Orden – Alto Gremio (Grandes Financieros)
El oro compra progreso. Procura arte. Adquiere medicina, construye puentes y recompensa a los científicos. El oro y el comercio son los pilares de cualquier sociedad que se aprecie, y allá donde haya oro debe haber gente que ayude a reunirlo y a distribuirlo. El Renacimiento italiano sería imposible sin el comercio. El grito constante demandando lujos y necesidades creó este tráfico de bienes, culturas e ideas. Si los mercaderes y los banqueros aún se rigieran según las antiguas prohibiciones contra el prestamismo y dejaran el comercio en manos de los reyes y de la Iglesia, Europa aún estaría revolcándose en el barro. Las glorias desenterradas de Roma y Grecia revelan todas las bondades de este intercambio. Mostrando esos tesoros, la Convención del Oro se niega a volver a las antiguas costumbres… ¡aunque sus miembros deban combatir a brujos y clérigos por doquier! El Gremio, un hijastro de las reformas…