Toreador – El Ancho Mundo y sus Maravillas

Los Artesanos en sus propias Palabras

Los Toreador son, por lo general, un grupo secular y más efímero que los demás Cainitas. Viven el momento y nunca miran ni demasiado adelante ni demasiado atrás. La historia es un relato sobre cosas pasadas, quizá relevantes en su momento, pero no una lectura obligatoria. El futuro es brumoso e incognoscible, y solo una arrogancia extrema permitiría a alguien atreverse a decir que
sabe lo que nos depara.

Cuando se piensa en la transitoriedad de la belleza (la flor que nos sonríe hoy mañana estará muerta), la actitud de los Artesanos no sorprende demasiado. Sin embargo, para ser un grupo con el potencial de disfrutar de una vida eterna, parecen demasiados transitorios. Para el Toreador, el truco de la vida eterna está en beber los retazos de existencia tal y como llegan, cada uno enmarcado en la búsqueda de la belleza y la verdad.

Creen firmemente en la importancia de la belleza y el amor en el mundo, incluso en éste tan siniestro, y a pesar de sus gustos particulares. Un mundo sin atractivo no da nada a lo que aspirar, y sin aspiraciones, ¿qué razón hay para arrastrar la propia existencia? Así es el amor, pero para los Toreador este sentimiento se convierte en algo mucho más serio. Un mundo sin amor es un mundo sin vida (lo que suena raro viniendo de un Cainita, aunque los Artesanos definen “vida” más como “existencia” que como “el flujo de la sangre en las venas”).

Estructura del clan

Al contrario que muchos de sus hermanos, los Toreador mantienen una estructura bastante férrea. Se espera de todos ellos que conozcan su lugar y que lo respeten. Las posiciones sociales pueden ser tan inmóviles como las de los mortales en la cima, pero existen unas facilidades para ascender que no suelen encontrarse entre el ganado. Un neonato Toreador tiene la posibilidad de ascender en el mundo de sus antiguos si atrae los ojos adecuados, dice lo correcto y muestra iniciativa. Algunos aseguran que en los escalones superiores el arte se hace secundario frente a las gracias sociales, y tienen toda la razón.

Los que proceden de las clases humildes y mercantiles (¡y qué pocos son!), y que creen que se van a ver inmediatamente catapultados a un mundo de igualdad de oportunidades gracias al Abrazo, se encuentran con El Ancho Mundo y sus Maravillas una desagradable sorpresa. El Cainita del castillo es el señor, y más les vale recordarlo. Pocos creen que la muerte los iguale a todos; ¿por qué debería un labriego, Abrazado con el pelo lleno de paja y las botas embarradas, ser elevado de repente a la misma posición que el señor de la mansión? Tendrá que demostrar su capacidad social antes de comenzar a albergar sueños tan grandiosos, y ningún sire digno del nombre permite atajos en este sentido.

Después de todo, la crianza de un chiquillo se refleja en él, y nadie quiere caer en desgracia por culpa de su progenie. Siendo un clan que hace tanto hincapié en el arte y el “proyecto” terminado, los Toreador ven la crianza de los chiquillos como la creación de una vidriera o la ilustración de un manuscrito.

Los Toreador seleccionan cuidadosamente a su progenie por su habilidad y su arte, sus “cualidades nobles” y su potencial utilidad política (no necesariamente en ese orden). El candidato no solo debe poseer cualidades dignas de conservarse, sino también mostrar capacidad para el crecimiento personal. Se puede Abrazar a un arpista criado por campesinos, pero no será de mucho valor para su sire si sigue comiendo y hablando como un plebeyo aun después de una década de instrucción. Un chiquillo que nunca supera sus orígenes humildes suele ser enviado a los puestos más alejados, o se impone él mismo el exilio tras la enésima humillación en la corte.

A pesar de estos cuidados sigue existiendo el impulso de abrazar a mortales bellos, ya que algunos Toreador tratan de salvar su perfección de los estragos del tiempo sin pensar en su utilidad al clan. Esto conduce a dos cosas: o el chiquillo aprende rápido a ser útil o es situado allí donde no pueda hacer mucho daño. Es raro el Toreador que destruye a su progenie, salvo que el Abrazo enloquezca al pobre diablo o cause una terrible humillación al clan o al sire. Otro Abrazo impulsivo, peor aún que el que se hace por belleza, es el que se hace por amor. Quizá un señor desee llevar a su adorable esposa al otro lado para reinar juntos eternamente, o puede que una dama Cainita decida que debe tener al joven conde que le ha robado por completo el corazón. Estos Abrazos suelen tener finales trágicos, ya que los cambios drásticos pueden llevar al nuevo chiquillo a la locura, al resentimiento o a la rabia. A veces, la visión de la persona amada mostrando los mismos instintos depredadores que su sire provoca en éste el remordimiento o la demencia. Las probabilidades de que un Abrazo romántico tenga un final feliz son muy escasas, pero en ocasiones el Destino o un poder superior sonríen a la pareja. Si logran sobrevivir a los primeros y caóticos meses de su nueva relación, tendrán por delante varias décadas en las que seguir disfrutando.

