Ubicación: cerca de Teherán, Irán.
El ancestral hogar del Clan Assamita se encarama sobre las cambiantes arenas de la venerable Persia como un halcón, y los sangrientos céfiros portan la muerte cada noche desde él a todo lo largo y ancho del mundo.
Aunque pocos Vástagos forasteros han adivinado la localización del bastión del Clan de los Asesinos, la paranoia se apodera de la fortaleza de la montaña al tiempo que los Assamitas, asolados por los cismas internos y sitiados por los enemigos externos, vigilan temerosos
los movimientos de sus propios Antiguos y a las Sectas alineadas contra el Clan.
El refugio, una fortaleza de piedra de más de mil años, yace bajo las ruinas de un baluarte similar establecido tiempo atrás por una facción mortal de hashishin. Aproximarse sin ser descubierto por los centinelas Assamitas es prácticamente imposible, aunque el gobierno de Irán ha realizado recientemente diversos esfuerzos para convertir el emplazamiento histórico en un destino turístico.
Aquí no encontraran imagen, porque de conocer Alamut, minutos después alcanzarías la muerte definitiva…
Alamut es un antiquísimo bastión donde los asesinos entrenan y los hechiceros del Clan almacenan su conocimiento arcano. Bajo la montaña, desde la que el enigmático “Viejo” dirige los asuntos del Clan, yace una cantidad indeterminada de secretos de los Assamitas.
Algunos sospechan que el Clan ha descubierto a su progenitor Antediluviano, al cual guardan celosamente. Otros perciben cambios en el comportamiento del Clan y sospechan que Matusalenes rivales luchan por el poder en las más oscuras profundidades del fortín. Y aun otros
temen lo que ven como una creciente consolidación Assamita, y los recientes peregrinajes de todas las edades a la sede del poder del Clan hacen poco por mitigar sus temores. Es la imagen que cultivan los Asesinos, convirtiendo la perceptible debilidad de los enfrentamientos entre facciones en una fuerza radicalizada.