¡Hacia adelante y hacia arriba! ¡Todo o nada!
Lo único que impide a la humanidad lograr su ansiada utopía es la pequeñez de su imaginación. Mientras los individuos permitan a la sociedad y sus gobernantes dictar el tamaño y extensión de sus sueños, el aburrimiento mundano y todos sus dolores auxiliares persistirán. Hasta las imaginaciones Mágicas de la mayoría de las Nueve Tradiciones se ven obstaculizadas por lo que las autoridades permitían en tiempos pasados, ya fueran éstas chamanes, faraones o sacerdotes. Sólo el futuro está libre de estas cadenas, sin forma y aún sin soñar. Sólo los verdaderamente valientes pueden hacer el futuro real en el presente, ¡y si hay algo que los Eteritas son, es valientes!
Los Hijos del Éter originales, una sociedad de soñadores tecnománticos radicales, demostraron no ser adecuados para el limitado y asfixiante paradigma de la Tecnocracia. Aunque adoptaron su nombre actual al inicio del siglo XX, estos Científicos Iluminados son tanto hijos como hijas de su teoría común: la del Éter, esa sutil sustancia que yace tras el aspecto de todos los fenómenos del universo. Los Eteritas, largamente criticados como un club de niños debido a sus costumbres victorianas, han progresado a lo largo de los años. Aunque los más intransigentes aún insisten en los buenos modales, el término Sociedad del Éter ha reemplazado en gran medida la deteriorada masculinidad de su nombre original.
Los Eteritas trazan su linaje hasta la antigua Troya, aunque pocos fuera de la Tradición aceptan esta afirmación. Sus fundamentos en la filosofía natural fueron, según dicen, establecidos por pensadores presocráticos de Grecia y el resto del Mediterráneo, y se registraron en un libro titulado (por sus traductores islámicos) Kitab al-Alacir, o Libro del Éter. Como primer intento de filosofía natural sistemática Inspirada (es decir, Despertada) el Kitab es venerado por los Eteritas, muchos de los cuales Despertaron al leerlo.
Siendo una informal tradición intelectual practicada por diversos individuos, el grupo finalmente alcanzó unas bases como sociedad con el establecimiento de la Casa Golo Hermética en la Italia medieval. Ésta terminó por convertirse en el Gremio de Filósofos Naturales y después, en la Era Victoriana, en los Ingenieros Electrodinos, cuya fascinación con el novedoso poder de la electricidad prometía liberar al hombre común de la oscuridad física y metafísica. Tal idealismo permanece en el corazón de esta Tradición.
La Tecnocracia no pudo aplastarlo. Las Guerras Mundiales no pudieron eliminarlo. Ni el escepticismo, ni los fracasos, ni las afirmaciones de que todos los Eteritas están locos y son unos temerarios pueden impedir que estas luminarias lleven su magnífica Ciencia al mundo.
Sí, para los estándares de la mayoría de la gente (incluso los lunáticos con los que comparten compañía), la mayoría de Eteritas son excéntricos. Raros. Quizás hasta están locos. Pero tal locura es el resplandor de una supernova encerrada por una cáscara demasiado humana. En un mundo condicionado para ser pequeño, la Sociedad del Éter engendra héroes. Si esos héroes derriban laboratorios, compañías, incluso… umh, ciudades… de forma ocasional, tales bajas son el coste de la verdadera Iluminación.