Las Mujeres de los Toreador

Quizá sea lógico que un clan que traza su linaje desde una maestra escultora proteja y apoye tanto a sus mujeres. En una época que las ve como reses a las que llevar de una casa a otra, los Artesanos tienen una actitud bastante progresista al respecto. Las mujeres son más numerosas que los varones, y sus voces tienen un tono autoritario acostumbrado a la obediencia. Muchas fueron en vida amas de llaves o nacieron en posiciones de autoridad. Otras pueden no haber disfrutado de este beneficio, pero aprenden rápido a hacerse respetar.

No sorprende que la caballería tenga tantos defensores entre los Toreador. Algunos argumentan que con estas ideas las mujeres no quedan mejor que antes, siendo tratadas como perros falderos en vez de ganado (lo que no es una gran mejora). Los críticos más vociferantes suelen ser las mujeres de los clanes “marciales”, como los Brujah o los Gangrel. Los Artesanos y sus defensores disienten; alguien que calla y guarda respeto cuando una dama habla podría llegar a escucharla, y Dios nos asista, incluso aprender de ella. Además, la caballería produce hombres, no bestias capaces de blandir espadas.

Muchas Toreador se modelan como las reinas y bellezas de la antigüedad (Elena de Troya, Esther, Hipólita de las Amazonas, las diosas de Grecia y Babilonia), y aspiran a igualarlas en fuerza, astucia y belleza. El ascenso de Eleanor de Aquitania a su puesto actual como Reina del Amor y mecenas de la caballería no ha hecho más que aumentar sus títulos eternos, demostrando que las Toreador pueden llegar donde se prepongan.

Algunos clanes ven esta “generosidad” como una fruslería; “Solo una mujer podía preocuparse por tales ceremonias”, dicen. “Dejad en manos de los hombres el verdadero gobierno”, repiten. Los Artesanos, sin embargo, saben por su origen el poder que puede llegar a ostentar una mujer, y cómo puede emplearlo. Estos Cainitas saben quién controla las casas, quién fomenta las artes, quién descubre los verdaderos secretos y quién conoce todas las habladurías y los secretos de alcoba, un poder que muchos vampiros son incapaces de entender.

Rango y Privilegio

Solo es posible avanzar en las filas por mérito y habilidad, aunque se trata de una travesía lenta y ardua. Sin algún tipo de seguridad sobre la política, el arte o la línea de sangre de un neonato, muchos Toreador antiguos se inclinan por desconfiar de cualquiera que aparece en su umbral, y con buenos motivos. Es terriblemente sencillo hacerse pasar por un Artesano (solo hay que saber cantar una canción, hablar de forma agradable y recordar quedarse obnubilado en los momentos adecuados), y el clan teme enormemente a los infiltrados. Un neonato sin sire u otro antiguo que le presente será puesto a prueba miles de veces antes de que nadie se sienta satisfecho con su historia, e incluso entonces será vigilado durante bastante tiempo.

Conseguir un mecenas o un mentor entre los antiguos es uno de los mejores modos de lograr nombre y reconocimiento. A los mecenas no se los elige, aunque un artista puede solicitar a un Toreador de posición superior su protección. Los criterios para seleccionar a estos artistas varían de un antiguo a otro, y nadie sabe exactamente cómo o porqué se toman determinadas decisiones.

Ha sucedido que un antiguo deje a un lado a un neonato prometedor para proteger a un inútil orgulloso; estas elecciones pueden tener que ver con asuntos que no son inmediatamente evidentes. Quizá el elegido tenga un sire especialmente poderoso que quiere que su chiquillo solo tenga lo mejor, o puede haber exigido la devolución de un favor al mecenas de este modo. El neonato rechazado puede tener opiniones indeseables para el antiguo, o puede que sea chiquillo de alguien expulsado de la corte. El propio antiguo podría pedir ciertos requisitos de riqueza, sangre, ideas políticas o incluso algo tan sencillo como una nacionalidad determinada.

El mecenazgo es el proceso por el que se toma a un vampiro bajo protección, se le enseña lo que debe saber sobre las costumbres y asuntos de la corte y se le presenta a la gente “adecuada”, mientras el chiquillo trabaja para su mecenas produciendo obras de arte o exhibiendo el nombre del protector por todas partes. Este acuerdo puede durar décadas, incluso siglos, si los beneficios son mutuos y satisfactorios. Pocos elementos de negociación hay mejores dentro del clan que la promesa de mecenazgo… ya sea por su concesión o por su retirada.

Lo Seglar y lo Sagrado

Pocos clanes experimentan el choque de la Iglesia y la Corona con más intensidad que el de los Artesanos. Al cabalgar como hacen entre los dos mundos, experimentan más conflictos internos que cualquier otro clan, ya que ambos bandos pelean como hermanos cuando el padre vuelve la espalda. El poder de la Iglesia es considerable, pero no absoluto. Por cada Sacro Emperador Romano al que se obliga a arrodillarse en la nieve durante tres días para lograr el favor del Papa, hay iglesias y monasterios saqueados por los caballeros ansiosos de botín. El equilibrio es frágil y cambiante, y las exigencias y deseos de ambas ramas de los Toreador convierten en imposible cualquier acuerdo al respecto.

Tiburk

Un amante de los juegos de rol...

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