Ubicación: Famagusta, Chipre.
Cuando el ejército turco invadió Famagusta en 1974, cercaron el distrito de Varosha. El ejército grecochipriota se retiró al Sur, e incluso después de que la ocupación acabase, las fuerzas turcas restringieron la entrada a Varosha a aquéllos con adecuada autorización militar. Durante la noche, la ciudad estaba prácticamente abandonada y a día de hoy permanece tanto vacía como prohibida.
Varosha permanece congelada en el tiempo, similar a los propios Vástagos. Los escaparates de sus tiendas aún tienen ropa que nadie ha tocado en décadas. La mesas de sus restaurantes, cubiertos que nadie ha usado en 40 años. El único signo del paso del tiempo es la lenta pero inexorable reclamación que de Varosha hace la naturaleza conforme las plantas invaden las abandonadas propiedades desarrolladas por la humanidad.
Sin embargo, bajo el manto de la noche algo más se mueve entre las calles de Varosha. Una pequeña manada de Cainitas, a veces afiliados al Sabbat, a veces celosos Autarcas, merodea desde los abandonados áticos en busca de sangre. Estos vampiros se deslizan hacia el Sur al amparo de la noche, Cazando en las ciudades aún vivas de Paralimni y Larnaca antes de volver a la embrujada ciudad fantasma para dormir durante las horas de luz. Ninguna de las Sectas presta demasiada atención a esta solitaria manada o su vacío dominio, así que se desconoce su tamaño preciso. Ciertamente, sus miembros no han permitido un recuento ni a los intrusos de la Camarilla ni a los cruzados del Sabbat.
No obstante, han surgido rumores de que la coterie que habita la región y que supuestamente se componía tiempo atrás sólo de entre cinco a siete miembros, ha aumentado su tamaño hasta más de 40 Vástagos, todos los cuales han renegado de cualquier autoridad salvo sus propios deseos.