Y el mundo mejora de esa manera. ¿No es la era actual prueba de ello? ¡Máquinas voladoras! ¡Tecnología de grabación! ¡La gente ya no muere a millares por plagas o hambrunas! Bueno quizás salvo en los lugares donde no hay mucha Ciencia… una lástima. ¡Y así, a pesar de sus costes y obstáculos, los Hijos e Hijas del Éter siguen dedicándose al avance de la maravillosa Ciencia! En el siglo XXI, esta Tradición ha alcanzado todo su potencial. La influencia de la ciencia ficción, especialmente su rama Eterita, el steampunk, en la cultura popular, les permite posicionarse con orgullo al frente de los esfuerzos humanos. De entre todas las Tradiciones, sólo los Adeptos Virtuales (y a veces los Akashayana) disfrutan de concesiones similares de la Paradoja. La realidad actual prefiere esta extraña Ciencia y, aunque los Eteritas a veces se extralimitan y sufren el Efecto Paradoja de todas formas, la Sociedad del Éter logra librarse de ser castigada por… bueno, “crimen” es una palabra muy fea. Digamos, magnificencia.
Por lo que concierne a sus Tradiciones compañeras, la mayoría de Eteritas parecen egocéntricos egoístas que promueven paradigmas en los que pueden destacar individuos mientras las Masas se quedan atrás. Sin embargo, los Eteritas luchan por dar los beneficios de la Ciencia Despertada a todo el mundo. «¡Todo o nada!» es su credo. Como resultado, luchan por el reconocimiento, no sólo de sus compañeros Iluminados, sino sobre todo de las Masas. Saben que tal aceptación refleja la lucha del espíritu humano; un espíritu que mira hacia el Mañana y las muchas maravillas aún por llegar.
Organización: A pesar de hablar tanto de sociedad, suelen ser irritables y malhumorados. El compañerismo existe como vía para buscar elogios; las críticas simplemente te incitan a volver al laboratorio y hacerlo mejor la próxima vez. Aunque muchos Eteritas se entierran en investigaciones durante semanas sin apenas compañía, al final buscarán la de sus pares, sin importar cómo de obsesivo se vuelva su trabajo.
Iniciación: Los candidatos a Eteritas tienden a ser seleccionados por auténticos Científicos basándose en algún signo o evidencia de genio latente. Estos potenciales iniciados reciben un test diseñado para forzarlos a enfrentarse a las implicaciones de sus ideas. Muy a menudo, a los futuros Científicos se les deja descubrir una copia del Kitab al-Alacir, cuyos conceptos suelen servir para Despertar una chispa de los mayores y más luminosos hallazgos por llegar.
Esferas Afines: Materia; Cardinal o Fuerzas.
Foco: ¡Ciencia! O más específicamente, una imaginativa comprensión de principios naturales canalizada mediante tecnologías físicas y energéticas establecidas. Más terrenales que sus colegas de los Adeptos Virtuales, estos tecnomantes prefieren emplear la Ciencia que puede ser vista, tocada, demostrada y confirmada incluso a ojos de los idiotas. Con ese fin, la Ciencia Eterita es aparatosa, romántica y graciosamente futurista, incluso si ese futuro se parece más a la ciencia ficción clásica que a la ciencia mundana real.
Como práctica, un Eterita puede usar cualquier cosa que parezca funcionar. Sin embargo, la mayoría de Científicos prefieren las variaciones gloriosamente esotéricas de la alquimia, la artesanía, la cibernética, la hipertecnología, el hackeo de la realidad y, por supuesto, la ciencia extraña. Los paradigmas se centran en torno a conceptos como Un Cosmos Mecánico, Todo Es Datos, el Poder De la Razón y Todo Es una Ilusión, pero suelen reducirse a la Tecnología Tiene Todas las Respuestas.
Estereotipos
- Tradiciones compañeras: Fascinantes aliados, supongo… pero ¿nos llaman locos a nosotros?
- La Tecnocracia: Obscenidades para el nombre de la Ciencia, que pervierten la maravilla para convertirla en control.
- Los Dispares: Remolones, pero remolones misteriosos. Ciertamente, dignos de un mayor estudio…
No toda la ciencia tiene que ser el proceso banal y estrictamente reglamentado que pregona la Tecnocracia. Eso dicen los Hijos del Éter, y ponen en práctica lo que predican. Los Hijos del Éter emplean de todo, desde la ciencia inspirada y demente de los fantásticos trabajadores victorianos, hasta lo más vanguardista de la teoría científica alternativa.
