No todos los Poderes necrománticos se enseñan como Disciplinas. Algunos requieren más que simple Sangre o fortaleza de voluntad para activarse. Estos rituales no son tan intuitivos como las Disciplinas, pero deben enseñarse de un necromante a otro. Algunos han sido creados por los Capadocios a lo largo de años de cuidadoso estudio y experimentación. Se rumorea que algunos se los enseñaron a los vampiros poderosos magos del Inframundo. Abundan los relatos populares sobre vampiros que hacen repugnantes
tratos con los reyes y reinas del Inframundo a cambio de poder necromántico en la Oscura Edad Media. Sin embargo, si existe cualquier evidencia tangible de estos terribles contratos, no es de dominio público.
Algunos de los rituales enumerados hacen referencia a grupos como los Impundulu y los Giovani. Hasta la era actual, estos rituales permanecen como secretos bien guardados dentro de sus grupos de origen.
Sistema: Para realizar correctamente un ritual, el jugador debe superar una tirada de Inteligencia + Ocultismo con una dificultad igual a 3 + el nivel del ritual, máximo 9. Un fallo no produce efecto, pero un fracaso puede causar desastrosos resultados.
Rituales de nivel tres
Escudo de Tempestad
Un necromante puede usar Escudo de Tempestad como una defensa de emergencia contra fantasmas hostiles. Para levantar un Escudo de Tempestad, un necromante debe gastar un turno realizando una danza ritual (Destreza + Interpretación a dificultad 6, o dificultad 7 en combate).
En el siguiente turno, el celebrante se muerde el labio (sufriendo un nivel de daño contundente por punto de Sangre) y escupe en el suelo formando un círculo. El jugador hace entonces la tirada de ritual. Si la supera, ningún fantasma puede entrar en el círculo y la dificultad para todos los fantamas que tenga por objetivo de sus magias a cualquier criatura dentro del círculo aumenta en 2. El ritual dura 15 minutos o hasta que se rompe el círculo.
Estruendo de los Condenados
Este ritual sella cualquier espacio contra los intentos de escuchar a escondidas tanto por medios mundanos como sobrenaturales. El necromante dibuja una línea de cenizas continua en el suelo. Mientras ésta no se rompa, nadie fuera de la línea puede oír nada de lo que ocurra dentro. Lo único que oiría quien tratase de escuchar a escondidas serían vagos ecos del Inframundo como los descritos en Llamada de los Muertos Hambrientos (ver pág. 292). Si un oyente usa medios sobrenaturales como Auspex, puede hacer una
tirada de Percepción + Ocultismo a dificultad 7 contra los éxitos obtenidos por el celebrante. Si fracasa en esta tirada, queda sordo por el resto de la noche.
Tambores de Pesadilla
El reino de los sueños está muy cerca del de los muertos. Al usar Tambores de Pesadilla, un necromante Impundulu puede hacer oscuros tratos con los habitantes del Inframundo para que acosen los sueños de sus rivales hasta que enloquezcan. Para activar este ritual, un celebrante cubre una posesión personal del objetivo con su propia Sangre. Después quema la posesión, mandando una Reliquia al Inframundo.
Mientras arde, el necromante marca un ritmo constante con un tambor hecho de piel de al menos tres humanos. El tambor es inaudible para los vivos, pero para los muertos es ensordecedoramente estruendoso y llena a los fantasmas de agonía. A cambio de silencio, los fantasmas atormentan al enemigo del necromante enviándole pesadillas durante tanto tiempo como diga el vampiro. Los fantasmas más poderosos pueden negociar (aunque bajo coacción) que el necromante realice algún favor por ellos a cambio de sus servicios. Un fracaso provoca que los fantasmas de la zona se enfurezcan por los Tambores de Pesadilla. En lugar de atormentar al objetivo del necromante atacarán directamente al conjurador o lo acosarán en sus sueños.