshu Rebeldes suelen hacer. Aún valoran la sensación de tener un hogar de origen al que volver tras cada viaje.
Rebeldes: Las ansias de viajar de los Eshu alcanzan su máximo en el Aspecto Rebelde. Ya no están satisfechos oyendo historias, así que comienzan a buscar nuevas fuentes y aventuras, lo que inicia una vida de viajes. Los Eshu Rebeldes rara vez permanecen en un lugar mucho tiempo, aunque lo aprovechan al máximo, haciendo tantas conexiones como pueden con los lugareños y aprendiéndolo todo de ellos y de su cultura. Los Eshu Rebeldes se unen a movimientos de justicia social y a veces hasta los inician, usando su habilidad narrativa innata para escribir discursos e inspirar a otros a unirse a la causa.
Gruñones: Los Eshu pueden moverse más lenta y prudentemente, pero nunca se paran del todo. Un Eshu Gruñón da más valor a las conexiones que crea, al comprender que conocer la verdadera historia de alguien lleva tiempo. Aunque los Gruñones comparten la flexibilidad social de los Rebeldes, son menos proclives a incitar un movimiento y más a apoyarlo y animar a quienes ya están involucrados en él. No hay nadie cuyas historias igualen las de un Eshu Gruñón que ha tenido una vida larga y rica, y la sabiduría de sus canciones puede provocar que hasta el alma más dura llore o se llene de júbilo.
Afinidad: Escena.
Deleite: Los Eshu cosechan Glamour de los narradores y artistas que conocen y disfrutan con cada nuevo relato o canción. Las actuaciones públicas, como flashmobs o las protestas escenificadas (especialmente cuando un Eshu ha sido esencial en el proceso de planearlas), les proporcionan un verdadero festín.
Desatar: Los cantrips lanzados por un Eshu portan el repique de campanas y el eco de cánticos y canciones, así como las más leves trazas de especias en el aire. Brillantes hebras de luz dorada pueden conectar brevemente al Eshu con el objetivo del cantrip, reflejando el lugar de los Eshu en el gran tapiz de la historia.
Privilegios
Serendipia: De alguna forma, los Eshu siempre terminan en el lugar correcto en el momento correcto. El camino que siguen para llegar a su destino es igual de fortuito, serpenteando a lo largo de aventuras y encuentros importantes. Cuando se enfrentan a un cruce de caminos, siempre saben cuál tomar. Su brújula interna los guía adonde necesitan ir, sin llevarlos nunca al final del camino hasta el momento adecuado. Los Eshu nunca pueden perderse en circunstancias normales. Si el Eshu se pierde mediante métodos mágicos, el jugador puede gastar un punto de Glamour para reorientarse en su camino (físico y a menudo figurado).
Narración: Las historias son el corazón de los Eshu y, por ello, ganan algo tangible cuando aprenden un nuevo relato fantástico o realizan sus propias hazañas dignas de leyenda. Los Eshu ganan 1 punto de Experiencia adicional por cada aventura que produzca tal relato, como abrirse paso a través de un tortuoso y peligroso laberinto o persuadir a una reservada condesa de que comparta un secreto. Los Eshu nunca fracasan en las tiradas de Empatía o Interpretación.
Flaqueza
Temeridad: Los Eshu no pueden resistirse a una apuesta o un reto, no si el premio es una nueva historia para su repertorio. Su curiosidad y la confianza en sus habilidades los lleva a correr riesgos que un Linaje menos aventurero no correría. Rechazar una apuesta, un reto o una llamada a la aventura desencadena Banalidad en un Eshu.
Estereotipos
Dados, un narrador Eshu en busca de héroes, dice:
- Sobre los Boggans: Aburridos e inflexibles, nunca dejan su hogar si pueden evitarlo, pero su hospitalidad puede proporcionar un respiro breve pero necesario.
- Sobre los Clurichaun: Son siempre una fuente de historias, ¡aunque a menudo hay que arrancárselas mediante un intercambio de buenos golpes!
- Sobre los Nockers: Ensimismados en sus reparaciones, no logran ver cómo cambia el mundo que los rodea.
- Sobre los Piskies: Nuestros pequeños amigos son siempre bienvenidos en nuestros viajes, aunque vigila tu lengua y tus tesoros cuando tu camino se cruce con el suyo.
- Sobre los Pooka: No se toman la vida muy en serio, y muchas historias de mi repertorio comienzan con el brillo en los ojos de un Pooka.
- Sobre los Redcaps: Nada nuevo que aprender de ellos. La ira y las palabrotas no crean buenas historias.
- Sobre los Sátiros: Puedes encontrar gozo en sus celebraciones, pero ¡cuidado! Hasta el más sabio Eshu puede apartarse de su camino por el encanto de la fiesta de un Sátiro.
- Sobre los Selkies: Pasarse la vida tratando de entenderlos sería un tiempo bien invertido, pero habría que empezar por ser capaz de seguirlos.
- Sobre los Sidhe Arcadianos: Se creen los reyes y reinas del mundo, pero nunca han hollado sus muchos caminos. ¿Cómo pueden gobernar lo que no entienden ni nunca han valorado realmente?
- Sobre los Sidhe de Otoño: Se dice que el verdadero héroe es el que se queda. Los Sidhe Arcadianos podrían aprender un poco de heroísmo de sus hermanos de Otoño.
- Sobre los Sluagh: Si puedes convencerlos de que compartan un secreto, atesorarás cada susurro.
- Sobre los Trolls: Una roca en tu camino puede hacerte tropezar o darte un mejor punto de observación, así que pisa con cuidado y no les des razones para verte como a un enemigo.