Mientras otros tecnomantes promueven nuevos mundos, los Hijos del Éter toman los desechos de la tecnología y los convierten en creación de la imaginación. Ninguna invención es demasiado extraña ni ninguna teoría es demasiado oscura como para que no tomen de ella un pellizco y encuentren una manera de utilizarlo. ¿Contradicciones? ¿Imposibilidades? Tonterías: tan sólo son puertas que no han sido abiertas por la ciencia.
TRASFONDO:
Con unos orígenes que se remontan hasta la Edad Media y una serie de cambios en la Edad Moderna, los Hijos del Éter tienen un trasfondo bastante sinuoso. Sus fundamentos estaban recogidos en un documento conocido como Kitab al Alacir, el Libro del Éter, en el que los primeros filósofos expusieron una ciencia basada no en la observación, sino en la creencia. Basado, presumiblemente, en las obras de los primeros filósofos y traducidos de distintas formas secretas, el documento apareció en la España del siglo XII, donde un par de místicos emprendedores (uno un artesano hermético, el otro un templario) infundieron vida a sus enseñanzas. Crearon una Gremio Natural del Filósofo, dedicado al estudio de la metafísica y el misticismo. Codo con codo con los investigadores más racionales del Renacimiento, pasaron más adelante a promover nuevas invenciones t creaciones. Mientras que la Orden de la Razón proponía un estado racional y discernible del universo, el Gremio, sin embargo, sostenía que la creación funcionaba gracias a la llama del genio en el individuo, que el universo no tenía limites siempre que uno no se los reconociera.
El Gremio Natural del Filósofo sobrevivió discreto entre varios grupos pioneros, sin ser una verdadera unidad desde el tiempo de los fundadores. Sin embargo, el fin del Renacimiento anunció una edad tecnológica llena de posibilidades hasta entonces ni siquiera soñadas por la humanidad. Aquellos que abrieron sus ojos a estas posibilidades, que se esforzaron por hacer algo lleno de sentido en lugar de rechazar las oportunidades, llevaron la bandera del Gremio hasta su formación como parte reconocida de la Orden de la Razón. El chispazo llegó literalmente con el desarrollo de la electricidad, al formar estos científicos el grupo de los Ingenieros Electrodinámicos.
Durante la mayor parte del siglo los Ingenieros abogaron por las maravillas de la electricidad, el valor de la percepción en la experimentación y el poder del espíritu de búsqueda, y sus métodos se opusieron abiertamente a los objetivos más racionales de la nueva Tecnocracia. Al querer adentrarse en los aspectos desconocidos que has detrás de las teorías extravagantes y las ciencias desacreditadas, los Ingenieros pusieron en peligro la idea de la Tecnocracia de un mundo científico metódico, estable y seguro. La Tecnocracia, que desacreditaba los métodos de los Ingenieros, impuso sanciones contra ellos, hasta llegar a denunciar públicamente sus teorías predilectas. La proclamación por parte de la Tecnocracia del éter como una ficción fue el golpe definitivo. La Convención asumió el nuevo sobrenombre de «Hijos del Éter» y pidió ayuda a las Tradiciones.
Durante las siguientes décadas, los Eteritas hicieron avanzar las ciencias teoréticas de vanguardia y renovaron las antiguas. Desde mochilas-cohete hasta mecánica cuántica, desde la matemática del caos hasta las naves de éter, han demostrado su compromiso con la ciencia basada en la realidad con muchos dispositivos ingeniosos. Sus aventureros recorrieron el mundo como héroes cuyas hazañas, demasiado increíbles para ser asimiladas como reales, entraban a formar parte de la ficción popular. Y ellos continuaron soñando y creando.
