Casas – Verdugos
Los Ángeles de la Muerte, la última de las Casas Celestiales, recibieron la melancólica tarea de deshacer todos los prodigios que creaban sus compañeros, poniendo fin a las vidas y borrando grandes trabajos para que otros pudieran ocupar su lugar. Era un papel solemne en el seno de las muchas glorias del cosmos, pero los segadores estaban tan satisfechos con su trabajo como cualquier otro ángel… hasta que nació la humanidad. Al igual que los demás Celestiales, los Segadores amaban a los seres humanos y concentraban todos sus esfuerzos en hacer del Edén un lugar vibrante y dinámico, pero la humanidad en su ignorancia sentía miedo y pesar por la muerte de los animales y plantas. Su reacción esconcertaba y entristecía a los Segadores, que anhelaban apaciguar los temores del hombre pero acataban la prohibición de Dios. Cuando Lucifer enarboló la bandera de la rebelión, muchos Segadores se unieron a…