La alianza actual, unos dirían que la asimilación, del Partido Radical británico al menos extremo Partido Liberal da para muchos duros Radicales un golpe de gracia a la idea de política franca de su movimiento. Como consecuencia, muchos adheridos a la causa Radical buscan medios más revolucionarios. Los grupos extremistas existentes han aprovechado también la situación para reclutar a nuevos miembros de las filas de los Radicales insatisfechos o para formar grupos completamente nuevos. Uno de tales nuevos grupos extremistas se llama a sí mismo los Pobres Caballeros Radicales Dinamitadores de la Muchedumbre del Rey, una colorida alusión por parte del fundador del culto Edward O’Donovan a los larguísimos nombres de las órdenes caballerescas militantes como la Templaria.
O’Donovan, una vez una bienhablada e intelectual voz del movimiento Fenio Irlandés, ha reunido a muchos antiguos amargados y derrocados Radicales y Primeros Socialistas Internacionales de entre un grupo básico de decididos anarquistas revolucionarios alemanes e italianos cuya mala fama en sus patrias ha hecho poco práctica por su parte la continuidad de la lucha en sus países natales. Dejando sus cruzadas individuales aparte, los Caballeros han tomado como propia la causa global de revolución y anarquismo, y han cogido literalmente las palabras del ganado revolucionario Auguste Coulon, «Ninguna voz habla tan fuerte como la dinamita.»
La simple colocación y activación de explosivos es sólo una parte de lo que los Caballeros hacen, en cambio. Ellos sienten que para servir mejor a la causa deben coleccionar y distribuir a sus luchadores por la libertad todo el conocimiento que consigan reunir sobre la manufactura de explosivos. De esta manera, los Caballeros contribuyen a la lucha a escala global. Con este fin, los Caballeros recolectan ahora cada pizca de información disponible para ellos sobre el tema: de otros revolucionarios con experiencia, libros de texto de química e ingeniería, veteranos militares, artesanos y cualquier fuente que se presenta.
Armados de esta manera, se sumergen en el estudio de los explosivos y su fabricación, encontrándose cada noche para plasmar sus descubrimientos sobre el papel en forma de simples diagramas, y cursos prácticos de estudio. Sus folletos, diagramas y guías son entonces traducidos y distribuidos a grupos por toda Europa Occidental y América, ganando los Caballeros una considerable aclamación por parte de sus pares.
Los Caballeros Dinamitadores se dedican realmente a sus propios bombardeos, a pesar de su foco educativo, favoreciendo prisiones, tribunales y casas de jueces como objetivos. Sus acciones son conocidas como obras maestras de la técnica: expertamente calculadas, correctamente colocadas para el máximo daño estructural (e infraestructura) y siempre hechas con la aptitud como para asegurarse de que el chisme se extienda.
Los grupos Anarquistas y Socialistas que apoyan una revolución política están entre los enemigos más declarados de los Caballeros Dinamitadores y sus semejantes, cuyos medios brutales dicen que tan solo sirven para hacer daño al movimiento y hacer de todos ellos asesinos revolucionarios a ojos de la gente. Generalmente cuando responden, los Caballeros ven las injusticias continuadas y los abusos de poder por todo el mundo como la cosecha obtenida sembrando palabras. No sorprende que, considerando su fama internacional y sus actividades violentas, los Caballeros Dinamita dores estén entre los grupos más queridos en toda Europa. Las autoridades en Londres están prácticamente frenéticas por conseguir un descanso en su investigación, pues hasta ahora los Caballeros van siempre un paso por delante debido a sus meticulosas habilidades organizativas y a su previsión.
Oportunidades
Para aquellos con sus propios objetivos revolucionarios, los Caballeros Dinamitadores podrían ser aliados excelentes, a condición de que pudieran ganarse su confianza. La asociación con este grupo es también prácticamente un pasaporte a ser aceptado por grupos revolucionarios en todo el mundo. Estar de acuerdo con ellos no es un requisito previo para intentar manipularlos, sin embargo. La habilidad para dinamitar un edificio es a menudo deseable para gente de diversas inclinaciones políticas.
