Ubicación: San Diego, California, EE.UU.
Quizás ningún dominio haya sufrido tanto como el supuesto Estado Libre Anarquista a lo largo de la Costa Oeste de Estados Unidos. Comprendiendo varios antiguos dominios de la Camarilla, un dominio que traicionó y volvió a unirse a la Camarilla, un dominio depuesto por la invasión de la Estirpe de Oriente, y cierta cantidad de dominios solitarios que pueden o no haber jurado lealtad
a una Secta específica, el Estado Libre Anarquista es una poco definida confederación de territorios vampíricos que priorizan la independencia sobre la influencia dominante de cualquier organización vampírica externa. Dependiendo de a quién pregunte un Vástago curioso, el Estado Libre Anarquista ni siquiera existe; en su lugar, es una colección geográfica de Baronías sin nada
más en común. Ésta es la posición de muchos auténticos Anarquistas, en particular la arrepentida y acosada Príncipe de San Diego, Tara. Cuando Tara vendió a sus partidarios Anarquistas y se convirtió en Príncipe del dominio, no tenía ni idea de la tormenta de mierda que había desatado.
Comprensiblemente, los Anarquistas se amotinaron, centrando su ira en el limpio y turístico Distrito de Gaslamp, el cual sabían que una Príncipe temerosa de la Mascarada y vinculada a la Camarilla a duras penas podría proteger de su furia. Sin embargo, los Anarquistas no contaban con que el Sabbat de Tijuana aprovechase la misma oportunidad para golpear a un dominio frágil
que la Torre de Marfil acababa de tomar bajo su protección.
El resultado fue una pesadilla totalmente inestable de promesas a medio cumplir por parte de las luminarias de la Camarilla, desafiantes Anarquistas que aún se lamen la heridas de la traición y oportunistas manadas de la Mano Negra que no disfrutan de nada tanto como de colarse en California durante un largo fin de semana para aterrorizar turistas y engañar a ambos bandos para que se enfrenten entre sí. Aunque el caos salpica sin duda alguna a los barrios colindantes, Gaslamp se ha erigido en algo similar a un “puerto franco” donde los Vástagos de cualquier Secta pueden ir y partirse los colmillos unos a otros o debatir un alto el fuego. Ningún Príncipe o poder
posee auténtica influencia sobre el ingobernable Gaslamp, y probablemente eso no cambiará a corto plazo.