El Maelstrom según Demonio La Caida
Hubo ocasiones en que pensé que las paredes de nuestra prisión se desmoronarían. En cinco ocasiones desde nuestro encarcelamiento rugió una tormenta de terrible poder por todo el reino de los espíritus y azotó los sellos del Abismo. Los más estridentes entre nosotros declaraban en cada ocasión que se aproximaba la hora de nuestra liberación, que la Creación tocaba a su fin y que pronto cesarían nuestros padecimientos. En cada ocasión, se equivocaron. Nos solazábamos en el odio, el miedo y el dolor de los muertos durante breves espacios de tiempo cuando sufrían las embestidas de la Vorágine. Después renegábamos de la calma que dejaba a su paso, furiosos porque nada hubiese cambiado. Las puertas del Abismo seguían siendo tan fuertes como antes, nuestra libertad nada más que un sueño borroso en una mente obnubilada por el odio. Y entonces, en un instante, todo cambió. Sentimos la crecida de dolor…