Cualquiera cuya ayuda contribuya a la captura de los Caballeros Dinamitadores, por otra parte, ganaría mucha influencia en el gobierno. Los Vástagos inteligentes harían todo lo susodicho.
Secretos
Edward O’Donovan está bastante loco. Una vez fue un hombre joven culto y de buen corazón que fue atraído al Socialismo por su promesa de mejora para la clase obrera y pobre. Su detención por la asociación con un periódico revolucionario irlandés lo arrastro a un campamento para prisioneros operado por la Corona, donde durante muchos años él y cientos de otros partidarios de la regla irlandesa fueron sometidos a largos días de trabajo manual con crueldad inhumana por parte de sus carceleros y alimentación, alojamientos o asistencia médica inadecuados. Edward pasó varios meses con las manos esposadas a la espalda y fue puesto a dieta restringida en aislamiento por negarse a seleccionar su religión de una lista que no incluía su fe (la gente irlandesa, en una admirable e inteligente protesta, eligió a O’Donovan para el Parlamento como representante del Condado de Tipperary, que el Parlamento por supuesto invalidó).
El gobierno fue finalmente presionado para dar la amnistía a estos presos, pero era demasiado tarde para Echvard O’Donovan. Hoy es un hombre caracterizado por un deseo patológico de desmontar cada aspecto de la sociedad que lo encareció. Cada uno de sus pensamientos y hechos son un paso hacia dicho objetivo; no tiene ningún pasatiempo o relación que no hagan aporte a su guerra. Esto no ha sido un problema hasta ahora, pero O’Donovan no va de ninguna manera a permitir que nada obstaculice su camino, sea amigo o enemigo. No eluda en enviar a hombres a sus muertes v matar a cualquiera de sus aliados cuyas sugerencias de medidas menos extremas interfieran con sus métodos.
Destino
La ascensión meteórica de los Caballeros Dinamitaclores a la prominencia sigue aparejando sus bombardeos cada vez nüs frecuentes y llamamientos a medidas más extremas en sus publicaciones.
A la vuelta del siglo, hasta otros extremistas revolucionarios han comenzado a decir que los Caballeros Dinamitadores son demasiado sangrientos y complacientes en dejar que el fin justifique sus medios. El cuerpo de Edward O’Donovan es encontrado en un callejón en 1901,con un tiro a quemarropa detras de la cabeza, pero no se hacen extensas detenciones posteriores de Caballeros Dinamitadores. El grupo lentamente se desintegra, con sus miembros uniéndose a otros grupos o desapareciendo de la historia. Las publicaciones de los Caballeros Dinamitadores se mantienen en circulación aún bien entrado el siglo XX y son una inspiración para grupos revolucionarios desde los Situacionista al Partido de la Pantera Negra.
En 1954 el antiguo líder del Sinn Fein y miembro formal del Parlamento Irlandés Kory Hughes es encontrado en su casa, con un tiro a quemarropa detrás de la cabeza. Aunque no fuera hecho público por las noticias entonces, “¡Edward O’Donovan, has sido vengado!” estaba escrito sobre una pared cercana.
El Negocio de los Explosivos
La manufactura de dinamita y dispositivos explosivos es un tema complicado y difícil de acometer discretamente incluso en una era en la que la ciencia forense es joven y poco fiable. A parte de la química implicada, es necesaria una complicada fabricación para realizar una bomba de calidad. Un grupo que desee fabricar cierta variedad de dispositivo incendiario (y un grupo serio querrá la bomba adecuada para cada caso), se encuentra con el desafío de adquirir varios materiales y herramientas no demasiado baratos sin atraer la atención del establecimiento y de los agentes que saben bien qué buscar para descubrir una empresa productora de explosivos en ciernes.
La información acerca de la construcción de explosivos es por tanto como oro entre los revolucionarios clandestinos, y aquellos que obtienen y distribuyen instrucciones utiles ganan posiciones entre sus colegas en la lucha.