Hoy en día, los Hijos del Éter ocupan un lugar importante en el Concilio de las Tradiciones. Aunque muchos consideran que están trastornados o que son francamente inestables, sus dispositivos e invenciones a veces funcionan cuando tras magias fallan, y su familiaridad con la tecnología les da ventaja en el conflicto de la Tecnocracia. Como la ciencia se mueve por reinos infinitamente más detallados, los Hijos del Éter encuentran más filones que explotar. La teoría del cuerpo oscuro postula la existencia de una materia invisible y sin embargo masiva: el éter. Los Hijos del Éter siempre han renovado lo viejo y la vitalidad de la Tradición lo demuestra.
ORGANIZACIÓN:
Dada la naturaleza rebelde y caótica de la mayoría de los Eteritas, no es sorprendente que su Tradición también lo sea. Los Iniciados son reclutados de las clases de ciencia y de las discusiones filosóficas, a veces después de disertar acerca de la naturaleza del Kitab al Alacir (una vez que un verdadero científico ha dejado caer una copia en sus manos). Un estudiante que logra romper con las barreras de la lógica convencional y desarrolla sus propias teorías sobre las contradicciones inherentes al universo puede ser guiado hacia el ingreso de la Tradición.
Una vez iniciado, el desarrollo del estudiante procede de modo académico. Los Eteritas mantienen correspondencia y publican revistas y artículos para dar a conocer sus teorías. Una publicación en Paradigma, la revista de ciencia universal, es la más prestigiosa de estas obras, aunque también otros artículos y tesis pueden tener mucha importancia.
Aquellos que construyen teorías útiles e interesantes de una manera consciente -especialmente aquellos que construyen dispositivos que funcionan y están fundados en ellas- se ganan la aclamación. Cuanto más avanza el estudiante con sus teorías, mayores son los premios. Los Hijos del Éter adquieren al final títulos como Doctor y Científico Maestro.
Mientras que hace tiempo la Gran Sala que dirige la Tradición fue una Capilla del Horizonte fundada a las afueras de París, los Científicos se reúnen actualmente en edificios mundanos para discutir los adelantos de la Tradición. Según la tradición, los Científicos Maestros y Doctores establecieron la Gran Sala, que actúa en parte como parlamento y en parte como círculo académico. Sin embargo, aunque un estudiante podría hacer trabajo rutinario, todo verdadero científico recuerda que la inspiración es un camino profundamente personal y considera que las ideas de cualquier Eterita tienen mérito. En teoría.
FACCIONES:
A pesar de que sus teorías son marcadamente divergentes, los Eteritas tienden a avanzar juntos pisando fuerte. A menudo, algunos científicos quieren compartir el saber de sus respectivos campos para trabajar conjuntamente en un proyecto más amplio que requiere todos los conocimientos. Las facciones eteritas se forman generalmente a partir de tales asociaciones , y algunas de ellas son lo suficientemente estables como para atraer gente nueva y permanecer uniformes.
Los Eternautas, pioneros del espacio, exploran los confines del cosmos y de otras dimensiones en busca de nuevas maravillas que traer a la Tierra. Visitan otros mundos en sus poderosas naves de éter, sabotean a los Ingenieros del Vacío y vuelven con muestras de lo desconocido. Con su increíble dominio de la Materia, algunos de estos pioneros han diseñado teorías acerca de cómo proteger sus naves de la tempestad que azota la muralla que separa las dimensiones, y su arte -que fue una vez ridiculizado- podría llegar a ser un medio potente de exploración de la Umbra.
Los organizados Utópicos quieren construir un mañana mejor para la Tierra mediante la ciencia. Estos científicos propagan no sólo dispositivos poderosos para mejorar la calidad de vida, sino también ideas poderosas, expresiones de lo maravilloso, la esperanza y la unidad. Su conciencia social les lleva a ayudar al prójimo y a poner al alcance de todos sus inusuales teorías.
