Un fomor (plural fomori) es una persona (o a veces un animal) que ha sido poseída por una Perdición. Una vez completada la transformación, la victima ya no es humana: se ha convertido en otra cosa. La Perdición queda permanentemente atada a su cuerpo y su alma: dos seres se convierten en uno.
Un fomor (plural fomori) es una persona (o a veces un animal) que ha sido poseída por una Perdición. Una vez completada la transformación, la victima ya no es humana: se ha convertido en otra cosa. La Perdición queda permanentemente atada a su cuerpo y su alma: dos seres se convierten en uno. Pero no es un acto de amor, sino una terrible violación. La Perdición se interna en lo más profundo del alma de su victima, accediendo a todos sus recuerdos, esperanzas, sueños y temores. Y la victima siente las crudas emociones de la Perdición… negros y venenosos pensamientos de asesinato y destrucción. Pocas almas pueden seguir siendo humanas y racionales tras haberse unido al Wyrm.
¿Y que es lo que causa tal posesión? Puede haber muchos factores. Lo primero es que la victima debe atraer de alguna forma a una Perdición. Mucha gente moderna lo hace sin siquiera darse cuenta de ello. Sus odios y temores atraen de forma natural a los esbirros espirituales del Wyrm, como la sangre derramada en el agua llama a los tiburones.
Aunque muchas Perdiciones pueden poseer a alguien mediante la simple fuerza de voluntad, la mayoría piensa que necesita que haya un agujero espiritual en el alma para poder infiltrarse, fundiéndose lentamente con su victima, ocultas por sus propias emociones oscuras. La cólera es su mejor escondrijo, pero un odio tenso y ardiente, el miedo, la envidia y otros “pecados” sirven también para ocultar al residente espiritual. En otras palabras: la victima invita primero a la Perdición. Aunque suele hacerlo sin darse cuenta.
Una vez instalada en el alma de su victima, la Perdición da comienzo al proceso de posesión usando el Hechizo del mismo nombre (puedes verlo en la pagina 207 del manual básico de Hombre Lobo). Esto lleva algún tiempo, durante el cual la Perdición puede ser expulsada, ya sea por la simple voluntad de la victima (lo que es raro en esta época de olvido espiritual) o por el ataque de un enemigo como un Garou.
Los Garou pueden entrar a la Umbra Y atacar físicamente a las Perdiciones que se encuentran en proceso de posesión. Si matan a la Perdición o hacen que huya, la posesión fracasa. Pero si la Perdición consigue llegar al centro del alma antes de que alguien la detenga y completa el proceso, el resultado es irreversible: la victimase convierte en fomor.
Estos desdichados mortales reciben grandes poderes sobrenaturales del Wyrm, pero también horribles deformidades. Están manchados por la corrupción, y cualquier Garou reconocerá en ellos el olor del Wyrm. Aunque algunos fomori pueden conservar su apariencia externa, muchos se vuelven feos y abominables, con gruesos caparazones cubriendo su musculatura o largas y agudas espinas brotando de sus brazos. Los fomori son verdaderos monstruos.