Recordad las palabras de Samiel: sé como el león, no como el cordero. Ay de los conquistados: somos el fuego encarnado que destruye la corrupción para que pueda haber una curación.
Vagabundos. Fratricidas. Comealmas. Desde los tiempos de Enoch los Guerreros han luchado contra los enemigos de Caín y mataron a quienes encontraron deficientes. Tres ojos observan desde un furioso semblante, parejos a las tres Líneas de Sangre del Clan. Los Guerreros se encargan de quienes no pueden ser salvados: adoradores de demonios, vampiros degenerados y aquéllos que buscan destruir la delicada simbiosis creada por los Chiquillos de Saulot. Hasta el desgaje de la Línea de Sangre, Sanadores y Guerreros caminaron juntos en la noche, erradicando la corrupción para que la salud pudiera florecer nuevamente.
Su furia yace con el fundador de la Línea de Sangre. Los mitos Salubri concuerdan que el Chiquillo de Saulot y gemelo mortal de Rayzeel, el vampiro que se convertiría en Samiel, era testarudo y temperamental, siempre pronto al conflicto. Prefería la compañía de Brujah y Gangrel en vez de la sus hermanos Sanadores, y se adentraba en los yermos de Nod para probarse a sí mismo contra los demonios y las bestias primordiales. Sólo cuando los Baali surgieron en el valle de Gehenna Samiel encontró su propósito, asumió el nombre de un ángel guerrero y creó un cambio en su Línea de Sangre. Fundó un Código y un Ritual de Sangría para que los Guerreros despertaran el acero con la Sangre del plácido Clan. Los Guerreros enarbolan la bandera de la furia contra quienes consideran anatema, incluso aunque crean que el Clan ha abandonado a su Línea de Sangre y sus métodos.
El espíritu errabundo de Samiel (llamado su Precepto, incluso cuando se manifiesta en otras Castas) ha alcanzado a casi todos los Guerreros. Los Cíclopes estudian la miríada de formas de hacer la guerra en diferentes tierras y culturas, ya sea en polvorientas bibliotecas o en embarrados y sangrientos campos de batalla. Se desplazan junto a los ejércitos mortales, se ocultan en las órdenes militares cristianas de occidente y se reúnen plácidamente en castillos como el de Limasol. Erradican Baali y Setitas, y enfrentan su menguante fuerza contra el creciente poder del Clan Tremere. Yerran y guerrean.
Como la rama principal del Clan, el rechazo de la Casta para tolerar la debilidad o la imperfección moral les ha granjeado pocos amigos, y la utilidad de sus espadas en la batalla y de Valeren no son nada en comparación con la versatilidad de la Taumaturgia. Los Guerreros han sangrado pero no se han doblegado. En alguna parte se encuentra el secreto para reunificar su Clan y derrotar a los hechiceros de la Sangre y se enfrentarán al mundo entero hasta que lo encuentren.
Sobrenombre: Cíclopes, Fratricidas, Comealmas.
Apariencia: A ningún Guerrero se le concede el Abrazo sin haber probado antes la batalla. Todos los Guerreros sin excepción están prestos para la lucha. Portan armas y mantienen a mano una armadura bien acondicionada junto con pañuelos y bufandas que oculten el tercer ojo de su Clan. Están tan vinculados a los Templarios que muchos jóvenes Cíclopes portan la cruz roja, incluso si no comparten la fe cristiana.
Refugio: El campo de batalla con una espada en la mano, la silla, el campo de entrenamiento, éstos son los lugares que un Guerrero llama hogar. Su tendencia a errar hace que los Comealmas prefieran refugios móviles y caravanas de viajeros.
Creación de personajes: Los Atributos Físicos son siempre primarios, sobre todo Fuerza y Resistencia. La esgrima es muy valorada entre los Salubri y no hay Guerrero Abrazado a propósito que no tenga al menos dos puntos en una Habilidad de combate. También son comunes múltiples lenguas. Los Criados actúan como escuderos y combatientes. Bastantes pertenecen a los templarios con lo que no es raro un alto valor en Recursos, lo que permite a los Salubri obtener préstamos libres de intereses para financiar a Cainitas pobres que sean honestos. Los Guerreros caminan por la Senda de la Caballería o el Camino de la Venganza, siguiendo su Código. Sin embargo, en estas noches de decadencia algunos Guerreros han adoptado la Senda del Diablo, enfurecidos contra el sistema que los ha condenado.
Disciplinas de Clan: Auspex, Fortaleza, Valeren. Los Guerreros son capaces de soportar terribles castigos y quienes pasaron unos años como escuderos Ghouls a menudo también conocen Potencia.
Debilidad: Si un Salubri aprende aunque sea un punto de Valeren manifiesta el tercer ojo característico de la Disciplina. Los Salubri Guerreros deben demostrar su fuerza y establecer su dominio marcial. Deben superar una tirada de Fuerza de Voluntad (dificultad 6) si intentan alimentarse de alguien a quien no hayan vencido en combate o sufrir una penalización de dos dados a todas las tiradas el resto de la noche. Puede tratarse de un duelo a muerte o una simple pelea hasta quedar Incapacitado. Algunos Rebaños de Guerreros consisten en compañeros que han sido derrotados en el campo de entrenamiento.
Organización: Según la tradición, cada Sire Salubri educa y entrena al Retoño Guerrero durante un período de siete años, aunque actualmente con suerte se llega a los siete meses. Cuando no viajan con su Sire o un Sanador con quien se hayan reconciliado, los Guerreros pasan su existencia viajando de dominio en dominio, de batalla en batalla, actuando como Azotes ad hoc. Las demás órdenes Cainitas de caballeros aceptan con gusto a los Salubri Guerreros, y se rumorea que la Orden de las Cenizas Amargas la fundó el último Chiquillo de Samiel y el Chiquillo Templario de éste.
Estereotipos
- Assamitas: Nuestros hermanos en la Sangre y la batalla, y fuertes espadas contra los Baali. Su mandato es como el nuestro, pero veo la misma ansia en sus ojos que en los de los Usurpadores.
- Brujah: Uno pensaría que nuestro amor común por la fuerza nos reportaría más respeto.
- Gangrel: Ambos somos guerreros. Nosotros cazamos lobos y ellos corren con ellos. Recordad la diferencia.
- Lamiae: Guerreras que proceden de eruditos. ¿Me equivoco al ver que somos compañeros por nacimiento y afinidad? Si sólo aceptaran nuestro mandato…
- Setitas: Las serpientes negras de nuestra familia. Aplastadlos bajo los pies y nunca comáis su fruto.
- Tremere: Nuestro camino para reclamar ser de nuevo un Clan está claro. El manto manchado de Sangre debe ser arrancado de su cadáver ceniciento. Deus vult!
- Verdaderos Brujah: Sus pasiones no están atemperadas, sino amortecidas. Hay lecciones que aprender de esto, pero no de ellos.
- Ventrue: Estoicos soldados, honorables aunque inflexibles. La honorabilidad yace a la vez en acción e intención, no en una u otra por separado.
- Sanadores: Nuestros hermanos mayores son bastante valientes cuando salvan vidas, pero no para mantener alejada la muerte. No podemos ser Salubri y dejar que una herida se infecte.
- Vigilantes: Nunca he conocido a uno de nuestros primos. ¿Dónde decía que había dejado ese mapa?