Los pocos Cibernautas que quedan cruzan la Telaraña Digital y la manejan a su antojo. Estos Eteritas creen fervientemente que la misma Telaraña es el futuro campo de batalla de los iluminados, que las mentes de los Durmientes serán decididas allí. Por supuesto, la mayoría de los magos -bueno, los científicos- tienen asuntos más importantes en la tierra estos días, por lo que la facción Cibernauta está perdiendo popularidad. A pesar de todo la Telaraña es un lugar perfecto para poner a prueba teorías, ya que en el espacio virtual es menos probable que destruyan algún mundo real circundante.
Los Progresistas quieren modernizar políticamente la Tradición, comenzando por la política y la estructura interna, hasta llegar a elaborar la teoría y la práctica. Esta facción, femenina en su mayor parte, mantiene que la Tradición, en conjunto, hace un pobre trabajo para mantenerse a la altura de los progresos sociales de la época, y que la tendencia eterita a confiar tanto en anticuados constructos sociales como antiguadas tecnologías supone demasiada limitación para la Tradición. La mayor parte de los Progresistas quiere empezar por renombrar la Tradición e instituir un liderazgo más democrático.
El término Científico Loco se refiere a aquellos Eteritas con una clara tendencia a la creación de peligrosos dispositivos de fines dudosos. Es una afirmación triste pero cierta: el genio eterita suele estar relacionado con algún tipo de inestabilidad, o con una tendencia a ver la «verdad» de una manera que pierde el sentido práctico. De estos Eteritas provienen las leyendas como la del Doctor Frankenstein, cuyos loables adelantos fueron desviados hacia fines desgraciados. Ellos no son tanto parte de una facción unida como ejemplos de un fenómeno reconocido en el interior de la Tradición.
Por último, los Aventureros son científicos que no sólo confían en su dominio de la ciencia, sino también en su perspicacia física, en ingenios y en su atrevimiento para explorar partes nuevas del mundo, luchar contra los «villanos» y llevar a cabo acciones heroicas. Mientras que muchos se burlarían de ellos por su ingenuidad, los herederos de John Carter, tienen un cierto atractivo nostálgico. Los Aventureros modernos adoptan un planteamiento más pragmático, empleando su fabulosa ciencia para construir armaduras y armamento fantásticos (pero a menudo ocultos) con los que proseguir sus cruzadas contra los criminales hipócritas y locos. Pasa lo mismo que con los Científicos Locos: no son tanto una verdadera fuerza dentro de la Tradición (no hay una «Legión» de Superhéroes) como una nueva casta de científicos.
FILOSOFÍA:
Mientras los Tecnócratas codifican el universo en un molde estático explicable porla ciencia cerebral, los Hijos del Éter rechazan tal intención por considerarla una locura. El universo es demasiado vasto y sus permutaciones son demasiado variadas como para que alguna ecuación pueda gobernarlo. Además, el mismo hecho de la observación altera el resultado, como ha aceptado la Tecnocracia con su acogida de la teoría cuántica. De esta manera, el descubrimiento y la invención son procesos personales conducidos por lo prodigioso y la inspiración del individuo. Nada es «imposible» o un «callejón sin salida», sino simplemente un camino que otros han decidido no explorar. A partir de las teorías «refutadas» del pasado, los Hijos del Éter crean las maravillas del mañana.
FALLOS:
Si tenemos en cuenta su increíble variedad de teorías, resulta sorprendente que los Hijos del Éter logren siquiera comunicarse. Por definición, su concepto de ciencia está altamente individualizado, más aún que la magia de las Tradiciones. Cada Eterita tiene su propia versión acerca, de… bueno, prácticamente acerca de todo. Como resultado, puede resultar muy difícil para los Eteritas encontrar una base común a partir de la cuál discutir sus obras, sobre todo cuando dos Eteritas practican teorías contradictorias que son correctas, por supuesto, como demuestra el hecho de que ambas funcionan. Puesto que los Eteritas apenas pueden alcanzar un consenso interno, es casi imposible que resulten comprensibles para las otras Tradiciones. Tres Eteritas cualquiera que discutan sobre un tema de magia, podrán cienco o seis teorías sobre la mesa, todas ellas igualmente inverosímiles. Este individualismo hace muy difícil a los Eteritas el extender sus nociones más complejas y sus teorías más impresionantes, y aún más difícil, el adaptarse a las otras Tradiciones.
TEORÍAS Y PRÁCTICAS:
¡Con los Hijos del Éter toda la magia acaba en ciencia! La percepción determina el universo y por eso cada científico crea su propio modelo de realidad. De ahí que el individuo pueda postular teorías acerca del funcionamiento de la realidad tal y como la ve, y estas teorías dan lugar a creaciones. Con penetración intuitiva, los científicos construyen invenciones, les otorgan una chispa de poder y las entienden mejor que ninguna otra persona.
Las invenciones Eteritas están, por supuesto, altamente personalizadas. Algunas son extremadamente fantásticas, mientras que otras son más prácticas y están basadas en la ciencia «real», como su sistema de defensa de puntos de energía progresiva. Cada tendencia creativa particular de un científico influye en su estilo.
Así, algunos Eteritas utilizan voluminosas y amplias creaciones construidas en los años 50 o antes, mientras que otros inventan nuevas revoluciones de la tecnología moderna y construyen dispositivos increíblemente compactos y prácticos. Algunos Eteritas también experimentan con los poderes mentales, los fenómenos psíquicos y el pseudo-misticismo, especialmente los Aventureros.
Cuando un Eterita encuentra una nueva teoría y construye una invención a partir de ella, es común que se publique el acontecimiento en alguno de las revistas o periódicos de la sociedad. De este modo, todo Eterita puede examinar la teoría, determinar su validez personal y usarla o transformarla según deseé. Por esta razón, una gran cantidad de invenciones sencillas son frecuentes entre los Eteritas. Donde otras Tradiciones podían recurrir a las recetas para generar Efectos repetibles, los Eteritas tienen fórmulas y cachivaches comunes que han sido compartidos, perfeccionados y puestos a prueba por el tiempo.
El uso de materiales especializados varía con cada científico. Algunos basan sus trabajos en el uso de un material único -el éter es el más común-, mientras que otros son más pragmáticos. Los científicos han sido conocidos por utilizar todo, desde filamentos construidos artesanalmente, elementos hechos de plutonio, plata, materia orgánica o sustancias desconocidas, hasta dispositivos que simplemente recurren a tecnología anticuada y renovada para cumplir una nueva función (por ejemplo, un robot construido a partir de aparatos de cocina comunes).
Esfera especial: Materia
Focos habituales: Ordenadores, anteojos de éter, ingeniería esquemática, herramientas de mano, constructos matemáticos, disciplinas mentales, contadores científicos, aleaciones especializadas, relojes…
Conceptos: Astronauta, aficionado a los chismes, médico, filósofo natural, científico social, ingeniero teorético, conductor.
Estereotipos:
-Adeptos Virtuales: Tienen demasiada confianza en un sueño, aunque hacen algunos juguetes útiles.
-Coro Celestial: El respeto a la divinidad es bueno mientras no eclipse el desarrollo personal.
-Culto del Éxtasis: ¡Están bien para celebrar una nueva invención!
-Cuentasueños: Totalmente incomprensibles.
-Eutánatos: ¿Quien podría estar tan interesado en la muerte como para querer vivirla?
-Hermandad Akáshica: Sus monjes enseñan disciplinas y técnicas mentales utilidades, pero deben reconocer la validez de las ciencias materiales.
-Orden de Hermes: Fórmulas repetibles, pero demasiado rígidas para una verdadera inspiración.
-Verbena: ¿No desapareció la brujería en la Edad Oscura?
-Seres Huecos: No puede haber inspiración sin una chispa de espíritu.
«El verdadero prodigio de la ciencia no reside en su habilidad para explicar el universo, sino en su habilidad para formular nuevas preguntas».